Durante estos años de trabajo en los departamentos de contenidos jurídicos, primero en legislación y años más tarde en jurisprudencia social y recientemente tributaria, he colaborado con un equipo de abogados, magistrados, personal de la Administración con unos cualificados perfiles profesionales y en tareas relacionadas con publicaciones de la empresa he tratado con autores, instituciones y diversas asociaciones cuyas aportaciones son fundamentales en nuestra labor y más en áreas con continuas modificaciones legislativas.
Y más concretamente, quiero destacar a las autoras, magistradas, abogadas que he ido conociendo, quienes han nutrido con su experiencia, seriedad y responsabilidad nuestros servicios. A lo largo de los años, muchas de estas mujeres se han convertido en catedráticas de universidad y magistradas en tribunales. Quiero mencionar el Foro Aranzadi Social, que nos aporta una continua actualización ya que tiene una indiscutible primera posición en los ámbitos de relación y actualización de profesionales porque allí he tenido la oportunidad de conocer a excelentes profesionales como magistradas de TS y TSJ, graduadas sociales y abogadas en ejercicio.
En materia de conciliación de la vida personal y laboral ha avanzado mucho en estos años tanto nuestra editorial como la sociedad. Se han implementado numerosas palancas legales como los permisos paternales, o números de representación femenina o planes de igualdad a las que igual en frío se le pueden ver diversas pegas porque sabemos que lo que hay que lograr es mérito, capacidad, igualdad real y conciliación, pero que han logrado una progresiva “mentalización” social, y muy importante, para nosotras, que lo creamos y que actuemos. Quedan pendientes más avances en los tribunales, que se lograrán con el notable acceso de la mujer a la carrera judicial.
En la editorial se ha ido añadiendo al convenio la posibilidad de pactar horarios diferentes, ampliación de licencias y permisos, reducciones de jornada sin reducción salarial que años atrás me habría venido ideal haber tenido y permisos por acompañamiento de los que sí me he podido beneficiar. El teletrabajo, que ya había sido implementado en la editorial exitosamente desde tiempo atrás, ha traído ventajas. Sin embargo, considero que no hay que descuidar la vigilancia de esta prestación para las mujeres por si en algún caso pudiera suponer un retroceso en materia de conciliación.
He sido una observadora privilegiada de cómo se ha aplicado en la jurisdicción social la perspectiva de género a la hora de enjuiciar; creo que es un paso adelante decisivo en la resolución de conflictos. Muchas resoluciones han reconocido la igualdad para las mujeres, por ejemplo, en sectores productivos con jornadas a tiempo parcial en los que trabajan mayoritariamente mujeres a las que luego se ha reconocido derechos análogos a de los trabajadores a jornada completa, protección en despidos, prestaciones de la Seguridad Social. Y creo que, con éxito, se ha tratado de llegar a la solución más acorde con la consecución de una igualdad real y efectiva. Y lo mismo se ha aplicado en casos en que los hombres quedaban discriminados, como en los recientes supuestos de complementos de pensiones para la reducción de la brecha de género; esto es igualdad real.
Aunque sigue existiendo un techo de cristal, considero que cada vez se tienen más en cuenta las capacidades de la persona a la hora de decidir quién ocupa un puesto con independencia de su sexo. En esta carrera de fondo vamos superando incluso viejos dichos ….
