Andrés Romero se muestra satisfecho con la reacción que Unive Abogados tuvo frente a la crisis de la COVID-19. Para el CEO de esta firma, la tecnología y su equipo humano consiguieron salvar con nota el obstáculo.
¿Estabais preparados para afrontar una situación tan disruptiva como esta?
Lo cierto es que desde hace años una de las prioridades del despacho ha sido el contar con las herramientas tecnológicas y las soluciones que nos permitan una comunicación interna y externa ágil. Por ello, desde el primer día no hemos tenido que acometer grandes cambios para implantar el teletrabajo en la empresa y la transición no ha sido traumática. Eso en cuanto a los cambios internos. En cuanto a las relaciones con clientes, sí considero que todos hemos tenido que adaptarnos a las nuevas necesidades y circunstancias: nuevas formas de interacción con clientes, cambios en los problemas y prioridades de estos, etc. Afortunadamente, de nuevo, todo el equipo humano de Unive Abogados ha tenido claro en todo momento las nuevas necesidades y circunstancias y creo que en ese sentido se ha hecho un magnífico trabajo.
¿Cambiará la forma en cómo se prestan los servicios legales?
La forma de prestar los servicios legales y la forma de relacionarse los abogados con sus clientes ya estaba en pleno proceso de cambio antes de la pandemia. Si acaso, este periodo de confinamiento y los posibles nuevos hábitos que como sociedad hemos adquirido, ha precipitado dicho cambio.
Recordemos que cada vez tienen más importancia la automatización, las interacciones digitales, el empleo de tecnologías en la gestión de los despachos y en la Administración de Justicia, que hemos pasado de llevar toga a celebrar actuaciones judiciales telemáticas desde nuestros despachos, entre otros… Además, la forma de buscar clientes y de encontrar profesionales por parte de estos se traslada cada día más hacia el canal online. Todo esto no hace más que acelerar el proceso de cambio y modernización del sector legal.
¿Cuál es el mayor reto que ha derivado y derivará el teletrabajo?
Sin duda, la menor interacción entre equipos de trabajo. Los equipos están acostumbrados a ciertas rutinas presenciales: reuniones, consultas rápidas, pequeñas conversaciones improvisadas en el lugar de trabajo, el café de media mañana, etc.
En nuestro caso, todos los que formamos parte de Unive Abogados estamos acostumbrados al uso de la tecnología para el desempeño de nuestro trabajo día a día, por lo que no ha supuesto ningún problema la necesidad de adaptarnos a nuevas herramientas tecnológicas. El verdadero reto, desde mi punto de vista, consiste en guardar un correcto equilibrio entre el teletrabajo y las ventajas que para los equipos tiene colaborar y trabajar juntos y de forma presencial. No creo que debamos tender, de forma radical, hacia un entorno de trabajo a distancia. Hay otros aspectos a considerar que influyen tanto en el desarrollo personal de los profesionales como en la productividad de las acciones de toda la empresa.
¿Qué aprendizajes os habéis llevado de esta situación?
Destacaría tres aspectos:
- Vivimos en un entorno de constante incertidumbre. Es cierto que esto ya es conocido, pero estas circunstancias que hemos vivido, y vivimos actualmente, no hacen sino reafirmarnos en la necesidad de gestionar desde el convencimiento la constante necesidad de una rápida adaptación al entorno.
- Las personas que forman parte del despacho, su implicación, su compromiso con la visión de la empresa, su sentimiento de pertenencia a un equipo… Todo ello resulta necesario para acometer con éxito tiempos críticos de incertidumbre.
- Cada vez es más necesario alimentar la cercanía con los clientes. Ser sensibles a sus necesidades y sus circunstancias. Personalizar todo lo posible su atención y su servicio. Esto puede resultar un tanto paradójico o contradictorio con la idea de una sociedad cada vez más hiperconectada, pero no es en absoluto incompatible. Más bien al contrario.
