Los fondos soberanos son los nuevos actores del mercado internacional. Los nuevos vehículos de inversión estatal también tienen presencia en España.
Washington y Bruselas han manifestado su preocupación ante la creciente importancia de los llamados fondos soberanos (sovereign wealth funds) en los mercados financieros del mundo entero. Los fondos soberanos son enormes pools de activos financieros controlados por gobiernos. Sus recursos, por lo general, proceden de la extracción de materias primas (minerales en su mayor parte) y otras actividades estatales.
El origen de estas fórmulas corporativas es muy diverso: China, Emiratos Árabes, Noruega, Singapur, etc. Se estima que dichos entes controlan actualmente más de 3 billones de dólares en activos. El empleo de estos fondos por parte de ciertos Estados constituye una práctica que iniciada hace décadas. No obstante, pocos meses atrás, su actividad atrajo la atención del mundo entero. Durante la reciente crisis de los mercados de capitales, derivada del affair subprime, estas entidades acudieron al rescate de algunos colosos empresariales que se encontraban en apuros, invirtiendo cantidades astronómicas de dinero e inyectando la tan preciada liquidez que necesita el sistema.
Durante los últimos meses, la presencia de estos vehículos de inversión ha experimentado un singular auge, dejando sentir su influencia en Estados Unidos y Europa. De acuerdo con el Wall Street Journal, a mediados de enero del presente año, el Government of Singapure Investment Corp., de la mano de Kuwait Investment Authority y otros inversores, inició la adquisición de 8.3 mil millones de euros en participaciones del Citigroup. En diciembre pasado, la Saudia Arabian Monetary Agency inició la compra del 9% del banco suizo UBS AG, por un monto de 7.6 mil millones de euros. Abu Dhabi Investment Authority, por su parte, se encuentra negociando el 4.9% del total de stakes de Citigroup. China Investment Corp. busca una participación de 5 mil millones de dólares en Morgan Stanley. Temasek Holding, proveniente de Singapur, realizó una millonaria propuesta para ingresar en el mercado del Reino Unido.
El mayor fondo de inversión estatal es el Abu Dhabi Investment Authority and Corporation (ADIA), con 581.5 mil millones de euros. Este pool financiero es el que más tensiones crea en Occidente, por la absoluta falta de transparencia de su administración. En terreno español, este fondo proveniente de Emiratos Árabes tiene una importante participación en la Compañía Española de Petróleos (Cepsa) desde 1988, a través de su filial IPIC. En 1998, dichas empresas se asociaron para formar Cepsa Maghreb, con el objetivo de comercializar y distribuir derivados del petróleo en Marruecos.
Los Estados Unidos y algunos países europeos contemplan con recelo el hecho de que otros gobiernos adquieran un papel tan importante -por no decir, predominante- en sus estructuras financieras. Temen que las operaciones de estas entidades escondan fines de índole geopolítica. Si bien hay algunos casos que son un ejemplo de transparencia -como los fondos de Noruega y Singapur-, el secretismo de otras entidades es objeto de recelo. Resulta preocupante que estas omnipotentes compañías inversoras se encuentren sujetas, en su mayor parte, al tutelaje de gobiernos no democráticos. Por ello, tanto la Casa Blanca como los altos mandos de Bruselas, han propuesto el inicio de sesiones de diálogo para adoptar un Código de Buena Conducta en materia de fondos soberanos. Estos esfuerzos se llevan a cabo a nivel global en el ámbito del Fondo Monetario Internacional y en la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico. Sin duda, vale la pena intentarlo.