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29/03/2024. 15:47:48

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Hipatia en el siglo XXI

Miembro del Top Ten Consejeras Independientes y socia directora de la empresa de formación y consultoría Ágathos.

Hace poco la película de Amenabar, ÁGORA, ha recibido varios Goyas con la historia de Hipatia, nacida en Alejandría alrededor del año 370. Hija del matemático y filósofo Teón fue educada y enseñada por él en esas disciplinas y dedicó su vida a la enseñanza de la filosofía.

Hombres y mujeres en fila India, cada uno mirando a un lado.

Fue la primera mujer  que la enseñó en Alejandría, impartiendo cursos públicos, tanto sobre Platón como sobre Aristóteles, y asumiendo a los 25 o 30 años, hacia el 400, la dirección de la Academia fundada por Platón.

Siendo mujer en un mundo en el que el espacio público era de los hombres y no era nada corriente ver a una de ellas rodeada de varones que la escuchaban, la filósofa se comportaba con toda naturalidad como maestra. Pero la historia acabó mal: Hipatia murió lapidada y descuartizada por su forma de pensar a manos de sus opositores.

Esta historia, ocurrida entre el siglo IV y V de  nuestra era, se parece bastante a la historia de tantas mujeres que durante los últimos treinta años se han movido en un mundo de hombres como es el de la empresa, salvo por el final de la historia que, por lo menos en Occidente, no pasa, aunque sigue ocurriendo, desgraciadamente, en otras partes del mundo.

La sociedad es mixta. El mundo es de hombres y mujeres. No seré yo quien defienda las tesis de una lucha de mujeres por usurpar posiciones a los hombres, sino más bien defiendo que en ese mundo mixto, donde hombres y mujeres tienen características diferentes, se ha perdido durante demasiado tiempo las aportaciones que las mujeres tenían que hacer en diferentes campos de la vida profesional y eso va en detrimento de la sociedad en su conjunto.

Como Hiaptia, hay muchas mujeres excelentemente formadas, con experiencia profesional y buenas aptitudes para dirigir organizaciones y que sin embargo no han podido acceder a esos puestos por estereotipos sociales.

Por el contrario, vemos como las que lo han conseguido lo han hecho francamente bien y han conseguido, en muchos casos, resultados extraordinarios para los negocios que dirigen.

No considero que para llegar a ocupar puestos directivos haya que acudir al sistema de cuotas, si bien en unos primeros momentos pueden tener valor, pero de la misma forma que lo tiene una muleta para ayudar a la marcha, que cuando ésta se hace estable la muleta se abandona.

Creo que la sociedad tiene que dotar acciones positivas que permitan a las mujeres jugar el partido en igualdad de condiciones que los hombres y con las mismas reglas. Y algo importante: con un árbitro imparcial y buen conocedor de la aplicación del reglamento.

En esas coordenadas, las mujeres pueden desarrollar las capacidades de dirigir que le son propias como la resistencia al estrés continuado, la capacidad de comunicación, la empatía, la facilidad para crear equipos a su alrededor, la visión de conjunto, etc., que, junto con las de los hombres, mayor capacidad analítica, no aversión al conflicto, etc. harán que la organización y la sociedad en su conjunto salgan beneficiados.

Estos cambios no se producen por leyes, aunque son necesarias y ayudan, sino que son cambios profundos de la sociedad para que los roles tradicionales de las mujeres cambien y los hombres vayan asumiendo que la familia es cosa de los dos. Las medidas de conciliación que impulsan las empresas se deben dirigir tanto a hombres como a mujeres para que verdaderamente vaya calando otra manera de entender un mundo que ha sido hecho por hombres y para hombres.

Se ha avanzado mucho en el camino, pero queda mucho por recorrer. Si bien el número de mujeres con formación superior y masters está por encima del de hombres, la proporción se pierde cuando nos fijamos en el porcentaje de mujeres en puestos directivos.

En el ámbito de lo público, el ascenso es cuestión de méritos y tiempo y está establecido. Por ejemplo, en el ámbito de la judicatura el número de juezas es mayor que el de jueces y, como le oí comentar hace poco a Don Antonio Garrigues: es cuestión de tiempo ver a mujeres ocupando los altos cargos de las instituciones judiciales.

Sin embargo, el mundo de la empresa está hecho con otros mimbres, y aquí no sólo cuentan los méritos o la antigüedad, sino que las mujeres han tenido que demostrar más eficacia en sus puestos que sus colegas varones para conseguir las mismas condiciones o incluso ni eso.

Las mujeres se han enfrentado  a lo largo de estos años al denominado por muchos "techo de cristal" y que las profesoras Alice Eagly y Linda Carli prefieren denominar "laberinto". Las mujeres que aspiran a puestos de dirección deberían recorrerlo, y está compuesto de múltiples desafíos. El puesto de alta dirección se encuentra en el centro del laberinto, pero las rutas hacia él están plagadas de peripecias y vueltas, tanto esperadas como inesperadas.

Alguno de los factores que dificultan la ascensión de las mujeres a los puestos de dirección son:

  • Falta de flexibilidad en el entorno laboral.
  • Percepciones negativas que soporta la mujer directiva.
  • Falta de modelos femeninos, mentoras, profesoras y redes de apoyo.
  • Dificultad percibida de combinar la vida privada con la vida profesional en una carrera de alta dirección.
  • La existencia de modelos de gestión masculinos.
  • Falta de referentes, escasos modelos de éxito
  • Ausencia de las redes de relaciones de la élite económica

Son una realidad las dificultades que una mujer tiene que superar para conseguir un puesto directivo, teniendo también en cuenta que no tiene por qué ser ésa la meta de todas, de la misma manera que no lo es de todos los hombres, pero es importante tener en cuenta que las que estén preparadas y quieran desarrollar esa carrera profesional deben tener las mismas oportunidades que los hombres.

Desde Hipatia se ha avanzado, pero aunque no se tenga ese final la sociedad tiene todavía un largo camino que recorrer. Ese sendero se ha comenzado y no tiene retorno. No sólo eso, sino que el futuro promete ser positivo.

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