La familia del cámara de Telecinco José Couso, muerto el 8 de abril de 2003 en Bagdad (Irak) a resultas de los disparos efectuados desde un tanque de combate de EEUU, volverá a pedir el procesamiento de los tres militares estadounidenses presuntamente implicados en los hechos, una vez que el juez que investiga el caso en la Audiencia Nacional, Santiago Pedraz, practique las nuevas siete diligencias de investigación acordadas ayer para impulsar la causa.
Así lo afirmaron en rueda de prensa el abogado de la familia, Enrique Santiago, el hermano de Couso, Javier, y el tío de ambos, el periodista y militar en la reserva Rafael Permuy. Todos ellos valoraron muy positivamente las nuevas diligencias ordenadas por el juez Pedraz y criticaron, por contra, el papel desarrollado hasta ahora por la Fiscalía que, lejos de apoyar esta investigación, ha pedido varias veces su archivo.
Pedraz citó ayer a declarar como testigos a los ex ministros de Defensa y Asuntos Exteriores, Federico Trillo y Ana Palacio, respectivamente, y ordenó otras cinco diligencias testificales y procesales, entre ellas la declaración de la ex sargento del Ejército de EEUU Adrienne Kinne, quien ha reconocido que se encaró con un superior cuando supo que el Hotel Palestina, donde se alojaban los periodistas extranjeros, había sido designado como objetivo.
Pedraz decidió reactivar esta instrucción a resultas de la decisión adoptada el pasado día 13 por la Sección Segunda de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional de revocar su orden de procesar a tres militares estadounidenses presuntamente responsables del disparo. Dicha revocación fue instada por la Fiscalía.
Con respecto al fiscal adscrito al caso, Jesús Alonso, y al fiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido, Javier Couso señaló que su familia se ha encontrado siempre "desamparada" por el Ministerio Público, que no sólo no se ha dedicado a investigar, sino que "ha acabado siendo defensor de presuntos criminales de guerra".
Por ello, Couso afirmó que su familia se reserva la posibilidad de interponer acciones legales contra la Fiscalía por haber vulnerado, con su actuación, determinados preceptos establecidos en el Convenio Europeo de Derechos Humanos.
Denuncia también esta parte que durante los 6 meses en los que los tres militares de EEUU permanecieron procesados ni el Ministerio de Justicia ni el de Exteriores movieron un dedo para tramitar las órdenes de busca de estos agentes, cuando en otros casos las órdenes dictadas por la Audiencia Nacional llegan a Interpol en escasas 24 horas.
EL HOTEL PALESTINA "IMPORTA UN BLEDO"
La familia de Couso, que está personada como acusación particular en la causa, destaca la importancia de una de las pruebas solicitadas por esta parte y que ha sido acordada por el juez, la declaración de la sargento Kinne, quien en el programa televisivo Democracy Now manifestó que ella era la responsable de controlar a todos los periodistas del Hotel Palestina por lo que, al enterarse de que iba a ser objeto de un ataque, se encaró a su superior, John Berry. Según esta militar, el mando le respondió que el Palestina "importaba un bledo".
Otra de las pruebas instadas por esta parte y aceptadas por el juez instructor es la declaración como perito de un experto de la Cruz Roja, Gonzalo Jar Couselo, que ha realizado un artículo de investigación jurídica sobre el "caso Couso".
"La familia va a seguir impulsando todas las iniciativas que el Estado de Derecho nos permita, porque entendemos que con impunidad no puede haber democracia", agregó el hermano del cámara asesinado.
Por su parte, Permuy se presentó como periodista y militar experto en comunicación pública, por lo que a su juicio no cabe duda de que los mandos estadounidenses conocían con todo detalle la presencia y actividades de los periodistas extranjeros en el Hotel Palestina. A su juicio, ello echa por tierra los argumentos empleados por la Sala para justificar la revocación de los procesamientos.
ACLARACIÓN DE LOS COMPAÑEROS
También estaba presente en la rueda de prensa la periodista de la SER Olga Rodríguez, testigo de los hechos, parte de cuya declaración, junto a la de otros dos compañeros de Couso, fue utilizada por la Audiencia Nacional para justificar la revocación de las órdenes de búsqueda contra los militares de EEUU, por confirmar la presencia de agentes iraquíes en el hotel Palestina.
Rodríguez explicó que sus declaraciones ante Pedraz fueron "descontextualizadas" por la Sala de lo Penal porque ella habló de personal iraquí en le hotel, si bien no se trataba de personas armadas, sino funcionarios que actuaban como censores frente a la prensa. "Nos tocaban las narices porque habíamos introducido sin permiso teléfonos satélites, pero no eran un peligro para nuestra integridad y mucho menos para las tropas norteamericanas", apuntó.
La periodista explicó que los periodistas, cuando acuden a un conflicto armado, son conscientes de que asumen riesgos, como son el poder ser secuestrados por milicias, fallecer en fuego cruzado o sufrir el impacto de una bomba. "Lo que no asumimos, en pleno siglo XXI, cuando hasta en la guerra hay normas, es que un edificio protegido por la Convención de Ginebra sea atacado por fuego amigo", apuntó.
Tanto la agencia Reuters – para quien trabajaba el periodista ucraniano Taras Protsyuk, también fallecido en el ataque-, como la Federación Internacional de Periodistas han solicitado al Senado estadounidense que reabra la comisión de investigación sobre este asunto.
Finalmente, y con respecto a las declaraciones de Trillo y Palacio, Javier Couso reiteró que al menos servirán para que ambos informen sobre cuáles fueron las explicaciones que les dio Estados Unidos sobre la muerte de su hermano.