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18/04/2024. 11:54:48

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“Las abogadas hemos de trabajar hasta el último día antes de dar a luz”

Cristina Llop. Socia Dispute Resolution y Litigation de ECIJA
Cristina Llop
  • “Somos menos las mujeres ocupando cargos de relevancia en órganos de representación”
  • “La igualdad real es posible y debemos seguir trabajando para conseguirla”

Cristina Llop es socia de las áreas Dispute Resolution y Litigation de ECIJA y cuenta con más de quince años de experiencia en el asesoramiento jurídico en dichas áreas de práctica. Expresidenta de CEAJ, consejera del Consejo General de la Abogacía Española y vicesecretaria de comunicacion y marketing del CGAE, ejerce en ECIJA, tras haber dirigido el despacho Llop & Velasco, y forma parte del colectivo Women in a Legal World.

Socia de una firma de gran prestigio como ECIJA, expresidenta del CEAJ, consejera en Abogacía Española, entre otros méritos. Usted conoce muy bien cómo se alcanza el éxito profesional. ¿Ha sido un camino sinuoso?

Compatibilizar el trabajo de despacho con el institucional ha sido y es muy demandante, y te obliga a renunciar a parte de tu vida personal para poder llegar a todo, pero no deja de ser una opción personal que sigo eligiendo cada día, como tantas otras mujeres y hombres. He de reconocer que, particularmente, mi condición de mujer nunca ha sido un hándicap, sobre todo porque mi marido y yo tenemos claro que las responsabilidades familiares son compartidas y nos tenemos que apoyar el uno al otro en nuestras respectivas trayectorias. He tenido además la suerte – que muchas compañeras no han tenido ni tienen -, de encontrarme en el camino con compañeros y compañeras que han valorado mi trabajo sin atender a convencionalismos arcaicos.

Forma parte de la cúpula de distintos órganos de representación. ¿Han notado diferencias a la hora de lograr sus metas usted o sus compañeras por cuestión de género?

Hay un dato que, sin entrar en disquisiciones, resulta incuestionable: somos menos las mujeres ocupando cargos de relevancia en órganos de representación, lo que resulta curioso si tenemos en cuenta que, en las bases, somos mayoría. ¿Cómo lo interpreto? El acceso a estos puestos es, en una primera instancia, una elección personal. Una se tiene que postular para poder resultar elegida. Nuestra minoría en estos puestos quizás responda al hecho de que sigan muy presentes viejas convicciones que nos lleven a las mujeres a sentir que debemos renunciar a optar a estos puestos por ocuparnos de la familia casi en solitario, y a los hombres a priorizar el trabajo en detrimento de la familia. Cada una se siente realizada de diferente forma. Cómo elige cada una destinar su tiempo es muy respetable y todas las opciones son perfectamente válidas. El problema reside en que esa elección se haga en contra de la voluntad real, por asumir funciones de las que no nos corresponde responsabilizarnos en soledad. Nuestra meta es llegar al convencimiento real de que hombre y mujer son complementarios, y solo desde esa perspectiva, decidir el camino que queremos seguir.

Los techos de cristal están para romperlos.

Claro que sí. La igualdad real es posible y debemos seguir trabajando para conseguirla. Todos deberíamos tener las mismas oportunidades de optar por el puesto al que aspiramos y que solo fuera nuestra capacidad y mérito las cualidades que se tuvieran en cuenta para acceder al mismo.

¿Qué le aporta pertenecer a la red Women in a Legal World, asociación para promocionar el talento femenino en el sector legal?

La mejor forma de conseguir que te escuchen y conseguir mejoras para tu colectivo es la vía del lobby. Los abogados y las abogadas tienen muchas reivindicaciones que son comunes a unos y otras, pero las mujeres, por nuestra propia naturaleza, tenemos necesidades diferentes a las de los hombres que precisan de reclamaciones diferenciadas.

Encontrar un entorno, WLW, en el que compartir inquietudes comunes, realizar propuestas útiles, y a la vez, promover encuentros y jornadas que sirvan para el crecimiento personal y profesional, no tiene precio. Tampoco lo tiene el contar con un entorno donde prime el apoyo y la hermandad entre profesionales cuya visión sea semejante y los objetivos comunes.

¿Qué papel juega la mujer en los despachos del siglo XXI?

Los despachos se escriben en clave femenina cada vez más. Y ello porque la mujer, con su tesón y esfuerzo, ha ido ganando terreno en una profesión antaño masculinizada. Ahora bien, esto no es un “quítame tú que me pongo yo”. No es una guerra de sexos. Se trata de que cada uno ocupe el puesto que deba en atención a criterios exclusivos de mérito y capacidad, y que todos los profesionales que trabajan bajo una misma firma aporten su visión porque, sin duda, con la diversidad se enriquece el trabajo.

Ahora mismo, sin embargo, estamos hablando de que apenas un 20 % de los puestos de dirección en grandes despachos son ocupados por mujeres, a pesar de que son el motor mayoritario de los mismos. Estoy segura de que, en breve, ese porcentaje se verá incrementado dando paso a profesionales -ni mujeres ni hombre, profesionales- que accederán a ellos por sus logros.

Usted es un espejo en el que otras colegas se miran. ¿Qué puede hacer por ellas, considerada una de las mujeres más influyentes de la abogacía española?

Da vértigo pensar que haya compañeras que puedan verte como un ejemplo. Mejor, sin duda, reflejarse en aquellas mujeres que son las responsables de que hoy todas tengamos las oportunidades que merecemos. Yo, comparativamente, no soy nadie.

Dicho esto, nuestra profesión viene siendo maltratada obligándosenos a elegir entre la vida familiar y la profesional por la ausencia de normas que nos hagan merecedores de los mismos derechos que tiene cualquier trabajador. Así, casi nadie fuera de nuestro sector sabe que, por ejemplo, las abogadas hemos de trabajar hasta el último día antes de dar a luz, o incluso el siguiente, porque los plazos procesales no se suspenden ni aún entonces. Incluso hay casos en los que se ha negado a compañeras la suspensión de una vista que coincidía con la fecha programada precisamente para dar a luz. ¿Cómo puede ser que en pleno siglo XXI tengamos que seguir reclamando que se nos deje descansar siquiera el día del parto? Parece una broma, pero es una realidad.

Desde el Consejo General de la Abogacía Española llevamos años trabajando para que se incorporen las reformas legislativas necesarias para que los profesionales de la abogacía puedan ejercer su profesión con dignidad y seguridad.

Al margen de esta cuestión que me parece primordial y absolutamente decisiva, estoy siempre abierta a participar en cualquier iniciativa que promueva el talento en condiciones de igualdad.

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