WASHINGTON (Reuters) -El presidente de Estados Unidos Joe Biden ordenó el martes una revisión del procesamiento de asilo en la frontera entre Estados Unidos y México y el sistema de inmigración mientras busca deshacer algunas de las políticas de línea dura del expresidente Donald Trump.
Biden también creó un grupo de trabajo para reunir a las familias migrantes que fueron separadas en la frontera por la estrategia de «tolerancia cero» de Trump en 2018.
«Vamos a trabajar para deshacer la verguenza moral y nacional de la administración anterior que literalmente, no figurativamente, arrancaron a los niños de los brazos de sus familias», dijo Biden, mientras firmaba las tres órdenes ejecutivas relacionadas con la inmigración en la Casa Blanca.
Las órdenes ejecutivas exigían una vertiginosa serie de revisiones e informes que podrían desencadenar cambios en las políticas en las próximas semanas y meses, pero proporcionar un alivio inmediato limitado a los inmigrantes prohibidos por las reglas de la era Trump.
Los defensores de la inmigración han instado a la nueva administración demócrata a deshacer rápidamente las políticas de Trump, pero los ayudantes de Biden dicen que necesitan tiempo para desentrañar las muchas capas de restricciones migratorias y poner en marcha sistemas más amigables con los migrantes.
«No va a pasar de la noche a la mañana», dijo la secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, más temprano en el día.
La estrategia cautelosa refleja que la cuerda floja Biden está caminando para invertir las políticas de línea dura de Trump mientras al mismo tiempo trata de prevenir un aumento de la inmigración ilegal. Los opositores a Biden también podrían descarrilar o ralentizar su agenda con demandas si su administración se mueve demasiado rápido y no sigue los procedimientos adecuados.
En una señal del enfoque cauteloso, las órdenes ejecutivas de Biden el martes no derogaron una orden conocida como «Título 42», que fue emitida bajo Trump para detener la propagación del coronavirus y permite a las autoridades estadounidenses expulsar a casi todas las personas sorprendidas cruzando la frontera ilegalmente.
Sin embargo, exigió una revisión de los Protocolos de Protección al Migrante (MPP, por sus siglas en invernó a 65.000 solicitantes de asilo) que esperaran en México sus audiencias judiciales en Estados Unidos.
La administración de Biden ha dejado de agregar personas al programa, pero aún no ha esbozado cómo procesará las reclamaciones de las que ya están en él.
Al otro lado de la frontera en México, los migrantes inscritos en MPP dijeron que estaban ansiosos por noticias sobre los planes de Biden para el programa.
«No entiendo por qué no sólo dice lo que va a hacer», dijo el solicitante de asilo cubano Yuri González, quien lleva más de un año esperando en Ciudad Juárez.
Chad Wolf, ex secretario interino del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos bajo Trump, dijo en una entrevista que detener el programa MPP fue un error porque había sido un disuasivo eficaz para la inmigración ilegal.
«Si tienes un aumento (de migrantes), estás sacando una de tus herramientas de la mesa», dijo en referencia al programa.
Michelle Brane, directora sénior de la Comisión de Mujeres Refugiadas con sede en Nueva York, dijo que los defensores esperaban que las órdenes de Biden fueran «más inmediatas y operativas», pero que «esperarían y verían» qué pasos concretos dan las agencias de inmigración de Estados Unidos para implementar las directivas.
CAMBIO EN LA RETÓRICA
El tono de las órdenes de Biden el martes difería dramáticamente de la retórica de inmigración incendiaria de Trump que representa a los solicitantes de asilo como una amenaza para la seguridad o una fuga económica en los Estados Unidos.Presentación de diapositivas ( 5 imágenes )
«Asegurar nuestras fronteras no requiere que ignoremos la humanidad de quienes tratan de cruzarlas», se lee en la orden relativa al asilo.
Pero la oposición de los republicanos continúa y las demandas de grupos conservadores podrían potencialmente ralentizar la agenda de Biden. Un juez federal bloqueó temporalmente una de sus primeras medidas de inmigración -una pausa de 100 días sobre muchas deportaciones- después de que el estado republicano de Texas buscara una orden judicial.
Trump ganó la presidencia en 2016 mientras hacía de la seguridad fronteriza un tema importante de su campaña. Si Biden no logra evitar el aumento de la inmigración ilegal en la frontera entre Estados Unidos y México, podría dar munición a los republicanos en las elecciones al Congreso de 2022, dijo Sarah Pierce, analista de políticas del Instituto de Política de Migración con sede en Washington.
«Esto es lo que reunió a los partidarios de Donald Trump», dijo.Presentación de diapositivas ( 5 imágenes )
Biden, por otro lado, se comprometió en su campaña electoral de 2020 a reunir rápidamente a padres e hijos separados en la frontera sur y el grupo de trabajo establecido el martes tiene como objetivo cumplir esa promesa.
Sin embargo, se enfrentará a un desafío desalentador al tratar de localizar a los padres de más de 600 niños que permanecen separados, de acuerdo con una presentación judicial de enero en un caso relacionado. Los niños viven con parientes o en hogares de crianza, dijo Reuters a Reuters un abogado que representa a los demandantes en el litigio.
El grupo de trabajo estará dirigido por Alejandro Mayorkas, dijo el lunes uno de los altos funcionarios. El Senado de los Estados Unidos confirmó el martes a Mayorkas como la nueva jefa del Departamento de Seguridad Nacional, el primer latino e inmigrante en ocupar ese cargo.
Las órdenes ejecutivas de Biden el martes también exigieron una revisión de la llamada regla de «cargo público» de Trump, lo que hace más difícil para los inmigrantes más pobres obtener la residencia permanente en los Estados Unidos.
Se espera que la revisión inicie el proceso para rescindirla, de acuerdo con dos personas familiarizadas con el plan.
