Sorpresivamente, pese a haber un alto porcentaje de mujeres en las facultades de derecho, cuando se trata de liderar, los hombres nos superan, su voz se hace más presente y sus opiniones parecen más verdad y más ciertas que las que pueda expresar una mujer. Hemos iniciado el camino y tenemos que seguir creyéndonoslo, que sí que es relevante que haya mujeres en los órganos directivos, que sí que se produce una transformación de la sociedad y sí, podemos dar un punto de vista distinto. La sociedad lo requiere.
Soy miembro de la Asociación de mujeres AEMENER (Asociación Española de Mujeres de la Energía), curiosamente, aunque sin generalizar, en los eventos organizados por dicha asociación se tratan lógicamente temas del negocio de la energía y la transición energética, pero también está muy latente la pobreza energética y cómo poder solucionar problemas sociales del primer mundo, de cómo humanizar la energía, cosa que en otros eventos genéricos de energía no es un tema relevante. Por tanto, yo entiendo que las mujeres, sí podemos dar un punto de vista diferente. Insisto, la sociedad lo requiere.
En cuanto a mi experiencia de más de 20 años a nivel internacional, como socia de DAUSS ABOGADOS, despacho especializado en clientes alemanes, austríacos y suizos, y de SCHLAICH DAUSS, boutique de abogados internacionales especializada en el Derecho de la Energía, así como Secretaria General de la Asociación hispano austríaca (AHAUJ/ÖSJV) y miembro de la Sección de Derecho Internacional del Ilustre Colegio de la Abogacía de Barcelona (ICAB), tengo la percepción de que la perspectiva de la mujer cambia, ya que tanto los clientes como los compañeros internacionales, dada la especialidad de cada uno de nosotros, e incluso el esfuerzo idiomático y cultural, van muy focalizados a resolver el asunto, pasando por alto otros aspectos.
Pese a ello, muchos de los cargos directivos en asociaciones internacionales, siguen siendo hombres, por lo que todavía nos queda camino por recorrer para que llegar a que se oigan más voces femeninas.
Mi conclusión es que tenemos que creernos que podemos, porque una sociedad tiene que ser representativa y, se pierden muchos puntos de vista que, aunque posiblemente distintos, también son relevantes para evolucionar.
Por tanto, concluyo que sí, que seguimos necesitando más 8Ms, para que la mujer crea en ella misma y su voz se oiga, como cualquier otra. Insisto, la sociedad debería estar representada en todos los ámbitos, y los puestos directivos, ya sea de una sociedad mercantil como una asociación, por pequeña que sea, no pueden ser una excepción.
