- Calles tranquilas tras protestas inusuales el fin de semana
- Por lo menos 100 arrestados – grupo de las derechas
- El gobierno cubano culpa a Estados Unidos de las sanciones, respaldando a la oposición
- Estados Unidos apoya al pueblo cubano, dice Biden
LA HABANA, 12 jul (Reuters) – Cuba culpó de las históricas protestas que tuvieron lugar durante el fin de semana a la «asfixia económica» de Estados Unidos y detuvo a algunos de los activistas de más alto perfil, mientras que el gobierno de Biden dijo que apoyaba el derecho del pueblo cubano a manifestarse.
Las calles de La Habana estaban tranquilas el lunes, aunque había una fuerte presencia policial y el edificio del Capitolio, donde se habían congregado más de mil personas el día anterior, fue acordonado. Las interrupciones en internet móvil -la única forma que tienen muchos cubanos de acceder a la web- eran frecuentes.
Miles de cubanos se unieron a las protestas callejeras desde La Habana hasta Santiago el domingo en las mayores manifestaciones antigubernamentales en la isla dirigida por los comunistas en décadas. Protestaban contra la grave crisis económica del país y el manejo de la pandemia, pero muchos fueron más allá, pidiendo el fin del comunismo y coreando «libertad».
Al menos 100 manifestantes, activistas y periodistas independientes habían sido detenidos en todo el país desde el domingo, según el grupo de derechos humanos en el exilio Cubalex , algunos en las protestas, pero otros cuando intentaban abandonar sus hogares.
«Se está volviendo imposible vivir aquí», dijo Maykel, de 21 años, residente de La Habana, quien se negó a dar su apellido por temor a represalias. «No sé si esto puede volver a suceder, porque en este momento La Habana está militarizada».
«Aún así, los cubanos están perdiendo el miedo», dijo.
Otros con los que habló Reuters dijeron que esperaban que no hubiera más protestas, citando temores de violencia y diciendo que preferirían que hubiera más diálogo.
Las protestas estallaron en medio de la crisis económica más profunda de Cuba desde la caída del antiguo aliado de la Unión Soviética y un aumento de las infecciones de COVID-19 que ha llevado a algunos hospitales al borde del colapso en un país que se enorgullece de su sistema de salud.
El endurecimiento de las sanciones estadounidenses de décadas de antigüedad bajo el expresidente donald Trump y la pandemia han exacerbado la escasez de alimentos y medicinas, así como los cortes de energía.
Una minoría de contrarrevolucionarios estaba fomentando disturbios, dijo el presidente cubano Miguel Díaz-Canel en un discurso televisado de más de cuatro horas de duración junto a su Gabinete. El canciller Bruno Rodríguez culpó a mercenarios financiados por Estados Unidos.
En Washington, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo que Estados Unidos estaba con el pueblo de Cuba que estaba afirmando «valientemente» su derecho a la protesta pacífica, mientras que el secretario de Estado Antony Blinken dijo que los funcionarios cubanos no deberían culpar de las protestas a las sanciones estadounidenses.
«Sería un grave error porque demostraría que simplemente no están escuchando las voces y la voluntad del pueblo cubano», dijo en una rueda de prensa.
Algunas celebridades cubanas que hasta la fecha no han tocado temas políticos sensibles salieron públicamente en apoyo de los manifestantes.
«Sus voces deben ser escuchadas y sus derechos a expresarse respetados», dijo el cantautor Cimafunk, cuyo verdadero nombre es Erik Rodríguez. «Tenemos que unirnos y encontrar el camino a seguir juntos, pacíficamente».
En Miami, hogar de una gran comunidad de cubanoamericanos, cientos de cubanoamericanos acudieron a la Pequeña Habana el domingo para expresar su solidaridad y celebrar lo que consideraban el principio del fin. En Twitter, el alcalde de Miami, Francis Suárez, imploró a Estados Unidos que «tome medidas».
violencia
Díaz-Canel denunció el vandalismo ocurrido durante las manifestaciones.El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, habla con los medios de comunicación, en San Antonio de los Baños, Cuba, el 11 de julio de 2021. REUTERS/Alexandre Meneghini
«Tiraron piedras a las tiendas de divisas, robaron artículos… y en las fuerzas policiales, entregaron autos – un comportamiento totalmente vulgar, indecente y moroso», dijo.
