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28/03/2024. 18:43:15

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Cómo traducir la web de tu despacho sin que te pase lo que al Ayuntamiento de Santander

traductora jurada de inglés y co-fundadora de Traducción Jurídica. @traduccionjurid

traductor de inglés financiero y co-fundador de Traducción Jurídica. @traduccionjurid

Ruth Gámez

¿Te has planteado alguna vez traducir la página web de tu despacho? ¿Quieres proyectar una imagen de solvencia y seriedad hacia el exterior? Si actualmente trabajas con clientes internacionales o estás pensando en dar el salto internacional, estas líneas te interesan.

Cada vez son más los despachos de abogados que se dirigen a nosotros para que les traduzcamos su página web. Tener la información profesional al menos en inglés, es algo que cada vez más firmas de abogados se plantean.

Pero, para hacerlo con seguridad y no meter la pata como lo ha hecho hace poco, y de forma clamorosa, el Ayuntamiento de Santander, conviene seguir algunas pautas.

Lo que hizo el Ayuntamiento de Santander y tú deberías evitar

Tal vez estés al corriente de lo que le ha ocurrido al consistorio de la capital de Cantabria hace pocas semanas.

Con motivo de la feria internacional del turismo (FITUR), el ayuntamiento hizo una presentación por todo lo alto de su nueva página web. Un proyecto en el que seguro que han invertido una buena cantidad de dinero.

La web es preciosa, la verdad. Cuenta con un diseño muy cuidado y un contenido estupendo. El problema apareció cuando la gente comenzó a curiosear en las versiones en otros idiomas ofrecidas en la propia página.

Las traducciones eran malísimas. Parece ser que habían sido realizadas con el traductor automático de Google del español al inglés, y luego se utilizó el resultado en inglés (ya de por sí malo) para volver a traducirla de forma automática a otros idiomas.

Algunas de las perlas que Google les ha regalado a los responsables del consistorio han sido, por ejemplo, la de rebautizar al recién inaugurado Centro Botín como Loot Center (centro del pillaje o del saqueo, en inglés) o al casco histórico como el historic helmet (casco, sí, pero de los que se llevan en la cabeza). Y es que parece que a Google le cuesta reconocer un apellido o ciertas palabras con varios significados posibles.

La noticia apareció en diferentes medios como El País (La bochornosa traducción con Google Translate de la web oficial de turismo de Santander), El Diario Montañés (El traductor de Google se la juega al Ayuntamiento en su nueva web y el Centro Botín se convierte en 'Centro de Pillaje') y algunos otros.

Exactamente lo mismo le pasó hace algunos años a la Generalitat de Cataluña por hacer precisamente eso. En aquel momento el traductor automático de Google rebautizó al entonces presidente Artur Mas como Arthur More, al fallecido Josep Tarradellas como George Washington y al consejero de Agricultura, Josep Maria Pelegrí, como Joseph and Mary Pilgrim (El País: Cuando Artur Mas fue el 'president More').

Y es que parece que no aprendemos, ni el traductor de Google tampoco.

Algunos consejos prácticos

La web de tu despacho es tu tarjeta de presentación ante la comunidad internacional. No puedes permitirte dar una mala imagen incluso antes de que los potenciales clientes te contacten.

Para evitar este bochorno te daremos algunos sencillos consejos que te ahorrarán mucho dinero y muchos disgustos.

1. Planifica el trabajo: haz un calendario realista que recoja la fecha deseada de puesta en servicio de la página y los hitos intermedios más importantes. Ten en cuenta todos los trabajos que deberán hacerse, como el diseño, el alojamiento, la redacción y revisión de contenidos en tu propio idioma, la traducción, etc. Y reserva un par de semanas para imprevistos. Siempre surgen.

2. Selecciona uno o dos idiomas: empieza traduciendo la página web a uno o dos idiomas que conozcas y en los que puedas responder. No tiene sentido que traduzcas tu web a 4 idiomas si las personas de tu firma no pueden trabajar en ellos. Si, por ejemplo, no tienes nadie que hable ruso o chino no la traduzcas a esos idiomas. Podrías recibir llamadas o correos de potenciales clientes esperando ser atendidos en su propia lengua con la consiguiente decepción.

3. Ten en cuenta los recursos necesarios: elabora un presupuesto que incluya todas las partidas necesarias, como el diseño, el alojamiento, la redacción de contenidos (si fuera necesario) y, como no, la traducción. Si tienes bien identificadas de antemano estas partidas será más fácil ajustarse a ellas y que el coste final no se dispare.

4. Contrata a un profesional: como ya has visto por la experiencia del Ayuntamiento de Santander o la Generalitat de Cataluña, merece la pena contratar a un traductor humano para realizar un trabajo tan sensible como este. De no hacerlo incurrirás en unos costes de imagen difíciles de calcular y al final tendrás que pagar a un profesional que te saque del lío. Lo barato sale caro, dice la sabiduría popular. Puedes encontrar algunos muy buenos en la web de la Asociación Española de traductores, Correctores e Intérpretes (aquí: Asetrad).

5. Revisa el resultado final antes de publicarlo: para evitar posibles problemas, revisa el resultado antes de presentarlo en sociedad. Pídele a un cliente extranjero o a un colega de confianza que hable ese idioma que le eche un vistazo a la página antes de publicitarla. Puede que encuentre alguna cosa que deba modificarse.

Siempre es mejor prevenir que curar. Por eso te sugerimos que no tomes a la ligera algo tan importante para la proyección internacional de tu despacho como la traducción de tu página web.

Si tienes en cuenta estos pequeños consejos te ahorrarás muchos disgustos.

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