4|5|3 nace a principios del año 2000 al calor de la efervescencia de la economía española, europea y mundial. Nada hacía presagiar en esos momentos de expansión la montaña rusa por la que deberíamos enfrentarnos en los años venideros, pero… cayó Arthur Andersen, las firmas jurídicas anglosajonas desembarcaron en la Europa continental, la quiebra de un banco de inversión en Estados Unidos desplomó el cielo sobre los sectores más motrices de nuestra economía y, cuando habíamos recuperado la senda de crecimiento y creíamos haber dejado atrás ese período de oscuridad, una nueva crisis mundial, ahora sanitaria, pone de nuevo en jaque a nuestra economía y, naturalmente, la industria de servicios jurídicos.
El mercado legal se enfrenta ahora a un nuevo reto del que no puede apuntarse a un culpable claro y que sin duda ha estocado de muerte a una parte importante de nuestra economía productiva. Ante una difícil y lenta recuperación, solo sobrevivirán aquellos despachos en los que el mercado detecte un valor añadido diferenciado del resto o aquellos tan grandes que puedan contar con pulmón propio o ajeno para superar esta nueva travesía del desierto.
La fiscalidad en este nuevo escenario
Dentro de este entorno de emergencia sanitaria y económica, no hay duda que la fiscalidad se va configurar como un área clave en estos tiempos revueltos.
La adecuada lectura por parte del Ejecutivo de las necesidades que precisan las empresas, a través de los adecuados estímulos e incentivos, deberá complementarse con una correcta interpretación y rigurosa implementación de los mismos por los profesionales del asesoramiento tributario. Todo ello, unido al deseo de una más efectiva, profesional y racional labor de control por parte de la Hacienda pública deben llevar a considerar al asesor fiscal como una pieza clave en la toma de cualquier decisión empresarial.
Cuáles son las principales fortalezas de 4|5|3 ante esta nueva situación
Desaparecidas (al menos en el corto) de los “pipelines” de la mayor parte de despachos las transacciones nacionales o internacionales, el mercado legal debe de nuevo reinventarse. Los departamentos de Derecho Laboral, como en la anterior crisis, han ayudado a evitar el desplome absoluto de las cuentas de resultados pero, acabados los estímulos y debiendo encarar de nuevo la realidad de una economía con el freno de mano echado, solo aquellos despachos capaces de mutar y adaptarse a una nueva y forzada realidad tendrán posibilidades de sobrevivir, con independencia de su tamaño.
Una primera reflexión lleva a pensar que ello será más sencillo para las grandes estructuras, aunque tras haber pasado allí la mayor parte de mi carrera, me pregunto (como hice ya en la anterior crisis) si sus elevados costes de estructura, los altos salarios de sus profesionales y la necesaria de reducción de costes a la que se encuentran sometidos sus clientes van a permitirlo sin una drástica reducción de sueldos y/o puestos de trabajo.
Los despachos como 4|5|3 solemos destacar entre sus fortalezas unos costes de estructura que no suelen afectar de forma tan severa a la cuenta de explotación y una maniobrabilidad más ágil. Por ello, deberemos consolidar esas fortalezas como son la versatilidad en la gestión de las oportunidades así como una estricta contención de costes en los dos principales retos para abordar de forma exitosa este nuevo desafío.
Por otra parte, que los confinamientos parciales, la conciliación familiar y sanitaria y la concepción vital de las jóvenes incorporaciones hacen que la digitalización de nuestra industria sea la auténtica piedra angular de su futuro. Aquí, si es cierto que las grandes estructuras jurídicas han desarrollado con carácter general un mejor y más profundo proceso de digitalización, en detrimento de los esfuerzos que también en ese sentido han podido llevar a cabo estructuras más pequeñas y que confiadas en su más fácil manejo quizá no han atendido este aspecto con el rigor y urgencia que ahora se está confirmando.
Cuáles son los principales retos que deben plantearse a corto y medio plazo
Las principales fortalezas que van venido caracterizando a despachos como 4|5|3 se convierten ahora en los retos que a corto, medio y largo plazo deben encarar y afrontar los despachos profesionales.
Así, una profunda y eficiente digitalización del negocio que permita tanto la gestión documental dondequiera que se halle el profesional como una adecuada tecnificación de los recursos informáticos que permitan clonar, compartimentalizar o dividir las distintas áreas de negocio son y serán las claves de la pervivencia de esa estructura.
Y todo ello deberá compaginarse con unas órdenes de dirección claras, unificadas y ágiles dadas por los responsables del negocio así como una hábil estrategia financiera de contención de costes sin coartar la capacidad de atracción y mantenimiento del talento.
En conclusión, un auténtico ejercicio de malabarismo empresarial.
