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20/04/2024. 05:22:14

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Pedro Oller, senior partner de Oller Abogados

“Las relaciones con España son naturales y altamente productivas”

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"Está claro que la práctica del Derecho no es estática, conlleva la responsabilidad imprescindible de la actualización y el cambio". "El crecer por crecer debilita las estructuras". "No hemos cometido el error de abarcar solicitudes de nuestros clientes con el único afán de no perderlos".

Pedro Oller es Socio Senior y Abogado Director de la práctica de Derecho corporativo del despacho costarricense Oller Abogados. En el desarrollo de su actividad profesional ha asesorado empresas en diferentes sectores y países en material civil y comercial; así como en arbitrajes, en los cuales ha desempeñado el papel de árbitro y litigante. También tiene experiencia en fusiones y adquisiciones, así como en la dirección y reorganización corporativa.

'Las relaciones con España son naturales y altamente productivas'. Pedro Oller, senior partner de Oller Abogados

Pedro Oller es graduado en Derecho de la Universidad de San José (1996) y tiene un LL.M. de la Universidad de Duke (1995). Realizó estudios de postgrado especiales en Derecho Bancario y de Valores por medio de un programa conjunto entre la Universidad de Duke y la Universite Libre de Bruixelles.

Su educación posterior incluye el Programa de Instrucción para Abogados y el Taller de Negociación en la Escuela de Derecho de Harvard (1997), el "Campamento" para Abogados en Silicon Valley (Garage.com, 2000), el Programa de Fundamentos de Contabilidad y Finanzas en la Escuela de Negocios Stern de la NYU (2002) y el Programa para Empresas Líderes de Servicios Profesionales en la Escuela de Negocios de Harvard (2004). Pedro Oller fue reconocido por la publicación Latin Lawyer como uno de los 40 mejores abogados de menos de 40 años para Centroamérica, Panamá y el Caribe. Su labor como abogado la compagina con la de columnista del periódico La República y del semanario El Financiero de San José.

Usted es senior partner de una de las firmas más consolidadas de Costa Rica. Oller Abogados destaca año tras año en el ranking Chambers como despacho puntero en ese país. Después de posicionarse con éxito en Costa Rica, ¿cuál es el siguiente paso?, ¿qué estrategia de expansión tiene la firma?

Oller Abogados se ha distinguido, desde su inicio, por apegarse a los más estrictos valores de trabajo legal y compromiso con sus clientes. Esto ha hecho que durante los últimos  años, Chambers and Partners, International Financial Law Review y la revista centroamericana Estrategia & Negocios reconozcan nuestro trabajo en Costa Rica y la región. Nuestro objetivo primordial es consolidar nuestra presencia en Costa Rica, abriendo dos oficinas este año en el principal polo turístico y de desarrollo inmobiliario del país, la provincia de Guanacaste. Aunado a lo anterior, mantenemos flujos de trabajo con la región centroamericana y el Caribe, que son nuestros vecinos inmediatos, así como con los principales centros de negocios e inversión como son Nueva York, Londres, Madrid, Tokio, Beiijing, Sao Paulo y México DF por citar sólo algunos.

 

¿Cuáles considera que son los retos más importantes que un senior partner deberá afrontar en el futuro?

Está claro que la práctica del Derecho no es estática, conlleva la responsabilidad imprescindible de la actualización y el cambio. El senior partner debe liderar en función de estas dos obligaciones, permitiéndole a su organización crecer y realizarse profesionalmente.

 

¿Cree usted que las firmas internacionales, en contraposición a las nacionales, afrontan con mayor facilidad la globalización de los mercados, al ser ellas mismas fruto de este proceso?

Como la pregunta va en dos vías, me permito dos consideraciones. Por un lado, no concibo expectativas de las firmas internacionales en contraposición a las nacionales de cara a la globalización. Como bien decía Borges, "es en vano que golpees la puerta, estamos adentro". Sin menospreciar que las metas y objetivos puedan ser diferentes en escala, creo que el eje es el mismo. Claro, no puedo tapar el sol con un dedo tampoco, y las firmas internacionales tienen una estructura que les permite discurrir con mayor facilidad en un mundo globalizado pero, como vengo de un rincón bastante chico, creo también que a veces tienen la delicadeza del proverbial elefante en un bazar. Todo es relativo.

 

En este mismo orden de ideas, ¿cree que están mejor preparadas para afrontar una crisis económica internacional?

Sin lugar a dudas. En un escenario como el actual, estoy convencido por ejemplo que mientras las oficinas en EEUU podrían estar sufriendo los efectos palpables de la recesión económica, las oficinas en China están sacando la cara. Esta diversificación de mercados hace mucho sentido económico, pero cuidado que el esfuerzo hecho en el pasado ha demostrado que sin sustento, el crecer por crecer debilita las estructuras.

 

El futuro de las firmas jurídicas, ¿está en la especialización o en el ofrecimiento de un servicio integral?

Puedo contestar desde nuestra experiencia que es inversa. La firma empezó originalmente pensando en brindar servicios altamente especializados en materia de transacciones corporativas, fusiones y adquisiciones, alianzas estratégicas, spin-offs, etc. Pronto nos dimos cuenta que un mercado como el nuestro, ofrecía oportunidades esporádicas para este tipo de gestiones que, generalmente estaban encargadas a los abogados quienes con el sudor de la frente día a día bregando al lado de sus clientes, gozaban de su confianza. Agregaría, más aún, que de la misma forma nos habíamos ido posicionando casi sin darnos cuenta como una firma integral por las necesidades propias de nuestros clientes, que siguen siendo mayoritariamente empresas, y por las tareas que nos encomendaban. Eso sí, debo reiterar lo que apuntaba primero, no hemos cometido el error de abarcar solicitudes de nuestros clientes con el único afán de no perderlos. Estamos concientes de nuestras limitaciones y que hay profesionales en mejor capacidad de atender áreas de especialización de las que no participamos. Ahí, el mejor  consejo para un cliente es la referencia sincera de un colega.

