
Será objeto de esta colaboración examinar las leyes de la memoria, y abordar su aplicación durante el trámite de informe oral para asegurarnos de que el auditorio (juez, tribunal o jurado) recuerde lo esencial de nuestro mensaje
“Cada uno tiene el máximo de memoria para lo que le interesa y el mínimo para lo que no le interesa” Arthur Schopenhauer
La memoria, considerada como el sistema de procesamiento de la información que nos permite organizar experiencias pasadas y hacerlas accesibles cuando lo necesitamos (lo que se logra a través de procesos de almacenamiento, codificación, reconstrucción y recuperación de la información), constituye una herramienta fundamental para el abogado, ya que a la hora exponer su discurso deberá evocar datos de diferente naturaleza necesarios para una exposición fluida del alegato, lo que no implica que este deba exponerse “de memoria”, sino que dicha fluidez requiere que el orador pueda servirse de la misma para evocar aquellas ideas, hechos o argumentos que le permitan construirlo y exponerlo adecuadamente.
Será objeto de esta colaboración examinar las leyes de la memoria, y abordar su aplicación durante el trámite de informe oral para asegurarnos de que el auditorio (juez, tribunal o jurado) recuerde lo esencial de nuestro mensaje.
Acorde con los estudios realizados en la materia, estas leyes pueden clasificarse en las siguientes:
La Ley de la atención: recordamos mejor en la medida en que mostramos mayor atención y concentración en el proceso de observación de la persona u objeto que deseamos memorizar. Se recuerda mejor en la medida que haya mayor atención y concentración.
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