El nombre Laura tiene origen latino. Significa Laurel, un árbol del mediterráneo. Por metonimia también significa victoriosa ya que en la Antigua Grecia a las personas victoriosas se las llamaba laureadas. La palabra romana Laurus es una traducción del griego Daphne. Por tanto Laura y Daphne es el mismo nombre. Laura-Daphne tienen una enorme tradición en la cultura occidental. La primera ópera de la historia (1597) se tituló Daphne. Richard Strauss, el mejor operista de todos los tiempos, dedicó a Daphne, una de sus últimas operas (1938)
Laura-Daphne es una de las figuras de la mitología griega por su relación con Apolo. Era hija de un Dios y una ninfa. Como ninfa femenina estaba asociada con fuentes, pozos y, arroyos. Apolo es una de las deidades básicas griegas. Era hijo de Zeus y Leto y hermano gemelo de Artemisa. Era el dios patrón de la música y la poesía con la lira como principal atributo.
El dios Apolo insulto a Cupido, el dios del Amor. Furioso Cupido disparó una flecha de oro a Apolo para que se enamorara de Daphne. Simultáneamente lanzó una flecha de plomo a Daphne para que no se enamorara nunca de Apolo.
Encendido por la pasión Apolo persiguió a Daphne molestándola constantemente con sus avances amorosos. Daphne huía y Apolo la seguía cada vez con más tenacidad. El objetivo de Apolo era meramente libidinoso. Quería poseerla. Finalmente la alcanzó e inició su agresión sexual. Daphne pidió ayuda a su padre que la convirtió en árbol para protegerla.
Esa es la transformación, la metamorfosis de Laura-Daphne que quedó convertida en un árbol de Laurel. La conversión de Daphne en un árbol no apagó el ardor de Apolo penetrado en su interior por el veneno del amor lanzado por Cupido. De acuerdo con el texto de Ovidio Apolo abrazó el árbol y sintió que su corazón latía. Luego declaró: “Ya no podrás ser mi novia pero tu mi dulce laurel, serás mi árbol querido”. Al escuchar sus palabras y maravillada por su perseverancia amorosa cuando ya no podía poseerla físicamente, Daphne dobló sus ramas aprobando la decisión de Apolo.
Apolo colocó el árbol en un lugar preeminente para que lo vieran muchas personas. Y se dio cuenta de su grave error en esa persecución sexual desenfrenada. Veneró las hojas que daba su querido árbol iniciando la tradición de las coronas de laurel, de donde procede el nombre de Laura.
En los juegos piticos, precursores de los Juegos Olímpicos, que se desarrollaban cada cuatro años en honor de Apolo, se instauró como costumbre entregar una corona de laurel. La costumbre ha seguido hasta hoy día con la entrega de premios en forma de coronas de laurel a generales, atletas y poetas victoriosos en concursos. De Laura nace la expresión laureado.
Laura fue inmortalizada por el famoso poeta y filósofo italiano Petrarca. Fue el gran amor de su vida y la musa de su poesía.
Daphne tiene una larga historia como tema de óperas con versiones de Peri (1597), Marco da Gagliano (1608), Schutz (1627), Cavalli (1640), Alexandro Scarlatti (1700) y Haendel (1709).
Dafne es la primera ópera de la historia. Fue escrita por Jacopo Peri en 1597 y estrenada en Florencia en 1598. Lamentablemente la música se ha perdido y sólo queda el libreto y algunos fragmentos.
Tenemos que esperar a 1938 para encontrarnos con una obra maestra, la ópera “Daphne” de Strauss. El proceso de composición fue iniciado en 1935, con Stefan Zweig de libretista. La muerte de Hoffmansthal había dejado a Strauss en 1929 sin su principal colaborador. Con Stephan Zweig escribió “La Mujer Silenciosa” en 1934. El problema es que Zweig era judío. Los nazis aceptaron con tolerancia al nuevo libretista de Strauss aunque prohibieron que su nombre apareciera en el programa de “La Mujer Silenciosa”. Zweig hubiera podido seguir en Alemania, dentro de la particular lista Schindler de Hitler, pero prefirió irse. En 1942 se suicidó en Brasil al tener conocimiento de la conquista japonesa de Singapur pensando que los nazis iban a ganar la guerra. Los últimos años de Zweig aparecen en la película de 2016 “Adiós a Europa” disponible en Filmin.
La idea de “Daphne” era de Zweig que había elaborado un bosquejo de la ópera. Strauss la continuo con Joseph Gregor que también escribió los libretos de “Friedenstag” (Día de paz) estrenada en 1938 y “Die Liebe der Danae” (el amor de Danae) de 1940.
“Daphne” es una ópera bellísima con una de las mejores partituras de Strauss. La escena final de la transformación de Daphne es una de las más inspiradas de toda la historia de la música. Las palabras callan al final de la ópera y la música pura expresa las profundidades más ocultas del alma y la emoción intensa del amor. Laura-Daphne se ha transformado en un laurel y canta “Apolo toma mis ramas y hazme un símbolo de un amor que no se termine nunca”. Laura-Daphne, ahora árbol, se ha enamorado de Apolo.
En la imagen la escultura de Bernini “Apolo y Daphne” en la Galería Borguese de Florencia. Observamos como Apolo ha alcanzado a Daphne iniciando su agresión sexual. Estamos ante un delito de agresión sexual del Código penal castigado con una pena de uno a cinco años. El criminal es el dios Apolo.
