HENIN-BEAUMONT, Francia, 24 abr (Reuters) – Cuando la victoria electoral de Emmanuel Macron apareció en las pantallas de televisión montadas en el principal centro de votación del bastión de henin-Beaumont, en el norte de Francia, la candidata de extrema derecha Marine Le Pen, había ira y decepción grabadas en los rostros de sus partidarios.
En esta antigua ciudad minera del carbón en el norte de Francia, donde el desempleo es alto y el ayuntamiento está controlado por el partido de Le Pen, había fuertes esperanzas de que la extrema derecha rompiera esta vez el techo de cristal que la ha mantenido fuera del poder.
El apoyo al nacionalismo económico de Le Pen es alto entre la fuerza laboral de cuello azul de la región. También lo es un profundo desdén por un presidente visto como fuera de contacto con la gente común.
«Nunca he odiado tanto a un presidente», dijo Marie Souillard, de 50 años. «Todavía no me doy cuenta del todo, pero mañana voy a estar como, él está aquí por otros cinco años. Estoy viviendo una pesadilla».
Souillard esperaba que su esposo camionero pudiera retirarse antes si Le Pen hubiera ganado, pero esas esperanzas ahora se han desvanecido.
«No entiendo a toda esta gente que vitoreó a Macron, es inaceptable, cuando miras todo lo que ha hecho», continuó.
Le Pen, que se había postulado para presidente por tercera vez, prometió mantener la lucha en las elecciones parlamentarias de junio.
En su discurso de victoria, Macron reconoció que muchos votantes que se habían unido a él lo habían hecho solo para mantener a la extrema derecha fuera del poder.
«Tendremos que ser benévolos y respetuosos porque nuestro país está plagado de tantas dudas, tantas divisiones», dijo a sus partidarios.
Sin embargo, pocos en Henin-Beaumont estaban convencidos de que era sincero.
La hija de Souillard, Anais, dijo que estaba sorprendida de que Macron hubiera ganado por un margen tan cómodo dado su manejo del aumento de los precios al consumidor y sus planes de aumentar la edad de jubilación.
«No piensa en la clase trabajadora, es un presidente para los ricos», dijo.
Con el 88% de los votos escrutados, los resultados parciales mostraron a Macron con el 56,2% del apoyo de los votantes. Es probable que esa cifra aumente a medida que se cuenten más votos.
Arnaud de Rigne, de 26 años, miembro del comité nacional del partido Rally Nacional de Le Pen, dijo que estaba decepcionado por la pérdida de Le Pen, pero que había señales de esperanza.
«Cuando miras el progreso que ha logrado, estaba en el 17% en 2012, el 34% en 2017 y ahora el 42%, ves que hay una progresión constante», dijo de Rigne. «No puedes evitar pensar que tarde o temprano lo va a lograr».
