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19/03/2024. 04:00:40

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Opera y derecho (78)

Un sacerdote dicta la sentencia

Presidente de la Asociación Europea de Abogados

Los egipcios se centraron en construir pirámides y monumentos. El derecho no fue una de sus prioridades. El primer código legal egipcio que conocemos no apareció hasta 715 a.C. en tiempos de la dinastía XXIV. Para centrar adecuadamente en el tiempo este código hay que señalar que las famosas pirámides de KeopsKefrenMicerino en El Cairo son de la  Dinastía IV hacia el 2500 a. C. La primera dinastía de faraones egipcios es del 3.050 a.C. Por tanto los egipcios estuvieron casi más de dos mil años sin un código legal.

Tras aquel primer código no se incrementó el interés de los egipcios por la justicia. Es curioso que en la biografía de Cleopatra tampoco se habla nada de derecho ni de leyes nuevas. Era una mujer extremadamente culta que de los 12 a los 18 años paso gran parte de su tiempo leyendo encerrada en la biblioteca de Alejandría y hablaba nueve idiomas pero las leyes no le interesaban.

En Egipto lo que existía era un derecho consuetudinario: un conjunto de prácticas, costumbres y usos nacidos de la voluntad popular que se transmitían de un modo oral. Los delitos más comunes eran muy parecidos a los actuales: altercados, peleas vecinales, malversación, robo y violencia

Los litigios eran resueltos a través de dos órganos judiciales: el oráculo del faraón Amenhotep I y el tribunal local o kenbet. El oráculo era una estatua en la que se consideraba que residía el faraón Amenhotep I divinizado,  El oráculo de Amenhotep I era consultado durante las procesiones.  Para la consulta los querellantes formulaban sus preguntas y las respuestas debían ser inequívocas. El sí o  no se manifestaban con el movimiento de la estatua. Si ésta se desplazaba hacia delante, la respuesta era positiva, y si se desplazaba hacia atrás era negativa.

Además de la justicia impartida mediante el oráculo, existía otra que seguía un procedimiento parecido al de nuestros jurados populares: la que administraba el kenbet o «tribunal secular», formado por personas del poblado y que se ocupaba de temas civiles como impagos de bienes o servicios, disputas entre vecinos, robos menores, injurias y calumnias. La gran mayoría de casos se llevaban ante el kenbet en fin de semana. En Egipto, las semanas constaban de diez días, de los que se trabajaba ocho,

 Al kenbet también se llevaron algunos «casos criminales», en su mayoría robos de bienes del Estado. Cuando sucedía esto, el jurado popular lo formaban miembros de mayor categoría social. Las penas iban desde multas y advertencias de que no se repitieran los hechos hasta castigos corporales que en los casos más graves incluían el apaleamiento.

El kenbet no podía resolver los casos de delitos, que acarreaban penas de prisión, trabajos forzados, mutilaciones o muerte, y tampoco podía conceder indultos. Todo esto era competencia del visir, el «primer ministro» del faraón, que residía en la corte.

 El visir, magistrado supremo, como el resto de magistrados y los presidentes de los distintos tribunales eran sacerdotes. Por tanto la más alta instancia de la justicia era religiosa y formada por sacerdotes. Las sentencias las dictaban los sacerdotes. La religión tenía un papel muy importante en Egipto

El antiguo Egipto ha sido un tema recurrente en la música clásica pero ha habido pocas obras maestras.

Thamos Rey de Egipto es una obra de teatro a la que Mozart puso música en 1780. El principal protagonista es el Sumo Sacerdote Sethos. En su genial  última ópera La Flauta Mágica Mozart regresa al Antiguo Egipto pero es una simple envoltura, un marco, para un mensaje masónico. Es un Egipto arcano, hermético y ucrónico. El Sumo Sacerdote Sarastro hace una invocación a la Diosa egipcia Isis y al Dios Osiris, el más destacado de la mitología egipcia.

La gran obra maestra inspirada realmente en Egipto es Moise et Pharaonde Rossini, una de sus última óperas, cantada en francés. Hay una versión italiana anterior del propio compositor.

Otra de las obras geniales es La leyenda de José (en alemán: Josephs Legende),   un ballet de Richard Strauss basado en este episodio del Antiguo Testamento. El argumento es de Hugo von Hofmannsthal. Se estrenó en Paris en 1914, con la compañía de Ballets Russes dirigida por Serge Diaghilev. Entre las bailarinas del estreno estuvo Olga, la primera esposa de Picasso.

Aida de Verdi es la más famosa de las óperas de temática egipcia pero no tiene el nivel de sus obras maestras. Fue encargada a Verdi para la inauguración del Canal de Suez. El compositor no aceptó el encargo pero escribió la ópera. Se estrenó en El Cairo en 1871.

Akhnaten es una ópera con música de Philip Glass, basada en la vida y convicciones religiosas del faraón Akenatón y su esposa Nefertiti. El libreto es del propio Glass. Fue estrenada por la Ópera de Stuttgart en 1984.

Las óperas de temática egipcia se completan con Giulio Cesare y Berenice  de Haendel, Cleopatra y Thaisde Massenet,  Marco Antonio y Cleopatrade Barber y Mary of Egypt de Tavener.

No sabemos cómo sonaba la música egipcia antigua. La mejor de las películas de temática egipcia nos acerca mucho a como debió ser. Se trata de Pharaoh,  película polaca de 1966 dirigida por Jerzy Kawalerowicz. En la imagen un fotograma. El link es la versión completa de esta cinta imprescindible.

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