 

A pesar de tener sede en la ciudad de San José de Costa Rica, Oller Abogados tiene una página Web que está, casi en su totalidad, escrita en inglés, ¿por qué? Si bien es cierto que un gran porcentaje de los clientes que ustedes representan son norteamericanos, también asesora empresas de Colombia, Perú, Guatemala, etc. ¿Es en virtud a la globalización?

Esto no es del todo cierto. El sitio Web es bilingüe y está escrito en inglés y en español. Pasa que al ingresar, la información está originalmente en idioma inglés por la naturaleza misma de nuestro mercado y de la globalización también que parece manejarse en dicho idioma, por lo que hemos optado por que esto sea así. Las páginas Web, si se me permite, son herramientas de información distintas a la información particular que compartimos con nuestros clientes en Colombia, Perú, Guatemala o cualquier otra jurisdicción hispanoparlante como usted bien señala, para esto actualmente diseñamos una extranet que pensamos será de enorme utilidad. Le añado un dato interesante, en la firma tenemos profesionales que hablan el portugués, el francés, el italiano, que estudian el mandarín. Damos mucha importancia a la capacidad idiomática que podamos ofrecer.

 

Hoy visita España. ¿Algún proyecto en la península?

Varios. Las relaciones con España son naturales y altamente productivas. Tenemos clientes en el sector de infraestructura, en turismo, en banca, en tecnología de la información. Nuestro flujo de trabajo con España ha crecido mucho en el pasado inmediato y visionamos que crecerá aun más en la medida que Costa Rica continúe liberalizando su economía, abriendo sectores como el de telecomunicaciones y seguros que se encontraban bajo un monopolio estatal y brindando garantías jurídicas y económicas a las inversiones extranjeras.

 

Costa Rica acaba de firmar el TLC con Estados Unidos. Desde el punto de vista del despacho, ¿qué expectativas tienen? ¿Alguna amenaza en el horizonte?

Expectativas tenemos todos sobre lo que el TLC con Estados Unidos, nuestro principal mercado como país, pueda representar. También, por las hondas transformaciones estructurales que representa para Costa Rica, algunas de las cuales he enumerado anteriormente. Por añadidura, entendemos que habrá amenazas pero sentimos que una estrategia para consolidar nuestra posición en el mercado interno, mientras seguimos viendo más allá de Estados Unidos como son los casos de España, China o Brasil nos sitúa sin dependencias ni ataduras que puedan limitar nuestro desarrollo.

 

Su país goza de una envidiable fama de estabilidad política, cuéntenos, ¿se puede decir que su sistema judicial funciona igual de bien?

No. La verdad, y debe ser dicha, es que adolecemos de una reforma jurídica que brinde las mismas indicaciones que nuestra economía, que nuestra política, que nuestra sociedad civil. Cuando las cosas salen mal, como suele suceder, es difícil explicar la justificación de litigios civiles que toman más de diez años, de criterios administrativos que cambian con el gobierno de turno. Tenemos un encargo enorme, y estamos todos incluidos, que la seguridad jurídica sea razón de orgullo para mi país.

 

Estados Unidos tiene unos lazos económicos fuertes con Costa Rica, de hecho es su principal socio comercial. Sería lógico pensar, por tanto, que esto haría converger de alguna manera su ordenamiento jurídico, con el fin de facilitar el intercambio con Norteamérica. En su opinión, ¿se ha dado este paso? Es decir, el derecho tico se ha acercado a la corriente del Common law? Y si es así, ¿podría darnos unos ejemplos?

Cuando empezamos hace unos quince años, la contratación civil y comercial era bastante sacramental. La usanza costarricense, incluida la protocolización notarial de los acuerdos, era la regla y quienes acercábamos los documentos para cumplir con los formatos estadounidenses éramos la excepción. Hoy, es a la inversa y esto es producto no sólo del intercambio comercial si no de una nueva generación, a la que pertenecemos, que se ha formado en los Estados Unidos. Diría que el auge de las formas de resolución alterna de conflictos, incluido y especialmente el arbitraje, es también una realidad de esta transformación. La jurisprudencia, como fuente supletoria también ha adquirido mayor realce y, ahora es mucho más común -incluso me atrevería a decir que casi requerido- la cita de antecedentes para justificar un reclamo en cualquier sede. No obstante, creo que la integración llega hasta ahí y seguimos manteniendo los formalismos propios de un derecho civilista por encima de cualquier duda.

 

Los mercados internacionales pasan por un período de alta inestabilidad. ¿Sería muy aventurado suponer que esta coyuntura disparará los procesos arbitrales a nivel internacional?

Para nada. Es una consecuencia lógica derivada de los tiempos que vivimos y, voy más allá, una prueba fehaciente de la trascendencia que el instituto del arbitraje ha adquirido. Ojalá siga siendo así.

 

En su opinión, ¿las empresas conocen suficientemente las bondades que ofrecen los procesos arbitrales?

Creo que la obligación es de sus asesores. Somos nosotros quienes debemos hacer de nuestros clientes, los principales conocedores del mecanismo arbitral y, por qué no, de la conciliación y mediación también. Todos estos son instrumentos que atienden a la agilidad empresarial pero no podemos pretender que nuestros clientes conozcan espontáneamente de estos. Como consejeros, en el estricto sentido legal, tenemos una responsabilidad para informar, asesorar y colaborar en los procesos de toma de decisiones.

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