La tecnología relacionada con criptoactivos aún es bastante nueva, pero como ya lo demuestra su inclusión en los últimos comunicados del G20, el principal espacio de deliberación política y económica del mundo, estamos entrando en la era Blockchain. Pero, ¿qué es el ‘Blockchain’? La traducción literal significa “cadena de bloques”. Es una tecnología que permite la transferencia de datos (bloques) de una manera segura, debido a una codificación eficiente; es un registro o gran libro de contabilidad digital en donde se recogen todas las transacciones realizadas por los usuarios conectados a la red.
El Blockchain es una tecnología que elimina a los intermediarios, descentralizando las gestiones y siendo el usuario quien controla los procesos. Este libro de contabilidad digital tiene los registros enlazados y cifrados para proteger la seguridad y privacidad de la información y se puede aplicar a todo tipo de transacciones, no sólo económicas. Para que funcione, debe haber varios usuarios responsables de verificar y validar las transacciones y así ser incluidas en dicho libro de contabilidad virtual.
Esta tecnología tiene como clave el consenso como instrumento para ofrecer confianza ya que la información es válida y verdadera porque todos los miembros de la comunidad la comparten, (aunque no tienen acceso a la misma por lo que aseguramos la privacidad de los datos) y supone un reto de lo más desafiante. Blockchain, que forma parte ya del sistema de pagos e incluso en la trazabilidad que puede realizar un cliente de Carrefour sobre el origen de los alimentos, tiene un alto potencial para transformar los servicios privados y públicos.
De manera paralela, los usuarios cada vez demandan más un servicio personalizado y confiable y la tecnología nos permite crear nuevas maneras de ofrecérselos. Este reto resulta una oportunidad, ya que es una manera de diferenciarse, aportando valor frente a servicios similares. En ese sentido, el ‘Blockchain' propone una verdadera revolución, ya que nos permite relacionarnos prescindiendo de un ente central.
Estamos ante el internet del valor y la difusión a través de 'Blockchain' es la tecnología del futuro; hasta tal punto que ha abierto las puertas a algo hasta hace poco impensable: prescindir de los intermediarios para generar confianza, ya sean ordenadores de verificación y control, personas como los notarios o entidades como los bancos centrales, entre otros.
Mientras que el mercado de las criptomonedas logre cierta normalización, es tiempo para dedicarnos a buscar aquellas aplicaciones o proyectos que ayuden a mantener y generar nuevo valor. Casi cualquier sector puede encontrar ventajas si aplica adecuadamente el blockchain, ya sea el de los seguros, el de la salud, el del transporte, logística y muchos otros más dentro de los cuales destacan los servicios jurídicos, puesto que les ayuda a mejorar y agilizar sus procesos de negocio, y a descubrir y explotar nuevos modelos.
Imaginemos que somos un cliente en busca de una solución para llevar a cabo una reclamación legal. Que dicho escrito de reclamación venga de uno u otro despacho no es realmente importante, lo que preocupa es que el servicio sea rápido, seguro y al mínimo coste posible.
¿Cómo se pueden beneficiar los despachos de abogados de esta tecnología?
Para un despacho legal esta tecnología llegará a volverse imprescindible, ya que es capaz de transformar por completo la industria. El Blockchain puede ser aplicado como un servicio de autenticación de documentos y proveer una plataforma digital para compartir información confidencial, lo cual sería muy útil en la realización de los "Due Diligence". Hace una década todos estos procesos se hacían en una sala, donde, para acceder a revisar carpetas, se debían firmar estrictos protocolos de confidencialidad. Aplicando el Blockchain, todos estos procesos se hacen online.
Es frecuente que los términos de Blockchain y Smart Contract (contratos inteligentes) vayan de la mano y por ello, es normal preguntarse qué son los contratos inteligentes, qué relación tienen con el Blockchain o que aplicaciones tienen y tendrán en el futuro.
Un Smart Contract es un código o protocolo informático que facilita verificar y hacer cumplir un contrato de manera automática. Existen discusiones acerca de la necesidad o no de acudir a agentes externos para ejecutar la condición prevista, lo que está claro es que aportarán agilidad al sector de los negocios y al de la abogacía. Estos contratos funcionan en el Blockchain o la cadena de bloques y, a priori, no es necesaria la intervención de las personas para comprobar y ejecutar su cumplimiento. En resumen, los Smart Contracts o contratos inteligentes son instrucciones codificadas que se ejecutan cuando ocurre un evento.
Todo esto permitirá reducir el time-to-market de la entrega de nuevos servicios y llegar adonde todavía no se está. Se trata, en definitiva, de una oportunidad que dará lugar a nuevos modelos de negocio. Y lo que es más importante, estamos ante un proceso que parece no tener marcha atrás, por lo que, "tan malo es no llegar como no llegar a tiempo". "Si no lo haces tú, otro lo hará". La batalla llevada a cabo por grandes compañías y entre grandes despachos, es inevitable.
