Según la International Intellectual Property Alliance (IIPA) de los EE.UU., el gobierno español tiene una falta de liderazgo bastante importante ante el fenómeno de la “piratería” en la red. Por tanto, según los americanos somos los más piratillas de Europa, y uno de los primeros del mundo mundial.
Las causas de que seamos tan "malízimos" se encuentra en dos factores fundamentales:
1º.- La despenalización de los intercambios de archivos en redes Peer To Peer (P2P) cuando no haya ánimo de lucro.
2º.- Un supuesto fallo del Ejecutivo a la hora de establecer los mínimos requerimientos previstos en la Directiva europea de Comercio Electrónico para que los titulares de derechos tengan los medios necesarios para hacer valer sus derechos en la red.
Del mismo modo, y con el fin de subvertir esta situación se proponen algunas medidas correctoras. A saber:
a.- La retirada de las directrices de la Fiscalía en las que se despenalizaba el intercambio vía P2P.
b.- Refuerzo del personal funcionarial y policial encargado de la persecución de los delitos contra la propiedad en la red.
c.- Un acuerdo entre los ISP y los titulares de derechos sobre los contenidos para prevenir infracciones.
Como vemos, el cerco se va cerrando sobre los usuarios de internet, y aquí podemos observar claramente las posturas enfrentadas de los dos bandos en guerra:
De un lado, la postura de los lobbys de la industria de contenidos, apoyados por ciertos gobiernos (EE.UU. o Francia, por poner algunos ejemplos), y empecinados en la penalización de prácticas masivamente llevadas a cabo por los usuarios.
De otro, la postura de los internautas, que ven como algo normal su comportamiento, ya que se encuentra al margen de ningún ánimo de lucro.
El tema de complica por el hecho de la globalización, por el diferente prisma con que los gobiernos y autoridades supranacionales tratan unos temas comunes que nos afectan a todos.
Por tanto, vemos como, ante la tesitura de defender ciertos modelos empresariales, las posturas se reducen bien a la persecución penal de los usuarios, bien al empleo de otros medios legales menos gravosos que dejan al derecho penal como lo que es, la última ratio de un ordenamiento jurídico. Supongo que en el término medio encontraremos alguna solución.
Mientras llegamos a conclusiones reales, por ahora, nos quedamos con el honor (dudoso u honroso) de ser los más "piratillas" (o simples usuarios).
