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03/11/2024. 00:43:49
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¿Cuáles serán las políticas penitenciarias del nuevo encargado de prisiones?

Manuel Fanega

Doctorando en Ciencias Sociales y Jurídicas en la Universidad de Cádiz.

Ángel Luis Ortiz González, magistrado en excedencia y licenciado en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid, fue nombrado el 19 de junio de 2018 nuevo Secretario General de Instituciones Penitenciarias. Sustituye a Ángel Yuste Castillejo, que deja el cargo tras su segundo periodo al frente de prisiones. Ambos, conquenses, compartieron misma alma máter y disciplina.

Políticas penitenciarias

Por la variación de un Gobierno conservador a uno progresista puede intuirse el nuevo rumbo al que probablemente se dirigirán las políticas penitenciarias. No obstante, podemos ser más precisos si observamos la sensibilidad científica que el mismo Ortiz ha dejado hasta ahora en más de veinte artículos y capítulos de libros.

Pero también cuenta con una dilatada experiencia profesional. Ortiz ha vigilado la actividad de la Administración penitenciaria en materia de garantías de los reclusos y en derechos humanos. Desde dos frentes. En el Poder Judicial como Juez de Vigilancia Penitenciara y en el Legislativo como asesor en la institución del Defensor del Pueblo. Ya Ortiz trasvasa al Ejecutivo, en el que también tiene experiencia como funcionario del Ministerio de Justicia, aunque no directiva.

A su toma de posesión le esperaban algunos sindicalistas que permanecieron tres semanas en Alcalá 38 y que se sumaban a otros representantes de trabajadores que han impulsado concentraciones en demanda de mejoras económicas; necesidad que fue reconocida el pasado 14 de junio por el Ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, en una entrevista para Onda Cero.

La situación de envejecimiento y déficit de la plantilla, la eterna cuestión de la transferencia de competencias a otras CCAA, el acercamiento de internos a sus familias y las carencias en de la sanidad penitenciaria serán los primeros retos a los que se tendrá que enfrentar.

Como apuntábamos, basta un recorrido bibliográfico para darse cuenta quién es Ángel Luis. Una de sus últimas obras ha sido el capítulo "Vías de solución a la situación actual de las prisiones en España", en el libro "Los derechos de los reclusos y la realidad de las cárceles españolas: perspectivas sociales, políticas, jurídicas y filosóficas".

Reducción de población penitenciaria, disminución de costes

En él analiza la situación de las prisiones en 2015, cuando la tasa de encarcelamiento se encontraba en 143 reclusos por cada 100.000 habitantes (ahora está en 126). En buena medida, afirmó, se debe al incremento punitivo o sobreutilización del Derecho penal como búsqueda de resolución de conflictos, por ejemplo en seguridad vial, y a las reformas expansionistas que alargan el tiempo en prisión. Además, un sistema penal basado principalmente en privar de libertad ambulatoria es caro.

Por todo ello propone, en aras de mejorar la respuesta sancionadora española, potenciar el tratamiento penitenciario, no expulsar a los extranjeros reinsertados, facilitar la libertad condicional, impulsar el Derecho procesal penitenciario y proveer asistencia jurídica para la defensa de los internos en materia penitenciaria. Además, sus críticas al "efecto expansivo de la pena privativa de libertad: alternativas a estas penas"  hacen prever que favorecerá las alternativas a la prisión.

Pero sin duda alguna, uno de los mayores intereses de Ortiz será la mediación penal, una praxis prácticamente inexistente en prisiones, en la que se toma en consideración a la víctima como actor voluntario en la reparación del conflicto. La desarrolla ampliamente en el capítulo "La justicia restaurativa: enfoque desde el ámbito penitenciario" o en su artículo "Mediación penal y penitenciaria: propuestas para el futuro".

Como puede verse, Ortiz es un entusiasta de la Ciencia jurídica, como notamos en la dilatada producción científica que, sucintamente, hemos analizado aquí. Por ello, de sobra queda acreditado que es ya un penitenciarista consagrado. Pero ser buen analista de las prisiones no lo es todo. Ahora, en el Ejecutivo y como encargado de Instituciones Penitenciarias tendrá que aprender a ser, además de penitenciarista, penitenciario.

 

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