La tecnología es un componente para innovar, una palanca más que juega un papel fundamental en el proceso, pero será la combinación de las herramientas técnicas con las nuevas ideas lo que permitirá lograr una transformación real
Ya no basta con solucionar un problema puntual, tenemos que esforzarnos por conocer el contexto completo de las necesidades de nuestros clientes para facilitarles su camino y establecer un feedback de calidad
Hace años que vemos cómo la tecnología está transformando los procesos internos de las compañías, lo que tiene un impacto en la prestación de servicios.
El mundo legal, como cualquier otra práctica, también se ha visto impactado. Gracias a la tecnología han aparecido nuevas capacidades que han permitido incorporar estrategias para mejorar el modelo de negocio. Hoy en día, la tecnología ha dejado de ser una opción para convertirse en una necesidad y parte de la estrategia de los despachos, que han tenido que incorporarla en su día a día en mayor o menor medida, algo que no siempre ha sido sencillo teniendo en cuenta que nuestra profesión siempre se ha identificado con un trabajo “artesano”.
Innovar no es inventar
Pero ¿qué hay de la innovación? Usar tecnología no siempre se traduce en ser innovador y estos son dos conceptos que a menudo se confunden. La tecnología es un componente para innovar, una palanca más que por supuesto juega un papel fundamental en el proceso, pero será la combinación de las herramientas técnicas con las nuevas ideas lo que permitirá lograr una transformación real.
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