MADRID (Reuters) – El gobernante Partido Popular sigue siendo el partido favorito de la ciudadanía española, según la última encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) publicada el lunes, que otorga a la formación liderada por Mariano Rajoy un 26,3 por ciento de la intención de voto.
Pese al desgaste por las tensiones en Cataluña que llevaron al gobierno central a destituir al gobierno regional e intervenir la comunidad y de los malos resultados de la formación en las elecciones catalanas, el PP solo habría caído 1,7 puntos sobre el sondeo anterior publicado en noviembre.
CIUDADANOS, TERCERA FUERZA
La encuesta, que mantiene al PSOE como segunda fuerza en intención de voto con un 23,1 por ciento (un punto por debajo de noviembre), desmiente la realidad dibujada por otros sondeos privados publicados recientemente y que apuntaban a que Ciudadanos podría ganar incluso unas hipotéticas elecciones.
La formación liberal, que ganó las recientes elecciones en Cataluña aunque sin respaldos suficientes para formar gobierno, sí que adelanta a Podemos y se sitúa como tercera fuerza en las preferencias de los encuestados con una proyección de voto del 20,7 por ciento (3,2 puntos más que en noviembre).
Por su parte, Podemos y sus confluencias obtendrían el 19 por ciento de los votos, solo medio punto por debajo de la encuesta de noviembre.
La suma de Ciudadanos y PP alcanzaría el 47 por ciento frente al 32,1 por ciento de las consideradas fuerzas de la izquierda, PSOE y Podemos.
El Partido Popular, cuyo líder y presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha rechazado en varias ocasiones adelantar las elecciones generales previstas a mediados de 2020, tiene en marcha una estrategia para tratar de recuperar el pulso ante el auge de Ciudadanos mientras que los últimos datos económicos apoyados en la inercia del crecimiento parecen favorecer su candidatura.
En las elecciones catalanas, el PP obtuvo únicamente cuatro escaños en la cámara regional, viéndose condenado a no poder formar grupo parlamentario propio y con la posibilidad de tener que compartir en el grupo mixto del Parlament catalán mesa y mantel con los anticapitalistas de la CUP.
