El Diccionario de la RAE define en su segunda acepción el término “versátil” como “Capaz de adaptarse con facilidad y rapidez a diversas funciones”. Esta cualidad deviene cada vez más necesaria en la profesión jurídica en general, pero es crítica cuando hablamos de los abogados de empresa o abogados ”in house”.
Frente a los clásicos equipos de abogados especializados de las firmas legales medianas o grandes, donde prima la formación y la dedicación a una materia específica, los equipos de abogados de empresa suelen ser más reducidos en número, precisando de profesionales versátiles, que trabajen en las distintas áreas del derecho aplicables en el día a día del negocio de la empresa o grupo de empresas para la que trabajan.
Esta circunstancia requiere, por tanto, no solo de la formación continua a la que cualquier profesional se debe, sino de una formación pluridisciplinar, donde intervienen las materias propias del derecho de empresa, como el derecho de contratos, mercantil, fiscal, internacional, pero también materias muy especificas como el compliance, la propiedad industrial, el derecho de seguros o el derecho inmobiliario, que con toda seguridad será de aplicación en su trabajo diario en el seno de la empresa.
De esta forma, se multiplica el esfuerzo de los profesionales in house al tener no solo que tratar con asuntos de una materia o rama del derecho que dominan, sino tener que abordar también a menudo problemas legales, que sin formar parte de su "día a día", surgen y se espera que el Dpto. Jurídico corporativo aporte una solución.
A todo lo anterior, se adicionan las necesarias competencias y aptitudes para una adecuada profesionalización de los servicios corporativos: la capacidad de comprender el negocio al que asisten, la integración en las peculiaridades culturales de la empresa para la que se trabaja, la interrelación con otros departamentos de la empresa o con despachos externos, y, cuando hablamos de empresas multinacionales, el desarrollo de tales aptitudes en distintos entornos idiomáticos y culturales.
De acuerdo con lo expuesto, es básico, para prestar un buen servicio profesional, la adecuada organización del área jurídica de la empresa, y la integración en la misma de profesionales versátiles, con pasión por distintas ramas del derecho, y con capacidad para adaptarse rápidamente en su trabajo diario a cambiar de registro y de área de conocimiento jurídica.
Naturalmente, al margen de habilidades innatas en los integrantes del área jurídica de la empresa, y de requerir una capacidad de sacrificio indudable, también es preciso diseñar una carrera en el seno del departamento jurídico in house, que vaya facilitando esa necesaria "versatilidad", mediante un plan de formación que les ayude al conocimiento de las distintas áreas del derecho, así como de asunción de progresivas responsabilidades, que revele si los letrados pueden adaptarse o no a las necesidades del Departamento Jurídico.
Esta planificación de los recursos humanos del Departamento Legal, me atrevo a decir que es más crítica en el seno de la empresa que en los despachos medianos o grandes, ya que en términos de inversión se dedica un tiempo precioso a comunicar aspectos de negocio y de filosofía de empresa, y en términos de rotación, un Departamento Jurídico in house no puede permitirse los niveles de rotación, a los que de forma natural están habituados los despachos.
De ahí, que la selección de personas "versátiles", e incidir en los primeros años en desarrollar esta cualidad y convertirlos en abogados de empresa "versátiles", sea una de las funciones principales con las que como responsables jurídicos in house tengamos que lidiar, y debo decir, a la luz de mi propia experiencia personal, que cuando encuentras ese tipo de personas, como aquellas con las que tengo la suerte de compartir equipo, la recompensa es enorme y la productividad se dispara, en beneficio de todos: abogados, departamento y empresa.
