El pasado viernes leía una entrevista a Marc Sylvester, responsable de tecnología de Fujitsu en el área de servicios. El titular era atractivo: “Me gustaría que el e-mail saliera de las empresas”. El directivo no abogaba por la vuelta al correo postal con sello, sino que apostaba por una infraestructura TIC que cuente con un repositorio central de toda la información empresarial accesible para los empleados desde cualquier lugar en cualquier momento.
Desde hace tiempo en mis servicios de consultoría a despachos de abogados insisto en comenzar a trabajar en esta línea (software web), al tiempo que insisto en hacer productivo el correo electrónico, porque aunque pienso lo mismo que M. Sylvester (sí, a mi me gustaría también que el correo electrónico saliera poco a poco de las empresas, o al menos que se usara correctamente), creo que es demasiado temprano para iniciar una cruzada contra el e-mail en los despachos de abogados.
En unos momentos en los que se habla continuamente de optimizar costes, la solución basada en el "cloud computing" es una de las formas más rentables de construir nuestra infraestructura TIC. No hay que pensar que este tipo de soluciones están pensadas únicamente para grandes despachos. Todo lo contrario. Pueden ser una gran ventaja competitiva para despachos pequeños y medianos a un coste muy razonable (en cualquier caso, inferior al coste tradicional de mantener un servidor, una red y alguien que lo mantenga).
Un uso adecuado de este tipo de sistemas permite que todos los abogados que integran el despacho compartan la información sin emplear un buen número de horas en ponerse al día entre ellos de manera verbal o con interminables hilos de correo electrónico, una de las formas más tecnológicas de perder el tiempo. La gestión del conocimiento es una opción para despachos pequeños y medianos, y el trabajo desde cualquier lugar en cualquier momento (basta una conexión a internet) se convierte en una realidad.
Naturalmente, esta opción tiene sus detractores. Aunque el tipo de software con el que yo trabajo no tiene nada que ver con las empresas que ofrecen cuentas de correo web gratuitas, los "anti" cloud computing inmediatamente alegarán la interrupción, hace unos días, de Gmail (servicio de correo web de google) durante tres horas, una de las primeras interrupciones de esa duración que ha sufrido el servicio durante años. ¿Tres horas? ¿Es mucho tiempo tres horas en unos años? ¿Cuánto tiempo se interrumpe el servicio de correo electrónico cuando dependes de un servidor en tu despacho?
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