Cuántas veces hemos estado navegando por Internet y se nos ofrece participar en una promoción a cambio de invitar a un amigo, el cual también participará. Y de qué manera tan gratuita lo hacen los internautas. Si alguien me invita dando mis datos personales, seguro que dejará de ser mi amigo.
La finalidad de estas promociones, típica de la denominada Web 2.0, es lograr el mayor número de visitas posibles a través del conocido como marketing viral, pues cuanto más visitantes, mayores ingresos publicitarios se obtienen.
Sin embargo, lo que parece no tener relevancia alguna, sí que entraña cierto peligro, ya que la información que se recaba son datos personales, y por tanto, amparado en la normativa sobre protección de datos. Y no sólo se queda en ahí, sino que también le es de aplicación las disposiciones vigentes en materia de comunicaciones comerciales electrónicas, pues al fin y al cabo se trata de una comunicación promocional. De hecho, la comunicación, aunque la envía un supuesto amigo, es efectivamente realizada desde el servidor del website en cuestión, por lo que dicho servidor recoge los datos de carácter personal tanto del amigo que envía la promoción, como de quien la recibe.
Por regla general, el que envía la promoción da su consentimiento para que sus datos sean tratados. Sin embargo, no se le da la misma posibilidad al receptor de la promoción, de quien se obtiene sus datos (aunque sea el email) sin haberlos facilitado él mismo. Es clara la infracción de la Ley.
Como hemos comentado anteriormente, a mayor número de visitantes, mayores ingresos en publicidad se obtienen. Por tanto, los mensajes enviados a través del sistema en cuestión, son comunicaciones telemáticas de carácter comercial, que tienen como finalidad recabar el mayor número de visita al website promotor. Y en este caso, al igual que ocurre con la normativa sobre protección de datos, el consentimiento del interesado es fundamental, lo que generalmente no acontece.
La picaresca parece ser una nota en común entre los webmasters, quienes no paran de ingeniar subterfugios para darle la vuelta a la ley. Sin embargo, muchas veces no atacan las vacatios legis existentes, que algunas hay, sino que simplemente "inventan" un sistema que tiene apariencia de legal, y que no produce daño alguno. Sin embargo, en esas muchas ocasiones se infringe la ley de plano, y no solo una en cuestión, sino varias, como el caso que exponemos.
La recomendación que podemos dar para aquellos que reciban una invitación de un amigo para una promoción en un website, es que, directamente, lo borre de su lista de amigos, o al menos lo amoneste para que no lo vuelva a hacer.
