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29/03/2024. 12:28:01

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Cómo crear (¡y resolver!) conflictos entre grupos

Mediadora y abogada, consultora experta en resolución de conflicto

Mediador y psicólogo, consultor experto en resolución de conflictos y diseño de estrategias colaborativas

“Tenga cuidado con el medio ambiente que elija, porque él le dará forma”. William Clement Stone

Grupo de personas

Cuando hablamos de conflictos entre personas que integran grupos diferentes, surgen numerosas preguntas sobre las que es conveniente reflexionar para comprender mejor su origen, evolución, posibles consecuencias de su escalada y también las estrategias más eficaces para gestionarlos.

Algunos ejemplos de estas cuestiones serían: ¿Cómo se genera la identidad grupal? ¿Está relacionada esta identidad con los prejuicios, estereotipos y atribuciones sobre el propio grupo y sobre los otros? ¿Cuáles pueden ser las causas del origen de la hostilidad intergrupal? ¿Qué factores desencadenan el enfrentamiento entre dos grupos? ¿Cómo se detiene esta escalada?

 En el ámbito de la psicología social existen diferentes experiencias y desarrollos teóricos que ponen de manifiesto la facilidad con la que se pueden generar conflictos intergrupales y cuáles son los factores determinantes en este proceso.  

En este sentido, son célebres los trabajos de Mazufer y Carolyn Sherif, que, en 1961, llevaron a cabo un experimento llamado "La Cueva de los Ladrones" (The Robber´s Cave Experiment) por desarrollarse en este Parque Estatal de Oklahoma (EE.UU.)

El experimento constó de 3 fases: formación de grupos y pertenencia, fricciones e integración.

Fase 1: Formación de Grupos y Pertenencia.

Los investigadores seleccionaron a 22 niños de 11 años con una experiencia vital similar (nivel socioeconómico medio, nivel semejante de educación, sin dificultades relevantes en sus casas y buenos resultados académicos). Asignaron a los niños de forma aleatoria en dos grupos de 11 miembros cada uno y los llevaron al Parque para pasar unos días en un campamento.

Los grupos no tuvieron contacto entre sí (de hecho, cada grupo ignoró que existiese otro durante toda la primera fase) y fueron trasladados cada uno de ellos a su campamento en dos autobuses y en momentos diferentes.

Durante la primera semana, cada grupo permaneció aislado del otro.  Mazufer Sherif, que fue presentado como guarda del campamento, se ocupó de que cada grupo crease vínculos de amistad internos a través de la interacción de sus miembros en actividades conjuntas (paseos por el bosque, natación, etc.).

Los propios niños crearon espontáneamente cierta estructura de jerarquía social y roles internos. Cuando se les consultó acerca del nombre del grupo, unos escogieron llamarse "Las Serpientes" ("The Rattlers") y, los otros, "Las Águilas" ("The Eagles").

Además, crearon símbolos propios para cada grupo que, junto a los nombres elegidos, fueron estampados en camisetas y banderas contribuyendo al desarrollo de una fuerte cohesión grupal, sentido de pertenencia, solidaridad y camaradería interna, así como una sorprendente identificación de cada niño con su grupo.

Como puede observarse, la identidad grupal se generó de forma muy rápida e intensa a partir de elementos muy simples completamente artificiales.

Fase 2: Fricciones.

Los investigadores procedieron a que los dos grupos contactasen por primera vez y les propusieron diferentes actividades deportivas en las que tendrían que competir entre ellos para lograr una recompensa. Pronto comenzaron los enfrentamientos entre ambos grupos, además de un llamativo rechazo y una notable rivalidad que desembocó en fuerte hostilidad con insultos, burlas, canciones ofensivas y otras conductas agresivas por parte de los niños de cada uno de los grupos hacia el otro: ataques a las cabañas, destrucción y robo de propiedades personales, etc. Las banderas, diseñadas sólo unos días antes, se convirtieron en símbolos de autoafirmación y confrontación (un grupo de niños llegó a quemar banderas del otro grupo) y, finalmente, los niños de los dos grupos se negaron a comer juntos en el mismo comedor.

Los dos grupos generaron fuertes prejuicios y expresaron opiniones cada vez más negativas del otro, etiquetándolos como "débiles" y "cobardes" mientras que referían opiniones muy elogiosas de su propio grupo.

En resumen; cuando los dos grupos contactaron y comenzaron a  competir en una serie de juegos, los niños de ambos grupos se percibían como "diferentes" en el sentido de que los miembros de cada uno de ellos realizaban una valoración muy positiva de los niños que pertenecían a su grupo y muy negativa y hostil de los integrantes del otro alcanzando rápidamente un conflicto intergrupal con un alto nivel de agresividad.     

Todo ello, provocó que los investigadores concluyeran esta fase antes de lo previsto para no comprometer la seguridad de los propios niños.

A partir de estos resultados tan llamativos, en nuestro próximo post nos detendremos a analizar las causas que propician los enfrentamientos intergrupales, teniendo en cuenta diferentes explicaciones procedentes de la psicología social y, en el último post de la serie, abordaremos cómo concluyó, finalmente, el experimento de Sherif y sus propuestas para resolver este tipo de conflictos.

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Este blog nace con la ilusión de crear y compartir un espacio de reflexión sobre la mediación. Durante algunos años hemos formado equipo de mediación, participando en más de 1000 procesos de resolución de conflictos.  De esta experiencia conjunta  hemos obtenido inspiración y múltiples aprendizajes que nos gustará compartir, así como, también explorar los nuevos retos y replanteamientos que vayamos encontrando en nuestro camino. Félix es psicólogo y Mónica abogada, ambos somos mediadores y consultores en resolución de conflictos.