En muchas ocasiones, cuando se piensa en empresa familiar nos viene a la mente una empresa pequeña, que opera en ámbito local en la que, en la mayoría de las ocasiones sólo trabajan miembros de la familia propietaria.
Sin embargo este concepto es totalmente erróneo. Lo que define una empresa familiar no es su tamaño, sino en manos de quién está su propiedad, que puede recaer sobre una o varias familias las cuales tengan sobre la empresa una influencia efectiva, sin duda alguna, también sobre las decisiones más importantes.
La clave del éxito parece estar en dejar atrás el concepto de empresa familiar para dar paso a la familia empresaria y, una vez ahí, a la familia emprendedora.
Los diez problemas principales en la Empresa Familiar. Hacia la familia empresaria.
En España, las empresas familiares representan el 89% del total de las empresas privadas, lo que supone un 67% del total de puestos de trabajo en el sector privado. Si estas cifras no fuesen suficientes, de los 400 nombres de la primera lista Forbes publicada en 1982, 30 años más tarde permanecían solo un 9%.
Evidentemente hay una serie de problemas que podrían ser comunes a todas las empresas familiares que hacen de ellas pasar de estar incluidas en la codiciada lista Forbes a colgar en su puerta el cartel de "CERRADO". La trayectoria de la empresa familiar y el estudio de esta, ha llevado a tasar de manera genérica alguno de los problemas principales a los que se enfrentan, véase:
1. Cuestiones familiares como el divorcio, crisis financieras y problemas de salud.
2. Ausencia de políticas claras, procedimientos y normas empresariales.
3. La falta de estrategias de negocios documentadas para la operación, el crecimiento y la sucesión.
4. Problemas de compensación (salarios, beneficios, etc.) que no estén claramente definidos.
5. Confusión de rol, un mal control de las operaciones y la falta de una estructura para reportar.
6. Falta o incorrecta aplicación del talento, habilidades y capacidad de los miembros de la familia.
7. Problemas con los empleados que no son familiares por miedo de nepotismo o favoritismo.
8. Problemas de comunicación por situaciones familiares no resueltas.
9. La falta de una visión unificada del negocio.
10. La ausencia de valores, ética y filosofía de la empresa propiamente documentados.
Y para permanecer, los cuatro grandes retos. Hacia la familia emprendedora.
Ahora bien, en España, tradicionalmente se han identificado cuatro retos que, sin dejar a un lado los dispuestos, también han supuesto y suponen un gran problema para las empresas familiares:
1. Recelo al progreso (innovación) frente a la madurez del mercado. Cuando las ventas son estables y las técnicas de producción están perfeccionadas, la rentabilidad deja de ser elevada por el número de competidores que hacen del precio de mercado un "juego a la baja". El empresario-fundador es receloso al progreso, pues supone su salida de su estado de "confort" , lo que le lleva a ser más conservador y menos flexible con las inversiones en innovación.
2. Profesionalización frente a la madurez de la estructura organizativa. Cuando la empresa ha llegado al éxito, también ha llegado a diferenciarse en el mercado y a ganarse su credibilidad. La European Foundation for the Improvement of Living and Working Conditions, en su informe de 2002, señalaba que la voluntad de las empresas de garantizar la continuidad de la familia al frente de ellas suele generar deficiencias en su gestión, debilitando así su posición competitiva.
En contraposición, cuando una familia apuesta por un proyecto basado en la profesionalización, con el nombramiento de ejecutivos de acuerdo a criterios de mercado e innovación, puede obtener resultados muy positivos.
3. Conflictos familiares que afectan a la empresa, siendo este el principal problema en el mundo de la empresa familiar. Ser miembros de una misma familia no presupone la buena relación, y mucho menos que los puntos de vista sean los mismos, más bien, en la gran mayoría de las ocasiones son antagónicos.
4. Liderazgo y familia empresaria frente a la sucesión del emprendedor. La sucesión del emprendedor puede ser el momento más delicado de la empresa familiar. Por ello, llegado este momento, se debe tener en cuenta que es un desafío para la supervivencia de la empresa, por lo que su planificación será la llave hacia el éxito.
Para conseguir la sucesión sin conseguir colateralmente el fracaso de la empresa, se deberá tener en cuenta, en primer lugar, el liderazgo del sucesor,
Y en segundo lugar, la continuidad de familia empresaria, es decir, la voluntad de que la familia ostente el control accionarial de la empresa y que sean personas pertenecientes a la familia las que lideren la empresa.
En España un gran número de empresas familiares no sólo han superado con éxito el desafío generacional, sino que han dado con la fórmula del crecimiento, ¿por ejemplo? Muy fácil, el imperio español por excelencia, Inditex, aunque es de los más jóvenes en la comparativa histórica, desde 1975; la familia Tous, desde 1920; Barceló, tres generaciones de hosteleros lleva en su historia; Roca, desde finales del Siglo XIX, aunque la crisis ha hecho perder la tradición familiar; Mercadona desde 1977, el inconfundible El Corte Inglés desde el Siglo XX, Sol Meliá que aprovechó el boom turístico de los 60 sigue siendo dirigida por su fundador, Mango, fundada en 1984, Codorniu, galan centenario, pues cinco siglos de vida lo avalan estando en el puesto 17º de la lista de Family Business Magazine, que agrupa a las 100 empresas más antiguas del mundo que siguen en manos de familias fundadoras, su inicio data de 1551 y Osborne que ocupa el puesto 94 en la misma lista y la segunda española, tras Codorniu. Sus inicios datan de 1772.
La clave del éxito parece estar en dejar atrás el concepto de empresa familiar para dar paso a la familia empresaria y, una vez ahí, a la familia emprendedora.
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