El Ministerio de Relaciones Exteriores de Hungría convocó el miércoles al embajador de Ucrania por lo que llamó comentarios ofensivos de Kiev sobre la postura de Budapest sobre la invasión de Rusia.
El ministro de Relaciones Exteriores, Peter Szijjarto, en comentarios publicados tres días después de que el primer ministro nacionalista Viktor Orban fuera reelegido, dijo que Hungría había condenado la invasión de Rusia, reconocido la soberanía de Ucrania y acogido a cientos de miles de refugiados que huían de la guerra.
Así que era «hora de que los líderes ucranianos detengan sus insultos dirigidos a Hungría y reconozcan la voluntad del pueblo húngaro», dijo Szijjarto en un comunicado, refiriéndose a la aplastante victoria electoral del domingo.
«Esta no es nuestra guerra, así que queremos y nos mantendremos al margen», agregó Szijjarto, reiterando la postura que ayudó a Orban a ganar un cuarto mandato consecutivo.
El presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskiy, dijo el martes que Orban temía la influencia de Rusia y que tendría que elegir entre Moscú y el «otro mundo».
Orban, que ganó fácilmente lo que los encuestadores habían ganado hasta poco antes de que el día de las elecciones se inclinara a ser una votación reñida, ha condenado la invasión de Rusia, que el Kremlin describe como una «operación militar especial», y no vetó las sanciones de la Unión Europea contra Moscú.
Pero se ha abstenido de criticar directamente al presidente Vladimir Putin y dijo que no está de acuerdo con las sanciones, rechazando la idea de frenar las importaciones de petróleo y gas de Rusia, diciendo que eso arruinaría la economía de Hungría.
La UE se movió rápida y decisivamente para imponer una gama sin precedentes de sanciones a Moscú después de la invasión, pero ha luchado por permanecer unida sobre la prohibición de las importaciones de petróleo y gas porque muchos estados miembros dependen en gran medida de la energía rusa.
Orban obtuvo una victoria aplastante en las elecciones del domingo, ya que los votantes respaldaron su visión autodeclarada de un estado conservador e iliberal y se encogieron de hombros ante las preocupaciones sobre los estrechos lazos comerciales de Budapest con Moscú durante una década.
Durante mucho tiempo una espina en el costado de las autoridades de la Unión Europea en Bruselas, Orban ha enfrentado raras críticas de sus aliados nacionalistas en la vecina Polonia por su postura cautelosa sobre la guerra.
