Las conversaciones de la semana pasada en Panamá entre el fiscal general de Colombia Mario Iguarán y el fiscal jefe de la Audiencia Nacional Javier Zaragoza durante la II Conferencia Ministerial sobre Cooperación Internacional contra el Terrorismo y la Delincuencia Organizada Transnacional han tenido como fruto la apertura de una investigación entre las relaciones entre ETA y FARC.
Tras la muerte en el mes de marzo por un ataque del ejército colombiano de Raúl Reyes, nombre público del guerrillero Luis Edgar Devia Silva, los avances en la lucha contra la violencia y los secuestros en la zona de actividad de las FARC se suceden. Ahora, además, las fronteras se amplían, dado que se está verificando a través del examen del ordenador del guerrillero que sus actividades no se limitaban a la zona de actuación conocida del grupo. Los contactos de formación y programas de actuación conjunta con ETA han llevado al fiscal jefe de la Audiencia Nacional a poner en marcha ayer mismo dos actuaciones concretas: una comisión rogatoria urgente enviada a Colombia para que se remita a España toda la documentación que pueda interesar para los fines españoles y un escrito a Policía Nacional y Guardia Civil donde pide una recopilación de los datos de los atentados programados en Madrid contra personalidades colombianas. En este sentido, el 30 de mayo se confirmó por parte del Ministerio de defensa colombiano que las FARC trataban de atentar en Madrid contra el vicepresidente colombiano Francisco Santos y el expresidente Andrés Pastrana.
Todo ello se produce tras la verificación por parte de la INTERPOL de que los documentos encontrados por el ejército colombiano en ordenadores de la guerrilla de las FARC son auténticos y no han sido manipulados posteriormente a su hallazgo tras los ataques. En concreto, son tres ordenadores portátiles, dos discos duros y tres memorias USB los que van dando la información en la que se basan ahora las autoridades españolas y colombianas.