La administración tributaria estadounidense quiere cortar de raíz las prácticas fraudulentas de muchas instituciones bancarias extranjeras
Una verdadera caza de brujas se ha desatado en Washington. Esta vez, la mirada está puesta en la apacible opulencia del sistema bancario de Los Alpes. La administración tributaria estadounidense quiere cortar de raíz las prácticas fraudulentas de muchas instituciones bancarias extranjeras, las que ayudan a los ciudadanos americanos a obviar los tributos que la ley impone. Se trata de miles de millones de dólares de acaudalados contribuyentes que son depositados en instituciones financieras de países como Suiza y Liechtenstein, universos paralelos donde los impuestos no existen.
Mario Staggl es uno de los principales sospechosos. Es propietario de New Haven Trust Company Limited, una empresa que ha operado con normalidad en Liechtenstein, al amparo de una licencia oficial concedida por el propio gobierno del Principado desde 1995. La firma se especializa en "consultorías tributarias internacionales", "gestión de fortunas", así como en "transacciones financieras". Ofrece un servicio "a medida del cliente". Por el momento, Staggl se encuentra en paradero desconocido. Nadie responde el teléfono de su firma asesora. De acuerdo a personas muy involucradas en el tema, es poco probable que las autoridades del Liechtenstein entreguen a Staggl a las autoridades norteamericanas.
El otro presunto implicado es Bradley Birkenfeld, funcionario del banco suizo UBS-AG, encargado del manejo de carteras en Estados Unidos. Se trata de un ejecutivo estadounidense de 43 años, con una larga experiencia en la selva financiera de Ginebra, asesor de muchos potentados norteamericanos con ansias de evadir impuestos. En 2001, las autoridades fiscales de Estados Unidos acordaron con UBS supervisar las transacciones realizadas por ciudadanos americanos. El banco helvético prometió pasar informes periódicos sobre sus clientes, y obligarlos a llenar un formulario con datos personales. Luego de celebrado este acuerdo, Birkenfeld acudió a Staggl para elaborar un plan que permita a sus clientes soslayar el control convenido por la directiva del banco con el gobierno americano. Se siguieron haciendo lucrativos negocios, escapando del marco de la legalidad, bajo la complicidad implícita de unos gobiernos muy permisivos. Este genio de la oscuridad financiera ha sido detenido como resultado de la investigación.
Por otra parte, hace pocas semanas, oficiales del gobierno estadounidense detuvieron Martin Liechti, director del departamento de gestión del patrimonio para Estados Unidos de UBS. Liechti fue retenido en Miami como testigo clave para testificar en el proceso de investigación.
Se dice que en Estados Unidos sólo hay dos cosas inevitables: la muerte y los impuestos. Y al parecer es así. Mientras el gobierno americano desata esta inquisición tributaria, ciudadanos del mundo entero ponen las barbas en remojo. Por su parte, pronto las autoridades españolas pertinentes iniciaran los procedimientos necesarios para vengar al fisco. Madrid está tras la pista de cientos de presuntos evasores. Hay mucho dinero ibérico corriendo por las venas financieras de la república helvética y del centenario principado alpino. Todo es cuestión de tiempo.
