
- Sentir nervios al hablar en público es común, incluso entre los oradores más experimentados
- Revisar y practicar el contenido ayuda a ganar fluidez. Ensaya con un esquema claro y repasa la estructura del discurso
Hablar en público es una de las habilidades más valiosas para cualquier profesional de la abogacía. La habilidad de comunicar de forma clara y persuasiva no solo fortalece la posición en un caso, sino que también influye en cómo se percibe la autoridad y la profesionalidad. La clave para proyectar seguridad en la oratoria es encontrar una voz auténtica y aprender a gestionar la ansiedad. A continuación, vamos a compartir algunos consejos prácticos para que los abogados desarrollen una confianza auténtica al hablar en público.
La confianza es personal
Es natural admirar a otros oradores y querer imitar su estilo. Sin embargo, el primer paso para construir una oratoria efectiva es encontrar la propia voz. Los grandes oradores comparten un aspecto en común: transmiten confianza sin renunciar a su estilo personal. Ya sea una presentación en el tribunal o una reunión con clientes, trabajar en la autenticidad y no en la imitación es lo que ayuda a que la audiencia conecte con el mensaje.
Controla los nervios y los tics
Sentir nervios al hablar en público es común, incluso entre los oradores más experimentados. La diferencia radica en cómo se maneja esa energía nerviosa. Muchas veces, los nervios se manifiestan en señales inconscientes como golpear el pie, hacer clic con el bolígrafo o las coletillas. Identificar estas señales es clave para trabajar en el control de la ansiedad. Pueden resultar molestos a la audiencia y trasladar una imagen negativa de ti.
Para descubrir tus señales, pide a alguien de confianza que te observe o graba una presentación de práctica. Presta atención a tus gestos, movimientos y verbalizaciones para notar qué haces de forma inconsciente cuando sientes nervios. Estos comportamientos pueden distraer a la audiencia y afectar tu presencia en el escenario. Hacer el esfuerzo de corregir estos aumentará la confianza en ti mismo.
El cuerpo también comunica
La confianza en el escenario no implica quedarse inmóvil, sino saber usar el cuerpo para reforzar el mensaje. Los gestos deben acompañar lo que dices, no distraer de ello. Un buen uso de los gestos y el movimiento en el escenario es comparable a dirigir una orquesta: el lenguaje corporal refuerza y acompaña las ideas, haciéndolas más efectivas. La posición de las manos, el movimiento de los brazos, la mirada a la audiencia… son herramientas que complementan la comunicación y apoyan la credibilidad del mensaje.
Practica tus presentaciones y observa en video qué movimientos realizas de forma espontánea y cuáles parecen forzados. Trabaja en hacer que tus gestos sean naturales y relevantes para lo que estás comunicando. Con el tiempo, tu lenguaje corporal reflejará una seguridad que ayudará a tu audiencia a seguir el mensaje.
Domina el contenido para reducir las pausas llenas de «Um»
Los «um» y otras palabras de relleno suelen aparecer cuando no estamos completamente seguros de lo que queremos decir. Conocer bien el contenido de tu discurso y practicarlo puede ayudarte a reducir las pausas incómodas. Cuando tienes claridad sobre lo que vas a decir, no necesitas pausas de relleno para recordar el siguiente punto.
Revisar y practicar el contenido ayuda a ganar fluidez. Ensaya con un esquema claro y repasa la estructura del discurso hasta que te sientas seguro de cada sección. La familiaridad con el material no solo mejora la presentación, sino que también fortalece la confianza en tu capacidad de comunicarte sin dudar.
Lanza preguntas a la audiencia
En una ponencia o en una exposición al público, lanzar preguntas en abierto ayuda a llamar la atención de la audiencia y, al mismo tiempo a focalizar los temas que se están tratando. Tu ya tienes las respuestas y con seguridad trasmite el conocimiento y lo argumentos que ayudarán a trasmitir autoridad cobre los temas tratados.
Conclusión
Hablar en público requiere más que dominar el contenido; exige confianza y una presentación auténtica. Para desarrollar una oratoria efectiva, identifica tus señales, trabaja en controlar los nervios y asegúrate de estar familiarizado con tu mensaje. La confianza en la oratoria, al igual que en otros aspectos de la vida, proviene de ser uno mismo y de aceptar que los nervios son parte del proceso. Con práctica y autenticidad, puedes convertirte en un orador seguro y persuasivo en el ámbito legal.