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26/04/2024. 22:21:06

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Reflexiones sobre la mujer en la dirección de empresas II

Miembro del Top Ten Consejeras Independientes y socia directora de la empresa de formación y consultoría Ágathos.

¡¡¡Esta directora es un ogro!!! Esta exclamación seguro que ha salido de la boca de muchos colaboradores y aún hoy todavía se seguirá oyendo, porque durante mucho tiempo se ha identificado la dirección eficaz con los modos bruscos, duros, carentes, en apariencia, de sentimientos.

Mujer en su puesto de trabajo

Como consecuencia de ello las mujeres en puestos directivos tomaban los modos de sus colegas masculinos, y les imitaban hasta en el modo de vestir con trajes oscuros, serios y aburridos.

Por suerte esto ha cambiado y hoy las mujeres en puestos de dirección no tienen problema en mostrarse en su parte más "soft", con un estilo de dirección cercano y su parte más resolutiva.

En esta parte soft está incluido todo el planteamiento de los sentimientos, también los de la organización. Javier Fernández Aguado en sus análisis sobre el modelo Feelings Management, por él creado , ha escrito: "Para poder gobernar bien , el directivo debe ser el primero en tener control sobre sus sentimientos. Entre las muchas virtudes que debería acumular se encuentran las siguientes: sabiduría, justicia, moderación, prudencia, celo de bienestar público, apasionamiento, paciencia, capacidad de escucha, empatía…"

Pero no sólo los directivos deben atender a esta cuestión de los sentimientos de las organizaciones, sino que también los subordinados pueden contribuir a que haya un ambiente positivo o deprimente, ilusionante o desanimante que se extiende por toda la organización.

Muchas de esas características necesarias para poder gobernar bien, las mujeres las ponen en práctica por su estilo de dirección menos competitivo y más colaborativo. Con todo sigue existiendo el reto de que las mujeres se muestren como son. No es un proceso simple. La dirección implica fuerza interna para conseguir que la organización tenga los sentimientos adecuados para cumplir con sus objetivos. Esa energía interna es absolutamente compatible con las características propias de las mujeres directivas. Se quiera o no, los sentimientos colectivos afloran, y la aportación de la mujer en su gestión es de vital importancia.

Hombres y mujeres aportamos características específicas a la dirección. Las mujeres tienen habitualmente más facilidad para las relaciones personales y la comunicación, y esto ocurre desde la llamada pubertad infantil que en los chicos dura unos nueve meses y en las chicas hasta dos años.

Ya desde pequeños el cerebro se configura de manera diferente en los niños y en las niñas. Esto va reforzándose luego a lo largo de la existencia. Esa manera de estar constituidas cerebralmente, a las mujeres les facilita tener más desarrollada su inteligencia emocional, que supone:

  • Capacidad para percibir las emociones de forma precisa.
  • Capacidad de aplicar las emociones para facilitar el pensamiento y el razonamiento, esto es, utilizar pensamientos positivos.
  • Capacidad para comprender las emociones
  • Capacidad para controlar las emociones.

Muchas veces se ha acusado a las mujeres de tener demasiados sentimientos y que estos afloren con facilidad. Ser demasiado afectivas implicará, según algunos, mayor dificultad para gobernar bien. Es uno de esos prejuicios contra los que las mujres tienen que luchar. Pero está científicamente probado que las mujeres poseen una mayor conexión corteza orbitofrontal/amígdala que los hombres, lo que significa una mayor capacidad para controlar las reacciones emocionales.

En los hombres se da más clara la capacidad de sistematizar y en las mujeres de empatizar. Esto les facilita ser más integradoras, llegando a crear complicidades que son muy útiles cuando negocian : son capaces de negociar win/win, se implican mucho en el desarrollo del grupo y tienen un estilo más abierto, no tan competitivo, más centrado en las personas que, podríamos decir, es más democrático.

Las mujeres, por tanto, deben dejarse llevar más por su forma natural de ser y actuar porque eso facilitará el que afloren sentimientos positivos en las personas que colaboran con ellas y por ende en la organización que se verá beneficiada en sus resultados operativos.

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