Los nuevos desafíos del crowdfunding

Como es sabido, el crowdfunding, en todas sus modalidades, es una alternativa de financiación de proyectos que tiene muchas ventajas respecto de la financiación tradicional pero necesita ser regulada a fin de evitar posibles abusos o fraudes tanto de los inversores como de los prestatarios, ya que es un modelo que pone en contacto a los inversores con los emprendedores sin existir contacto directo entre ellos, alejando en muchos casos, al inversor del proyecto y del control sobre el mismo.

En este contexto, tanto los gobiernos como las plataformas deben impulsar y fomentar medidas de información y control sobre los actores que participan en la plataforma que dan sustento a este tipo de financiación colaborativa. Así, ambas instituciones deberán poner en marcha los mecanismos necesarios para controlar y verificar los siguientes aspectos:

1. La transparencia de las transacciones, de tal manera que el inversor conozca en todo momento el estado de la financiación del proyecto en su conjunto, así como el estado del retorno de la inversión.
2. La fijación del tipo de interés. En las modalidades de crowdfunding conocidas como peer-to-peer lending, o préstamos entre particulares, son las propias plataformas las que asignan un tipo de interés al proyecto en función del riesgo del mismo o de la solvencia del prestatario. Por tanto, las plataformas deberán de establecer los mecanismos necesarios para evitar abusos en la fijación de tipos de interés desmesurados o que no reflejan el riesgo real de la operación.
3. Las garantías necesarias que deben ofrecer tanto los gestores de las plataformas como los emprendedores a los inversores para protegerles de proyectos fraudulentos o ficticios.

Además, es importante resaltar que este tipo de regulación no debe restringirse al ámbito estatal, sino que la regulación debe de hacerse a un nivel más amplio, ya que el éxito de estas plataformas pasa necesariamente por poner en contacto a inversores y empresarios de todo el mundo.

A pesar de que son muchos los riesgos que están asociados a este tipo de financiación, lo cierto es que tipo de plataformas ofrecen una buena oportunidad para conseguir financiación. Al mismo tiempo, la "financiación colectiva" no sólo se configura como una alternativa a la financiación tradicional sino que también aporta valor añadido al propio proyecto que se pretende financiar. Así:

1. Las plataformas de crowdfunding son una buena manera de verificar el respaldo o la viabilidad del proyecto en sí ya que si consigue la financiación solicitada, es síntoma de que el proyecto prima facie convence tanto a inversores como a consumidores. (Ver Estudio de ECIJA Abogados "Presente y futuro del crowdfunding como fuente de financiación de proyectos empresariales")

2. Igualmente, estas plataformas son potentes instrumentos de marketing ya que muchas de ellas incluyen herramientas para difundir el proyecto a través de las redes sociales. Así, esta difusión sirva tanto para obtener financiación como para publicitar el servicio o producto con vista a la futura comercialización del mismo.

3. Es una oportunidad para poner en marcha otro sistema de financiación complementario: el pre-sale. Este sistema consiste en que el inversor no sólo aporta el capital para financiar el proyecto, sino que también paga por un producto o servicio. Así, una vez se lleve a cabo, el inversor tendrá la oportunidad de obtenerlo con condiciones más beneficiosas, pues parte de la inversión irá destinada a sufragar el coste directo del producto.

En conclusión, numerosas son las oportunidades de negocio y financiación que nos ofrecen los sistemas de crowdfunding, pero numerosas son también las amenazas que los rodean y que deben ser controladas y coordinadas tanto por los gobiernos como por las propias plataformas, superando el nivel nacional y regulando a un nivel más global.