Lo que mal empieza, mal acaba. La mediática deducción por obtención de rendimientos del trabajo o de actividades económicas de esa cantidad está a punto de desaparecer. Mucha polémica ha rodeado a esta medida, que, al principio, ni siquiera sabían aplicar los asesores fiscales. Ahora, se ha convertido en el argumento estrella de los políticos a la hora de arañar fondos para aportar liquidez a las arcas del Estado.
El Real Decreto Ley 2/2008, de 21 de abril, de medidas de impulso a la actividad económica inauguró el año pasado una serie de medidas económicas que buscaban realzar la economía de los ciudadanos. Ahora se tratar de realzar la del Estado, así que esa deducción tiene todos los visos de desaparecer.
Dicho Decreto-Ley contenía medidas fiscales en la normativa reguladora del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas, del Impuesto sobre Sociedades, del Impuesto sobre la Renta de no Residentes y, en el ámbito de la imposición indirecta, en la del Impuesto sobre el Valor Añadido, del Impuesto General Indirecto Canario y del Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados.
En el ámbito del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas, a fin ayudar a las familias con perceptores de rendimientos del trabajo o de actividades económicas, se incorporó un beneficio fiscal en el IRPF, consistente en reducir el importe de la cuota líquida total del impuesto de los perceptores de dichas rentas hasta en 400 euros anuales.
Ello se hizo a través de artículo 80 bis, añadido a la Ley 35/2006, de 28 de noviembre, del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas y de modificación parcial de las leyes de los Impuestos sobre Sociedades, sobre la Renta de no Residentes y sobre el Patrimonio. De esta manera, los perceptores de rendimientos del trabajo y de actividades económicas con determinadas rentas podían minorar la cuota líquida total hasta en 400 euros anuales.
Ya en su día, los asesores no tenían clarificado cómo aplicar esta deducción para sus clientes.
A este respecto, José Blanco, Ministro de Fomento, aseguró ayer que la reforma fiscal en la que trabaja el Ejecutivo, que se dará a conocer cuando se presenten los Presupuestos para el año 2010, no supondrá una imposición mayor a la que existía en el año 2004.
Blanco descartó de plano la posibilidad de acometer una subida impositiva de las rentas del trabajo, y explicó que sólo se realizarán ajustes que permitan aumentar un poco los ingresos, con el objetivo de mantener la protección social, los recursos para la sanidad, los incrementos de las pensiones mínimas y la inversión productiva, entre otras cosas.