Nuria Martín expone en esta entrevista cómo han vivido y se han adaptado a una situación extraordinaria como la del COVID-19. A juicio de la managing partner de Osborne Clarke en España, esta firma ha sido capaz de adaptarse a la nueva situación de trabajo, gracias a su inversión en sistemas de teletrabajo.
¿Estabais preparados para afrontar una situación tan disruptiva como esta?
Si bien ha sido una situación excepcional e inesperada, desde hace años la firma lleva invirtiendo en sistemas de teletrabajo, por lo que nos hemos podido adecuar a la situación de forma ágil y rápida y el servicio a nuestros clientes no se ha resentido. Los equipos han estado en contacto continuo a través de videoconferencia y la crisis ha demostrado que es posible compaginar el teletrabajo con el servicio de calidad que nuestros clientes esperan de nosotros. Todos hemos tenido que adaptarnos, pero la experiencia ha sido positiva y, en general, va a impulsar la implantación de esquemas de trabajo flexible en la profesión.
¿Cambiará la forma en cómo se prestan los servicios legales?
Menos presencialidad en las oficinas o guardar cierto distanciamiento entre personas no cambiará la esencia de la prestación de los servicios legales. Lo que sí puede variar son algunas formas o canales a través de los cuales trabajamos. La situación actual nos ha forzado a acelerar aún más el uso de las tecnologías y los canales digitales, que se han incorporado en nuestro día a día para quedarse de forma definitiva.
En Osborne Clarke hemos tenido la suerte de mantener un importante volumen de trabajo durante los meses de confinamiento. De hecho, pese a la distancia física, ha sido esencial estar más que nunca al lado de nuestros clientes dándoles todo nuestro apoyo, y así lo seguiremos haciendo, sea física o virtualmente.
No obstante, sigo pensando que la presencia física en el trabajo y en las reuniones es muy necesaria.
¿Cuál es el mayor reto que ha derivado y derivará el teletrabajo?
El mayor reto del teletrabajo ha sido el que las personas que trabajan en el despacho, después de varias semanas de ausencia percibiesen el despacho como un lugar seguro. En eso nos hemos esforzado empleando las medidas de protección sanitarias requeridas. No ha sido difícil por el espacio que tenemos, pero también hemos implementado muchas medidas de seguridad, sobre todo la distancia, habilitando para trabajos salas de reuniones y también la implantación de cristales divisorios. Nos ha ayudado el hecho que además de espacios abiertos tenemos muchos despachos individuales.
La experiencia del teletrabajo ha sido muy positiva y estamos muy satisfechos de la gran inversión tecnológica realizada por la firma en los últimos años, ya que nos ha permitido trabajar con total normalidad. No obstante, somos conscientes que para que según que operaciones, interactuar presencialmente es también necesario.
¿Qué aprendizajes os habéis llevado de esta situación?
Se ha demostrado que la gran inversión tecnológica que hemos hecho en los últimos años ha sido clave y seguirá siendo una prioridad en nuestra firma.