Pero el presidente dijo que los partidarios del gobierno finalmente habían restablecido el orden, después de que el domingo les ordenaran que lucharan y «defendieran la revolución», órdenes que causaron consternación entre algunos cubanos.
Testigos de Reuters vieron a manifestantes en La Habana el domingo confrontados por pequeñas concentraciones pro-gubernamentales, mientras que los agentes de policía detuvieron su intento de marchar a la Plaza de la Revolución.
Amnistía Internacional ha dicho que había recibido con alarma informes de «apagones en Internet, detenciones arbitrarias, uso excesivo de la fuerza, incluidos disparos de la policía contra manifestantes». Reuters no pudo verificar de forma independiente el uso de armas de fuego.
La compañía de monitoreo de redes Kentik dijo que había observado que todo el país se desconectaba durante menos de 30 minutos alrededor de las 4 pm del domingo, seguido de varias horas de interrupciones intermitentes.
«Hasta hace muy poco, las grandes interrupciones de Internet eran muy raras», dijo Doug Madory, director de análisis de Internet de Kentik. «Los apagones de Internet son nuevos en Cuba en 2021».
El observatorio de bloqueo de Internet NetBlocks dijo que hubo una interrupción parcial de las redes sociales y las plataformas de mensajería en Cuba el lunes, «probablemente para limitar el flujo de información desde Cuba».
Las Naciones Unidas dijeron que vigilaban las protestas y pidieron que se respetaran los derechos de libertad de expresión y reunión pacífica.
José Daniel, líder del mayor grupo opositor de Cuba, la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), fue detenido cuando salía de su casa para unirse a la protesta en Santiago de Cuba, en el este del país, el domingo. Se desconoce su paradero, dijo a Reuters el activista de la UNPACU Zaqueo Báez.
Luis Manuel Otero Alcántara y Amaury Pacheco, dos miembros de un colectivo de artistas disidentes que ha sido noticia encabezando un movimiento de protesta más amplio en Cuba en los últimos años, fueron arrestados cuando se dirigían a protestar en La Habana, dijo a Reuters la socia de Pacheco, Iris Ruiz. Otero Alcántara estaba en la cárcel mientras se desconocía el paradero de Pacheco.
Otra conocida disidente, Coco Farinas, fue arrestada cuando salía de su casa el lunes en la ciudad central de Santa Clara, dijo a Reuters su madre Alicia Fernández.
El gobierno cubano no hizo comentarios inmediatos sobre los arrestos. Cuba critica a los disidentes como mercenarios a sueldo de Estados Unidos y aliados con exiliados cubanos anticastristas.
«Se siente como un momento peligroso», dijo Ruiz por teléfono, señalando que su vecindario no había tenido datos móviles en todo el día. «Me preocupa el tipo de represalias que podrían tomar contra los activistas: últimamente han estado defendiendo cada vez más la teoría de que somos terroristas».
Julie Chung, subsecretaria interina de la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado de Estados Unidos, pidió la liberación inmediata de ellos y otros.
Díaz-Canel atacó lo que llamó la hipocresía de Washington por expresar su preocupación cuando estaba alimentando la crisis en Cuba con su embargo comercial.
Estados Unidos endureció las sanciones a Cuba bajo Trump, incluida la restricción de remesas cruciales en medio de la pandemia. Biden prometió durante su campaña aliviar algunas de estas medidas, pero aún no lo ha hecho, y la Casa Blanca dijo que no estaba entre sus principales prioridades.
«¿No es muy hipócrita y cínico que me bloqueen… ¿y quieres presentarte como el gran salvador?», dijo.
Dijo que el gobierno había estado luchando para mantener la economía en funcionamiento «frente a una política de asfixia económica destinada a provocar un levantamiento social».Reportajes de Sarah Marsh, Marc Frank, Nelson Acosta y Reuters en La Habana; Informes adicionales de Patricia Zengerle, Simon Lewis y Daphne Psaledakis en Washington y Michelle Nichols en las Naciones Unidas; Edición por Howard Goller y Rosalba O’Brien.
