Con miras al encuentro anual de la International Bar Association (IBA) en Madrid, conviene trazar estrategias y planificar cada paso con antelación.

Administrar la visita de 4.400 abogados de todo el mundo, participar en 220 paneles, escuchar a poco más de 800 expositores, es una oportunidad única que se vivirá durante la primera semana de octubre en Madrid.
Los números corresponden a los récord de la última reunión anual de la International Bar Association (IBA) que se hizo en Buenos Aires en 2008, evento durante el cual se calculó un promedio de cinco desayunos, cuatro almuerzos, cuatro cenas y dieciséis cócteles por día para cada abogado local.
En ese contexto, sacar el máximo provecho de la mayor cita anual de la abogacía mundial depende del trazado de un plan de acción adecuado.
Por lo pronto, todo abogado que busque una oportunidad de oro para capacitarse, posicionar su práctica profesional o a su estudio jurídico y desarrollar redes de contactos alrededor del planeta, ya debería estar pensando seriamente en la mejor forma para participar de este cónclave (http://www.int-bar.org/conferences/Madrid2009/) que viene mostrando un crecimiento interanual en cuanto a temas abordados y asistentes.
Encararlo como si fuera un simple congreso implica desaprovechar serias oportunidades de desarrollo de negocio. Hacerlo conociendo el terreno de antemano garantizará, por el contrario, que se pueda capitalizar la participación.
Tener en claro para qué se va
Tratándose de un evento de magnitud, antes de comenzar a hacer o a pensar cualquier cosa es fundamental tener en claro para qué se va.
En Buenos Aires -y antes, en 2007, en Singapur- se vieron abogados que sólo querían capacitarse; gente que sólo quería buscar socios estratégicos; profesionales que sólo querían exponer su nombre o su marca; gente que quería un poco de cada cosa.
Definido, entonces, el objetivo, cabe considerar lo siguiente:
- Un par de semanas antes del encuentro, en el sitio web de la IBA (www.ibanet.org) estará el listado de asistentes y paneles. Basándose en esto se pueden hacer contactos previos -tanto con oradores de interés como con asistentes-, para tener un conocimiento virtual de los públicos y personas que facilitará, luego, el contacto real.
- Durante los
paneles, la norma general demostró que en los casos en los que el temario
invita a abordar el funcionamiento de figuras legales concretas, las
exposiciones son de tipo enciclopédico, con una descripción de la
normativa aplicable y la jurisprudencia en la materia, si es que la hay.
Cuando se tratan temas genéricos o de carácter universal -como la gestión de los despachos profesionales, el trabajo pro bono o temas de derecho internacional-, las subjetividades y experiencias personales suelen cobrar protagonismo. - Durante el encuentro las distintas comisiones de trabajo de la IBA hacen reuniones abiertas. Las hay por región geográfica, por área de práctica, por género, por franja etaria, por tipo de abogado (externo, interno de empresa, etc.). Son ideales para empaparse de necesidades puntuales de sectores específicos, presentarse y contactar a sus referentes.
- Lo propio sucede
con los eventos sociales y de negocios. Las editoriales, los estudios
jurídicos, la propia IBA en sus distintos departamentos, organizan
encuentros por fuera del cronograma que, por cuestiones de agenda, suelen
superponerse los unos con los otros.
La opción, aquí, puede ser la de asistir un par de minutos a cada uno o estar de principio a fin en uno de ellos.
Si bien la política será distinta en función de los intereses y, también, de cuán conocido sea el abogado o el estudio jurídico al que se representa, el principio es que esta elección contrapone resultados cuantitativos con cualitativos. - Los abogados independientes y estudios con
pocos representantes en el congreso difícilmente pueden trazarse una
estrategia intensiva -a
menos que utilicen sus días de vacaciones para dedicarse a él a tiempo completo-.
En Buenos Aires dieron buenos resultados los contactos directos en relaciones uno a uno, identificando perfiles de interés y organizando cenas o salidas temáticas con grupos reducidos de visitantes.
Eso permite focalizar esfuerzos y, también, la atención del invitado. - Los estudios
grandes, en tanto, tienden a organizar sus propios eventos.
Durante el último encuentro anual de la IBA, buena parte de los estudios jurídicos porteños agasajaron a los visitantes en el mismo día, pero en distintos lugares.
La coordinación de este esfuerzo con miras a promover en un único megaevento los negocios en España puede ser un plus de las firmas locales. Si sale bien, no faltará el tiempo para competir luego por operaciones y clientes.