El juez Stephen Breyer habló el viernes de la necesidad de que la Corte Suprema de Estados Unidos respete sus propios precedentes, habló de democracia y promocionó la colaboración bipartidista en el Congreso mientras se dirigía a los estudiantes de la escuela en medio de especulaciones sobre su posible retiro.
Breyer, a sus 82 años, el juez más antiguo de la corte de nueve miembros, ha enfrentado llamados de algunos activistas liberales para que renueven para permitir que el presidente Joe Biden nombre a un jurista liberal más joven para un puesto vitalicio en el máximo órgano judicial de la nación. leer más
Cuando un moderador del evento le preguntó sobre el valor de que la corte se adhiera a sus fallos anteriores, Breyer dijo que debería anular un precedente solo en el «raro caso en que es realmente necesario». Breyer dijo que la ley tiene que ver con la estabilidad, que permite a las personas planificar sus vidas.
«La ley podría no ser perfecta, pero si la estás cambiando todo el tiempo la gente no sabrá qué hacer, y cuanto más la cambies, más personas pedirán que la cambien, y cuanto más escuche la corte, más la cambiarán», agregó Breyer.
La pregunta se planteó menos de dos semanas después de que la corte, que tiene una mayoría conservadora de 6-3, accedió a escuchar un desafío importante a los derechos al aborto, uno que podría destripar el histórico caso Roe v. 1973. Fallo de Wade que legalizó el procedimiento a nivel nacional. leer más
El colega de Breyer, el juez conservador Clarence Thomas, instó en 2019 a la corte a sentirse menos obligada a mantener el precedente. Thomas en fallos anteriores ha respaldado las restricciones al aborto.
El próximo caso de aborto, que los jueces escucharán en su próximo mandato que comienza en octubre, involucra el intento de Mississippi de revivir una ley estatal respaldada por los republicanos que prohíbe el procedimiento después de las 15 semanas de embarazo. leer más
Breyer habló con estudiantes de secundaria y preparatoria en una clase en línea organizada por el Centro Nacional de la Constitución con sede en Filadelfia, una institución sin fines de lucro. Breyer los instó a poner las «cosas desafortunadas» que se desarrollan en los Estados Unidos en un contexto histórico.
«Ha sucedido antes», dijo Breyer. «Esta no es la primera vez que la gente se desanima con el proceso democrático. Esta no es la primera vez que tenemos racismo real en este país. Antes de eso era esclavitud».
Sus comentarios se produjeron el mismo día en que los republicanos del Senado de Estados Unidos descarrilaron una propuesta de investigación bipartidista sobre el mortal motín del 6 de enero en el Capitolio por parte de los partidarios del expresidente Donald Trump que interrumpió la certificación formal del Congreso de la victoria electoral de Biden. Trump ha hecho afirmaciones falsas de que la elección le fue robada a través de un fraude electoral generalizado.
Cuestionado sobre las fracturas políticas de Estados Unidos y la profundización de la polarización, Breyer dijo que sigue siendo «básicamente optimista». A pesar de todos sus defectos, dijo Breyer, la democracia estadounidense es, en general, «mejor que las alternativas».
También habló del valor del trabajo en equipo legislativo en un momento de profundas diferencias entre demócratas y republicanos.
Breyer, quien al principio de su carrera trabajó como miembro del personal en el Senado, dijo: «¿Necesita el apoyo de ese republicano? Hable con ellos. … Dices: ‘¿Qué piensas? Amigo mío, ¿qué te parece?’ Haz que hablen. Una vez que empiecen a hablar, eventualmente dirán algo con lo que estás de acuerdo».
Breyer hizo preguntas que van desde libros que le encantan hasta pinturas que pidió prestadas para exhibir en sus cámaras. Dijo que como parte de su rutina diaria ve repeticiones de «M*A*S*H», el popular programa de televisión que se emitió de 1972 a 1983 sobre un hospital móvil del Ejército de los Estados Unidos durante la Guerra de Corea, monta en una bicicleta estática y se ha lanzado a la meditación.
Breyer se convirtió en el juez más antiguo de la corte después de la muerte en septiembre de su compañera liberal Ruth Bader Ginsburg a los 87 años.
