"Hay despachos de abogados que se acercan para decirnos: ¿y dónde tenemos que firmar?" "El TEC está en vanguardia de la formación tecnológica, a través de su universidad virtual, llamada ‘la fábrica de sueños'".
Latinoamérica, el continente de las exageraciones macondianas, lo real-maravilloso y la epopeya natural, se ha convertido en el objeto de estudio de sendos think tanks, intelectuales y periodistas. También, por qué no, de toda una generación de juristas, ávida de tender puentes con el nuevo mundo. En este contexto, en el que pululan un sinfín de interpretaciones jurídicas, políticas y económicas sobre el “ser” de los latinoamericanos, se yergue la opinión largamente meditada de uno de los juristas más versados en ese gran Aleph que es, y siempre ha sido, Latinoamérica. Antonio Alonso Ureba, secretario general de AFFINITAS, la alianza de despachos más importante del continente, ha bebido de la realidad latinoamericana no en viajes esporádicos ni en tertulias de salón. Su relación con la región trasciende la esfera profesional. Licenciado en Derecho y Master en Gestión Financiera y Análisis de Inversiones por la Universidad Complutense de Madrid, Alonso Ureba ha sido Director de los servicios jurídicos de la Comisión Nacional del Mercado de Valores, Consejero, Secretario General y del Consejo de Administración de Telefónica S.A. Además, su trayectoria vital está unida a ese hermoso paraje que Góngora llamó, en sus Soledades, “el último Occidente”.
Affinitas defiende la necesidad de homogeneizar los servicios jurídicos entre sus miembros. Ahora bien, ¿se ha llegado a crear una cultura Garrigues en todos los despachos con los que ustedes tienen una relación?
Se ha logrado trasmitir un convencimiento dentro de las firmas que constituyen Affinitas que la cultura del full service y la incorporación de prácticas denominadas de vanguardia son muy importantes para el desarrollo de sus negocios. Esto implica, por ejemplo, que mis compañeros de Colombia se han dado cuenta de que imprescindible contar con un departamento de infraestructura. Nuestros socios de Argentina comprenden que crear un departamento fiscal es cuestión de vida o muerte. Los peruanos asumen que tener un departamento de medio ambiente, uno de Human Capital y uno de fiscal -y no dedicarse solo al de "Money"- es vital para el futuro de su despacho. Esta cultura implica que una firma local, en un momento histórico de su propio país, tiene que evolucionar, crecer, expandirse. En América Latina hay muchas firmas que pertenecen a sus fundadores. En el modelo Garrigues somos 220 socios y todos los años se incorporan 20, 25 nuevos socios y se jubilan otros. La firma no es de un solo propietario, es de un colectivo. Y funciona. Funciona bien.
¿Están dispuestos los latinoamericanos, empleando un término romano, a ceder potestas y a incorporarse definitivamente en Garrigues?
La propuesta de Affinitas ha sido una propuesta de trabajo técnico, con business plans completos, con comités, con cabeza. Al final, ofreces al cliente una visión regional y no sólo una visión local. La propuesta no es "te integras y pierdes potestas". No. Es algo distinto: si te integras en Garrigues pasas a ser socio de un despacho global. Es decir, pasas a ser socio de las oficinas de Casablanca, Polonia, Hungría, China, Nueva York, etc. Se trata de una disyuntiva: o firma global o modelo local. Si un despacho latinoamericano sólo vive del M&A y se relaciona con EEUU, los próximos años lo va a pasar mal, pero muy mal. El modelo implica seguir ejerciendo en mi jurisdicción como abogado local pero integrando al despacho en un proyecto más grande. Así, los latinoamericanos tendrán que sopesar si deben o no integrarse en un proyecto mayor sin perder potestas. Nuestros compañeros de Portugal no piensan, por ejemplo, que perdieron potestas. Entran por esta casa como uno más.
