Aunque parezca mentira, a la fecha no hay sistema de seguridad para realizar compra por Internet. Se ha intentado poner en marcha diversos sistemas, pero no ha habido un consenso unificado.
En todos los años que llevo navegando he visto de todo. Y lo más absurdo era cuando querían venderte como seguro el tener que introducir el código de seguridad de la tarjeta de crédito, es decir, los tres números que se encuentran en el reverso de la misma. Y era absurdo porque aquél que tuviera la tarjeta podría hacer cuantas compras quisiera, lógicamente. Además, quien se molestara en recoger los dígitos que aparecían en el anverso, poco trabajo le iba a costar ver los otros tres de atrás. Qué peligroso era entonces pagar en un restaurante con la tarjeta y que se la llevase el camarero. ¡Cuántas veces he pedido que hicieran la transacción en mi presencia! Pues nada, se iban a la trastienda.
Hará cuestión de un año y medio, más o menos, encontré un sistema que me parece de lo más seguro que hay en el mercado. Fue en la web de Renfe. Para realizar la compra de un billete, me tuve que dar de alta en mi entidad bancaria en un protocolo de comercio electrónico seguro. El sistema es, por sencillo, seguro. Cuando realizas una compra, introduces el tipo de tarjeta, titular, número y fecha de caducidad, y en ese momento hace una nueva conexión a la página de tu Banco, donde debes introducir la contraseña que antes le hayas dado a tu entidad. Es como sacar dinero en un cajero automático, ya que sólo tu Banco conocerá la clave y será quien autorice la compra. Este sistema que ha implantado Renfe es conocido como PUCE (Protocolo Unificado de Comercio Electrónico).
Lógicamente, aunque no soy hacker, estoy seguro que tarde o temprano terminara vulnerándose, pero hasta ahora es lo más seguro que encuentro. Por eso, daría unas recomendaciones de cómo realizar una transacción electrónica de modo seguro, o al menos, evitando en lo posible el riesgo de suplantación. Para empezar, y lo más importante, hay que tener en cuenta que Internet es como la vida real, y que al igual que uno no se mete en un barrio donde hay mucha delincuencia, por miedo a que le roben, no es bueno visitar páginas dudosas. Un antivirus es el pan nuestro de cada día. Quien no lo tenga es como aquel soldado que va a la lucha sin escudo, se lleva todo los golpes. Generalmente no suelo comprar en aquellas páginas que no conozco, y si lo hago intento que sea contrarreembolso. Un hándicap a favor de una página que realice comercio electrónico es que sea segura, es decir, aquellas que tienen el candado en la esquina del navegador y la "s" en la url (https).
Otras recomendaciones es no fiarse de aquellos websites que ofrecen duros a pesetas, pues eso en la vida real todos sabemos que no existe. En Internet tampoco. Y al igual que guardas los recibos de compra, guárdalos también cuando lo hagas en la Red.
Hay más consejos, pero estos son los básicos. El que suscribe tiene uno especial: si no posees una cuenta que uses exclusivamente para hacer transacciones electrónicas, lo mejor entonces es usar una sola tarjeta para ello, y establecer una limitación de disponibilidad diaria, un límite bajo. Esa es una medida de lo más básico, que solo tiene un problema: que se te olvide ese límite y quieras realizar una compra de superior importe. Te dirán que la tarjeta no tiene crédito, con lo que ello sonroja.
