
Shostakovich contra Twentieth Century-Fox Film Corp es un caso judicial histórico de la corte Suprema de Nueva York de 1948. El proceso entablado por Shostakovich se inició tras el estreno en Estados Unidos de The Iron Curtain, una película de espías de 1948, el primer film antisoviético de Hollywood de la Guerra Fría. Shostakovich perdió el juicio porque no había acuerdo para la protección de los derechos de autor soviéticos en Estados Unidos.
La banda sonora de The Iron Curtain era preferentemente de Shostakovich e incluía también obras de Khachaturian, Prokofiev y Myaskovsky. Los compositores demandaron a la distribuidora de Twentieth Century-Fox Film Corporation, ante la Corte Suprema de Nueva York. Solicitaron una orden judicial que prohibiera la distribución del film.
The Iron Curtain, una película basada en la deserción de Igor Gouzenko de la Unión Soviética a Canadá en 1945, se estrenó en mayo de 1948 en Nueva York.
La banda sonora fue dirigida por Alfred Newman y contó únicamente con obras de compositores soviéticos. Incluía extractos del tercer y cuarto movimiento de la Sinfonía n.º 5 de Shostakovich; el primer movimiento de su Sinfonía n.º 6; la Canción de cuna del ballet Gayane de Khachaturian; el tercer movimiento de las Sinfonías números 1 y 5 de Prokofiev; y la Sinfonía n.º 21 de Myaskovsky.
La película utilizó la música de los compositores en aproximadamente 45 de los 87 minutos y mostró a un protagonista colocando una grabación de la Sinfonía n.° 5 de Shostakovich en un fonógrafo.
En mayo de 1948, antes del estreno, el abogado Charles Recht presentó la demanda contra Fox en nombre de Shostakovich, Khachaturian, Prokofiev y Myaskovsky. Recht solicitó una orden judicial permanente que prohibiera la distribución del film. La profesora de derecho Mira T. Sundara Rajan ha sugerido que los compositores eran demandantes nominales y que la demanda se presentó a instancias del gobierno soviético, que quería censurar la película directamente.
El historiador Kiril Tomoff rastreó los documentos a través de la burocracia soviética y concluyó que el gobierno soviético ordenó a Recht que entablara el proceso. Describió la estrategia legal de la URSS como «una voluntad arrogante de involucrarse con Occidente en los propios términos de Occidente» al hacer valer los derechos de propiedad intelectual de los compositores. El jurista André Bertrand y el abogado Alexander Gigante también señalaron que los compositores probablemente temían las consecuencias de estar asociados con la película.
El abogado Philip Adler argumentó la demanda de los compositores ante el juez Edward R. Koch en el tribunal de primera instancia del condado de Nueva York. El letrado Edwin P. Kilroe representó a Fox. En la fase de prueba el juez Koch vio la película con los abogados presentes.
En la exposición oral el abogado de los demandantes reconoció que las composiciones en cuestión eran de dominio público en Estados Unidos porque la Unión Soviética y Estados Unidos no habían celebrado un acuerdo de derechos de autor. Expuso cuatro motivos para emitir una orden judicial. 1. Violación del derecho a la privacidad según la Sección 51 de la Ley de Derechos Civiles de Nueva York. 2. Difamación de los compositores al asociar su trabajo con una postura antisoviética, implicando su deslealtad. 3. Causar deliberadamente un daño sin causa justa. 4. Violación de los derechos morales de los compositores.
La solicitud relativa a la privacidad se basaba en el derecho al anonimato y en el argumento de que el uso de la música constituía una distorsión pública de las creencias de los compositores. La demanda por difamación se fundamentaba en la afirmación de los compositores de que la música estaba siendo utilizada para un propósito político con el que no estaban de acuerdo.
Los compositores también defendieron la teoría jurídica de los derechos morales de los autores. Hasta 1948, ningún tribunal estadounidense había reconocido la doctrina jurídica de los derechos morales en materia de autoría. Los sistemas jurídicos europeos, por el contrario, habían reconocido el derecho moral de un autor a evitar la distorsión de sus obras. En su informe final el abogado de los compositores se centró en un artículo de Harvard Law Review de 1940, que sostenía que los derechos morales estaban amparados por la jurisprudencia de Estados Unidos.
El 7 de junio de 1948, el juez Koch dicto sentencia desestimando la demanda rechazando cada uno de los argumentos de los demandantes. Sostuvo que los compositores no tenían derecho a la privacidad según la ley de Nueva York porque quienes utilizan obras de dominio público pueden hacerlo junto con los nombres de sus autores. El tribunal rechazó la demanda por difamación porque los compositores no habían podido probar que el uso de su música implicaba que apoyaban el mensaje de la película.
La decisión del tribunal en el caso Shostakovich fue ampliamente difundida, incluso en la portada de Los Angeles Times. Según documentos de los archivos de Fox, un columnista de radio dijo que «el estudio no podría haber comprado una publicidad tan valiosa como la que los rojos repartieron en bandeja de plata«.
En la apelación, el Primer Departamento de la División de Apelaciones de la Corte Suprema de Nueva York ratifico la sentencia. No se presentó recurso ante la Corte de Apelaciones de Nueva York.
En 1953, un tribunal de apelación francés (cour d’appel) llegó a la conclusión opuesta a la del Tribunal de Nueva York en el caso Société Le Chant du Monde v. Société Fox Europe y Société Fox Americaine Twentieth Century. La demanda fue presentada por Société Le Chant du Monde, una editorial francesa vinculada al Partido Comunista Francés. El gobierno soviético concedió a la Société los derechos de la música de los compositores para que pudiera entablar una demanda contra Fox por utilizar la música en The Iron Curtain. El tribunal falló a favor de los derechos morales de los compositores, prohibió la distribución de la película en Francia y otorgó una indemnización por daños y perjuicios.
El link es la película doblada al español