¿Cómo compaginar el proyecto global de Affinitas con el elitismo latinoamericano? En América Latina es complicado renunciar a tener tu apellido en el rótulo de tu despacho…
Vislumbro un movimiento en América Latina que contempla la necesidad de la institucionalización. Hay despachos de abogados que se acercan para decirnos: ¿y dónde tenemos que firmar? Buscan ser socios de este proyecto transnacional a toda costa. En casi todos los países se nos han aproximado dos, tres, cuatro firmas de abogados con ansias de formar parte de este proyecto global. Esto no va de nombres, apellidos o firmas fundacionales. Este es el gran proyecto de una firma institucional con vocación global. Todo ello, por supuesto, lleva tiempo, porque está relacionado con el capital humano. Sin embargo, los resultados de Affinitas, a lo largo de los últimos años, son extremadamente positivos.
¿Cuál sería el objetivo a largo plazo de Affinitas?
El objetivo para Garrigues es ser una sola firma. En las jurisdicciones en las que no está presente Affinitas, Garrigues podrá definir políticas distintas a nuestra alianza. Garrigues ha aprendido más de América Latina. Garrigues también ha comprendido que América Latina no puede abordarse como un todo concreto. Hay muchos modelos de aproximación. Por otro lado, queremos formar a los primeros abogados globales. Por nuestras oficinas han pasado jóvenes de Colombia, Argentina, México. Hay mucho amor al tema americano. En América Latina hay un talento increíble de abogados que es preciso atraer hacia una formación y un conocimiento hispano. Está muy bien que los jóvenes juristas vayan a hacer un Máster a EEUU, pero aquí también pueden hacer cosas muy interesantes para su proyecto personal. No todo el día hablarán en inglés, ni aplicarán los instrumentos jurídicos anglosajones. También es preciso que trabajen con los de ascendencia y tradición latina.
Garrigues quiere formar abogados en América Latina de tal manera que puedan ejercer en cualquier parte de Iberoamérica…
La idea de Garrigues es que el talento que hay en América Latina no se pierda sólo en la jurisdicción de nacimiento, sino que vengan a conocer con nosotros Europa, se formen con Garrigues y después, si deciden ejercer, tengan una doble visión: la local y la europea. De manera que cuando atiendan a un cliente europeo o a un cliente multilatino tenga una visión mucho más amplia de lo que es la jurisdicción global. Por ello pondremos en marcha este año el Máster Experto Latinoamericano. Esperamos que los participantes sean de EEUU y Europa. Queremos formar expertos en la región desde el punto de vista jurídico, con profesores latinoamericanos. Lo vamos a lanzar con el TEC de Monterrey.
¿En España o en México?
Tendrá una parte presencial en España y una parte presencial en México. También un módulo virtual. Para ello contamos con la mejor universidad virtual del mundo: el TEC de Monterrey.
¿Algún día un latinoamericano dirigirá Garrigues?
Tenemos completamente asumido que lo que estamos montando es una firma que supera el ámbito español. La firma la puede dirigir un portugués, un polaco, un mexicano y no pasa nada. Ese salto ya lo han dado los anglosajones. En EEUU, en Nueva York, un managing partner, amigo mío, cubano, ha dirigido la firma. Yo creo que eso ya está muy superado. A eso nos dirigimos.
Es bastante ambiciosa la propuesta de formar juristas globales. Ello los lanzaría como la gran fábrica de la ciencia jurídica latinoamericana.
Nosotros apoyamos muchísimo ese proyecto. Tener un socio como el TEC, una gran universidad, para nuestros proyectos institucionales, es vital para una organización como Garrigues. El TEC está en vanguardia de la formación tecnológica, a través de su universidad virtual, llamada "la fábrica de sueños". Con ella podemos hacer tantas cosas y unir a gente con talento sin tener que desplazarse. Sería una pena no aprovechar este rasgo de la educación. Apostamos por traer jóvenes de distintas jurisdicciones a los que les pedimos que convaliden su título, para que así, cuando atiendan a un cliente europeo, su visión se transforme radicalmente. Apostamos por traer alumnos del último semestre de la escuela de derecho del TEC de Monterrey. Apostamos por el Master Experto Latinoamericano, el primero de su tipo en el mundo. Queremos que se sepa en Europa, en EEUU y en América Latina, que existe un Master diseñado exclusivamente para la región. Esta iniciativa revolucionará la cultura jurídica latinoamericana. Emplearemos el estudio de casos con profesores que vienen a desentrañar los problemas de su región a un número amplio de estudiantes de muchísimas jurisdicciones. Por ejemplo, resolver un tema de derecho de competencia en una adquisición multinacional, implica muchas variables. El alumno tiene que ver que en un país se resuelve así y en otro de una manera distinta. Son problemas de la vida real que debemos sacarlos a la luz. El desarrollo de América Latina lo amerita. Hay que formar a los líderes jurídicos del futuro. Los alumnos de este máster podrán conocer las diversas jurisdicciones de la región, las instituciones, la realidad social. Es la primera vez que vamos a poner el foco en todo esto. De esta manera, es posible formar a los que en un futuro no muy lejano tendrán las responsabilidades técnicas y ejecutivas en las grandes empresas multilatinas.
