
Siempre se nos ha dicho que “la letra con sangre entra”, y en muchos casos, por desgracia, ha sido cierto. No obstante, en el estado de la actual sociedad de la información y “gracias” a esta crisis que vivimos, he descubierto que dicha máxima de nuestro saber popular ha encontrado una variante algo menos violenta y de aplicación tecnológica: “la letra sin dinero entra”.
Me explico. Parece ser que el gobierno inglés ha descubierto que a través del uso del software libre se pueden ahorrar unas librillas. ¡¡Gran descubrimiento!! Manda $#*> que haya que esperar a una crisis galopante como la que tenemos encima para descubrir las ventajas del software libre.
Por una vez, y sin que sirva de precedente, ¡¡¡nos hemos adelantando a los anglosajones!!! (venga cantad conmigo, cual deportista de éxito, aquello de "yo soy español, español, español…"), ya que puede afirmarse que España ha sido uno de los pioneros en la adopción, en el sector público, de aplicaciones basadas en el software libre.
Ahora bien, como es lógico, y para que no pensemos lo que podría pensarse fácilmente, esto es, que son una panda de derrochadores que sólo en estas situaciones velan por el buen uso de los fondos públicos, después de decir que nos ahorramos un dinerillo, se destacan otros aspectos positivos, realmente ciertos y que, en el mundo de la empresa privada, normalmente, habrían decantado, hace mucho ya, la balanza a favor de este tipo de programas. A saber:
- Ahorro de costes (al no tener que pagar licencias propietarias).
- Flexibilidad (al poder adaptar el código a las necesidades concretas).
- Reutilización (íntimamente relacionada con la anterior).
- No dependencia de proveedores determinados (cualquier empresa desarrolladora con conocimientos puede retomar el desarrollo o su mantenimiento).
- Desarrollo de empresas tecnológicas locales (es un acicate para el desarrollo empresarial y la generación de empleo de alta cualificación).
Como vemos estamos ante la presencia de una serie de notas lo suficientemente importantes como para potenciar este sector de la industria TIC que nos trae un nuevo concepto de industria tecnológica en la que se pone un especial acento en el software como servicio, frente a la clásica visión de la industria en la que el software se concebía como producto.
No obstante, aún queda mucho camino por recorrer y muchos puntos oscuros que cubrir en la industria del software libre. En concreto, y según el Centro Nacional de Referencia de Aplicación de las TIC (CENATIC), existe poco disponibilidad de técnicos, especializados en código abierto, existe falta de publicidad y aún es normal la preinstalación de programas propietarios en la mayoría de los equipos informáticos.
También hay que señalar que si bien en el sector público existe una cada vez mayor concienciación en el uso del software libre, no sucede lo mismo en el sector privado, receloso aún de este tipo de desarrollos al identificar (dichosos típicos tópicos) software libre con frikis liberales, progres y sin sentido alguno de la responsabilidad. Y todo ello, sin olvidar los que piensan que free software o software libre equivale a software gratuito, circunstancia respecto de la que huelgan ulteriores comentarios…
Como podemos observar, y como sucede con cualquier avance tecnológico, todo requiere su proceso y su tiempo, si bien, contra las mentes inmovilistas, educación e información objetiva. Todo llega.