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24/04/2024. 04:23:52

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Igualdad y Conciliación reales y efectivas ¿es posible?

Ana Gómez Hernández, presidenta de ASNALA, abogada laboralista y socia en Ceca Magán Abogados

La conciliación es un tema complejo y siempre ha constituido uno de los retos por los que la mujer trabajadora siempre ha tenido que luchar, y si ya es difícil en la mayoría de los trabajos, hay determinadas profesiones, como es el caso de la abogacía, donde la lucha es titánica. 

Algo que siempre me ha llamado la atención son las paradójicas guardias interminables, muchas veces de hasta 24 horas sin dormir, que realizan los médicos y personal sanitario en los hospitales.

¿Cómo es posible que los que más saben sobre salud y de la importancia del descanso y de las rutinas de sueño para el buen funcionamiento del cuerpo humano, sean los que se encuentran obligados por su profesión a saltarse todas las normas que recomiendan para sus pacientes y tengan que realizar guardias sin descanso y a veces sin comer?

No deja de ser curioso. Siempre se dijo: “En casa de herrero, cuchillo de palo”

Esa reflexión volvía estas pasadas navidades cuando el 23 de diciembre se publicaba en el BOE, en la disposición final tercera de la Ley Orgánica 14/2022, de 22 de diciembre, que el mes de agosto y el periodo que comprende las fiestas navideñas será inhábil excepto en las principales modalidades procesales del orden social.

De nuevo…sorprendente.

Precisamente, se priva del derecho a conciliar trabajo y familia a los profesionales que en su día a día se dejan la piel peleando en los tribunales para conseguir ese derecho para el resto de la ciudadanía y población activa.

Y si queremos seguir el consejo de los antiguos sabios, “mens sana in corpore sano” y deseamos reservar tiempo para formarnos y alimentar el alma, entonces ya hablamos de ciencia ficción. Un imposible.

La profesión de abogado es una de las más maravillosas que existen. Ayudamos a otras personas a ejercer sus derechos. Somos su voz, nos ponemos en su lugar y hacemos valer sus derechos. Una defensa que estas personas por si mismas no pueden hacer y que constituye un elemento fundamental de nuestra democracia y nuestra sociedad.

¿Pero quién defiende los derechos de los abogados? ¿Y el de las abogadas?

Ser abogada en ejercicio supone una elevada entrega personal, mucho sacrificio, renuncias y un esfuerzo extra, en ocasiones transparente, de conciliación trabajo – familia.

Las empresas y los despachos están concienciados y tratando de buscar el camino para que este objetivo se vaya alcanzando, pero de nada nos sirve cuando se aprueban leyes orgánicas que dejan sin solución este complicado laberinto.

Cierto es que los trabajadores deben contar con un procedimiento ágil y rápido que trate de evitar dilaciones y retrasos, pero no menos cierto es que debemos buscar una solución adecuada para que todos los compañeros laboralistas puedan disponer de su agenda personal para planificar su vida en familia.

De no conseguir entre todos este objetivo, de nada servirá seguir hablando de igualdad y de conciliación, cuando tu propia profesión es incompatible con tener vida personal, una familia y progresar profesionalmente hasta la posición de socia de un despacho.

Estos pequeños hitos son grandes logros para la mujer abogado que quiere disfrutar de una vida personal y familiar plena y, que llegado el momento, no quieren tener que desvincularse de la profesión.

Nuestro gremio ha normalizado la costumbre de tenerse que llevar expedientes en la maleta cuando se marchan de vacaciones. ¿Quién no conoce a algún compañero que ha tenido que volver para ultimar un escrito que vencía en su periodo de descanso estival?.

En los casos de abogadas todavía resulta un tema más complicado porque, por desgracia, muchas compañeras me han reconocido que han tenido que perderse momentos muy importantes de su vida familiar solo por no ser consideradas de un nivel inferior en su profesión o ser poco responsables para con su trabajo.

En los últimos años, hemos avanzado mucho y las políticas de teletrabajo y las nuevas tecnologías han ayudado mucho, pero también han supuesto un peligro añadido:

La ejecutiva que llega a la cima ha tenido que estar disponible 24 horas al día y 7 días a la semana, para derribar barreras de género

No tiene siempre la capacidad de poder decir que no, pues corre el peligro de ser sustituida y esto es algo que no conseguiremos eliminar si no se proponen soluciones desde el propio legislador y por supuesto las instituciones competentes.

¿Los abogados defienden derechos renunciando a los suyos?

¿Abogadas que luchan por conseguir la conciliación laboral-familiar de trabajadoras cuando no son capaces de alcanzar la suya porque el sistema está organizado justo al contrario?

Debemos reflexionar sobre todo esto y trabajar por conseguir entre todos que verdaderamente la mujer no tenga que dar un paso atrás cuando se plantea la maternidad o cuidar de sus mayores, por ejemplo.

Es algo que afecta a toda la profesión, a los compañeros varones también. Muchos de ellos nos reconocen el mérito porque conocen lo exigente que resulta y siendo madre de familia todavía se complica muchísimo más y lo ven y lo valoran.

Hagamos esfuerzos por conseguir la efectiva conciliación trabajo – familia – tiempo personal para todos los compañeros y compañeras del orden jurisdiccional social. Estaremos poniendo nuestro pequeño gran granito de arena por conseguir que las mujeres tengan menos barreras en el efectivo ejercicio de su profesión.

Una gran profesión: la de laboralista.

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