¿Se puede decir que Affinitas es el futuro de Garrigues?
Affinitas es el instrumento con el que Garrigues se acerca por primera vez a América Latina. Hemos aprendido mucho de nuestros socios en Affinitas y mucho de la región. El futuro dirá si nuestros socios deciden integrarse con nosotros o si es necesario desarrollar la presencia en América Latina de otra manera. Garrigues ha tomado la decisión de ser una firma iberoamericana. Una firma global. Affinitas ha sido un instrumento fantástico que nos ha permitido todo esto. El siguiente paso es consolidarnos como firma iberoamericana. En la medida en que ello sea posible emplearemos los distintitos proyectos que existen en Affinitas. O desarrollaremos herramientas distintas. Estamos ante un proceso a corto plazo.
¿No existe el temor de crear especialistas en temas puntuales en Latinoamérica pero no juristas de visión global?
No, yo creo que van a ocurrir varias cosas, por lo menos es lo que espero, ya que he apoyado con mucha fe el lanzamiento del Master Experto Latinoamericano. La mayoría de profesores van a ser latinoamericanos, que imagino conocerán las propias realidades locales. Además, los alumnos no sólo deben dominar los temas que afectan lo que ha de ser su futura profesión, también deben recibir información de muchos expertos en la región. Finalmente, vamos a tener la universidad virtual que nos permitirá grabar una conferencia al director del FMI y reservarla en un campus virtual. Podríamos, por ejemplo, pedirle a un profesor de Bruselas que dé una clase que luego pueda ser impartida en todas las jurisdicciones a los alumnos que forman parte del máster. Hay que evitar el naufragio del talento en América Latina. Es, por supuesto, una metáfora. Hay que unir a la gente talentosa. Lo mismo sucedió cuando creamos el centro de investigación jurídica para Latinoamérica. Buscamos juristas de todas las regiones ya que el talento tiene que tener un mecanismo de conexión. Cuando se produce un naufragio un sobreviviente aparece en una playa, otro en un sitio apartado y otro, finalmente, en un paraje remoto. Todos están desconectados. He allí el resultado inmediato de un gran naufragio. Conectarlos permite tener a gente de muchísimo nivel con un espíritu absolutamente altruista que busca devolverle a la sociedad civil el protagonismo que merece.
¿Iberoamérica tiene voz en el futuro jurídico global?
El pensamiento jurídico nace en el mundo latino, los juristas latinoamericanos que yo he conocido son de un nivel impresionante. Hay dos regiones en el mundo con una profunda vocación de crecimiento: una es Asia y la otra América Latina. El pensamiento jurídico debe acompañar el crecimiento político, económico y social. Es imposible sostener el crecimiento económico sin un crecimiento jurídico. América Latina ostenta, probablemente, la mejor materia prima jurídica de todo el orbe.
¿Garrigues quiere captar los cerebros latinoamericanos?
Las generaciones que vienen han de ser de diversas partes del mundo. En Garrigues pensamos en los que llegarán después de nosotros. Ellos encontrarán una firma mucho más grande, global. No conozco un proyecto así en ninguna otra firma de abogados del mundo. La gran familia Garrigues tiene una mentalidad liberal, abierta, clara. Un proyecto trascendente, con el que me siento plenamente identificado. Y estoy seguro que muchos iberoamericanos también.