Hace aproximadamente dos años escribí esta entrada en el mismo foro Aranzadi, donde exponía en cifras el progreso de la mujer en el contexto de la abogacía. Hoy, a mediados de 2023, terminados ya los efectos de la pandemia COVID-19, la perspectiva de retención de talento femenino ha mejorado. Sin duda, el impulso por parte de las empresas y despachos del teletrabajo y la utilización de herramientas tecnológicas para la mayoría de las reuniones, ha facilitado la conciliación de muchos profesionales (hombres y mujeres por igual) en todos los sectores, incluido en el jurídico.
El teletrabajo, como herramienta que debe ser también sostenible para los intereses de las empresas y despachos, se ha asentado como un instrumento eficaz que facilita la conciliación. En este contexto, hombres y mujeres por igual, hemos conseguido entrar en un entorno más holístico y conciliador que, según muestran los estudios, ha favorecido también el rendimiento profesional. El funcionamiento es simple: si cuidas a los equipos, su compromiso con los objetivos de la empresa aumenta.
Me asusta pensar en una cifra que evidencie la cantidad de mujeres juristas, de talento increíble, que se han quedado en el camino solo porque no han querido (o podido) dedicar 12 o 16 horas a un trabajo lejos de su entorno familiar. Porque el ejercicio del Derecho, si bien resulta apasionante, deja de serlo en cuanto se convierte en una esclavitud difícilmente sostenible cuando tienes que elegir entre mantener un espacio personal o un espacio profesional.
Las empresas y despachos tienen ahora la responsabilidad de aprovechar el recorrido andado de estos últimos años para impulsar una diversidad inclusiva, donde la conciliación y el desarrollo profesional, tanto de hombres como de mujeres, sea posible en términos de igualdad. Entender que una mayor posibilidad de conciliación no implica una pérdida de conexión con la empresa, con el despacho o con los clientes, sino la creación de un equilibrio necesario para desarrollar todas las facetas de una vida completa, que afecta tanto a hombres como a mujeres.
Personalmente, no creo en una igualdad real sobre la base de diferencias de trato por cuestiones de género, pero es indudable que todavía, en el contexto histórico que arrastramos, es necesario un sistema de cuotas eficaz para resolver los problemas relativos a las “brechas de género” y la falta de desarrollo profesional de la mujer en la mayoría de sectores, incluido el jurídico (no hay más que ver la escasa presencia de mujeres en la alta dirección -tanto en el sector privado como en el público- y en los consejos de administración). Queda mucho por recorrer. En esta entrada, la Abogada Nieves Monteserin explica con detalle el impacto de los planes de igualdad y las resistencia a cumplir con los mismos.
Con independencia de esa ayuda regulatoria, y con el objetivo puesto en conseguir una igualdad real, creo que es importante entender que, además de proporcionar unos cimientos sostenibles de conciliación para todos y todas, es necesario poner en valor el trabajo de la mujer de forma consciente. Esto no significa poner en valor el trabajo que realizan las mujeres por encima ni por delante del que realizan los hombres. Significa contar con mujeres y hombres en los equipos en las que ellas no estén en minoría, abriéndose la posibilidad de que el trabajo pueda ser valorado en igualdad de condiciones.
En mi opinión, todavía hay muchas organizaciones con bastante falta de profesionalidad en el ámbito relacional, existiendo una tendencia muy implantada a relacionarse jerárquicamente “por afinidad”. En este sentido, dado que los puestos directivos en su mayoría son ocupados por hombres, el curso de las relaciones informales, incluidas las felicitaciones por el trabajo bien hecho, son generalmente para ellos, en detrimento del trabajo realizado por ellas. Y se hace seguramente de forma inconsciente en la mayoría de los casos, pero creo que es necesario hacer un esfuerzo de inclusión consciente en el que el valor que aportan las mujeres se trate en igualdad de condiciones, de la misma manera que surgen esas felicitaciones y “palmaditas en el hombro” que se dan entre los hombres a diario.
Todo cuenta y todo suma para tener un futuro profesional en igualdad. A estos efectos me gustaría mencionar al Abogado Jacobo Ollero, socio de Toda & Nel-lo Abogados, y al Secretario General de Correos, Julio González, dos figuras clave en el desarrollo de mi carrera profesional y de otras mujeres, permitiéndome a mí la posibilidad de hacer lo mismo con otras profesionales del Derecho con un futuro brillante y prometedor. Mi reconocimiento a ambos por su labor en hacer del Derecho una profesión diversa, apasionante, divertida y en igualdad.
Intervendré el 20 de junio en el II Encuentro Aranzadi Mujeres por Derecho: el futuro empieza hoy, en la Mesa de debate Las claves de un plan de desarrollo de carrera exitoso. Participaré junto a Paula Fernández-Ochoa, Socia de MoreThanLaw+ y VivircorRiendo, Concepción Pérez, Legal Manager IKEA, Belén Plaza Cruz, Directora de la Asesoría Jurídica SOLARIA y Esteban Ceca, Socio director de CECA MAGÁN Abogados.
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