El “sandbox” o “caja de arena” es un concepto ya conocido para los que operan en el sector de las “Fintech” desde hace tiempo. Consiste en un banco de pruebas donde empresas o “startups” que tienen ideas innovadoras van a poder empezar a operar sin cumplir con toda la legislación vigente durante un breve periodo de tiempo, bajo la supervisión de la Administración.
La necesidad de crear este “sandbox” se hacía especialmente relevante de cara a poder validar nuevos modelos, probándolos de manera segura y no abandonar nuevas ideas en un cajón de sastre imposibilitando su salida al mercado, por no cumplir exactamente por lo establecido por la legislación. Si a este tipo de empresas se les permite actuar dentro de un marco que esté controlado por la Administración se podrán hacer esas ideas innovadoras realidad, además pudiendo proteger a los consumidores.
El 17 de Septiembre se hacía realidad la aprobación del Proyecto de Ley para la Transformación Digital del Sistema Financiero, bien recibidadesde el sector Fintech puesto que se estaba a la espera ya desde la presentación del Anteproyecto de Ley en 2018. Tan solo queda pendiente la tramitación de esta iniciativa en el Senado del que no se espera que se realicen enmiendas, por lo que ya parece una idea hecha realidad.
Esto supone que se podrán probar proyectos innovadores con sesgo tecnológico en los mercados financieros, con usuarios reales controlado y supervisados por la autoridad competente con requisitos concretos. De esta forma, el Proyecto de Ley tiene también como misión proteger al consumidor, así como el mantenimiento de la estabilidad financiera e integridad de los mercados, impidiendo, de este modo, que se pueda utilizar el sistema financiero con fines como el blanqueo de capitales o la financiación del terrorismo.
Lo cierto es que esta proposición de ley ha querido ir un poco más allá, es decir, no solo está dirigida para las Fintech, si no que está pensada para todo tipo de entidades que encuentran en el sandbox la forma de poder lanzar productos que mejoran los servicios al usuario.
De tal manera que se puedan cubrir nuevas necesidades que van ligadas con la innovación en el ámbito financiero y que tiene por bandera aumentar la eficiencia de los mercados
Podemos reflejar tres requisitos capitales que han de contemplarse de forma previa a participar en cualquier proyecto en el sandbox:
Una de las novedades reseñables en este proyecto es el desarrollo y el resultado de las pruebas “sandbox” que será muy útil a efectos de hacer una legislación mucho más eficiente y poder eliminar trabas, ganando con ello agilidad en los procedimientos y minimizando cargas de carácter administrativo imputables a las entidades financieras.
Si hay algo clave en esta nueva regulación, es una clara reforma del sistema financiero, marcando las bases de la regulación digital y apostando por la innovación y la eficiencia sobre un pilar fundamental que es la protección de los consumidores. Para ello se hace necesario la creación de este “sandbox”, una herramienta que se ajusta idóneamente y con la que se pretende atraer capital a nuestro país, así como generar valor a entidades de otros países. Este es el camino que nos pueda diferenciar, a través de productos y servicios que estén basados en componentes tecnológicos.
A tal efecto, la AEFI (Asociación Española de Fintech e Insurtech) ha realizado un estudio de las repercusiones de establecer este “sandbox” en España donde se generarían más de 5.000 empleos y atraería mas de 1.000 millones de euros en inversiones desde la implantación en un plazo aproximado de dos años.
Si somos valientes hoy, implantando este tipo de valor añadido a los mercados financieros, nos hará más competitivos mañana. Sin duda, apostar por la innovación tecnológica y el talento es un mecanismo de desarrollo de valor para las Fintech que ya están preparadas para hacer del “sandbox” un mecanismo productivo.
En mi particular opinión, creo que se ha demostrado con solvencia los beneficios de la creación de este instrumento de cara a los nuevos proyectos, como el sandbox establecido en Gran Bretaña impulsado por la FCA (Financial Conduct Authority) que desde su implantación se ha podido lanzar al mercado nuevas iniciativas interesantes, por lo que estamos ante una gran noticia en aras al impulso y desarrollo del sistema financiero español.