El mundo agrícola y ganadero está casi de modo perenne pendiente de las subvenciones. Estos días son cruciales en lo que a la leche se refiere, ya que Bruselas y Estrasburgo están siendo escenario de negociaciones que serán la puerta (o el cerrojo) para que el sector lechero sepa si cuenta o no con más fondos con los que desarrollar su actividad empresarial.
Un informe del Eurodiputado italiano Paolo De Castro está siendo el centro de las negociaciones que pueden derivar en ayudas sobre todo para la leche en polvo y la mantequilla. El texto respalda una propuesta de la Comisión dirigida a aliviar los efectos de la actual crisis de mercado de productos lácteos.
Dicho documento fue aprobado por unanimidad, con una enmienda oral que solicitaba a la Comisión ampliar las medidas previstas para que el almacenamiento privado de mantequilla incluyese el queso.
Desde el mes de junio, ganaderos y productores de leche han realizado diversas concentraciones en las sedes institucionales europeas, para reclamar más mecanismos que ayuden al sector a superar esta crisis. Y es que, desde el mes de marzo del presente año, los agricultores han debido soportar los efectos devastadores de la crisis económica en el sector lácteo.
El precio de la leche ha bajado de repente un 40%, cayendo en picado hasta el nivel de 1992. Antes de finales de este año, los productores de leche europeos habrán perdido más de 10.000 millones de euros, si no se hace nada para contribuir al reequilibrio del sector lácteo.
La COAG (Coordinadora de organizaciones de agricultores y ganaderos) busca,
- Garantizar una renta suficiente a todos los productores de leche, gracias al control de la producción y a un precio mínimo de compra por parte de las industrias lácteas, que al menos cubra los costes.
- Derecho a la negociación colectiva de los precios de la leche entre los representantes legítimos de los ganaderos y la industria.
- Reducir la producción láctea europea, como primer paso para eliminar el acuerdo de la UE que fija el incremento de un 1% anual de la cuota láctea asignada a cada Estado miembro.
- Introducir un control público de la producción que adapte la oferta a la demanda. Para ello, es imprescindible el mantenimiento del sistema de cuotas más allá de 2015.
- Promover una producción lechera más extensiva, basada en el territorio y menos dependiente del exterior.
- Desarrollar una nueva política láctea dentro de la reforma de la PAC, prevista para 2013, donde el marco de la Organización Mundial del Comercio se sustituya por el de la soberanía alimentaria.