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29/03/2024. 10:37:12

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Retener talento en tiempos de crisis

Profesora IESE Business School, Asesora de alta Dirección, Speaker de eventos, autora de libros y casos de estudio

¿Hay alguien que piense abandonar la empresa en tiempos de crisis? Seguramente no. Por tanto, en la nueva situación socio-económica que estamos viviendo, en lugar de hablar de “retención de talento” deberíamos cambiar tanto la palabra “retener” como la estrategia que gira a su alrededor. De lo que se trata hoy es de “fidelizar talento” para tener el mejor equipo cuando salgamos de la crisis. Pero, ¿de qué talento estamos hablando? Nos referimos al que tiene como fórmula definitoria: Talento = capacidad x compromiso. Es decir, personas que tengan la capacidad de hacer cosas y la voluntad de poner esas capacidades al servicio del proyecto empresarial. Ambas variables deben desarrollarse y crecer en paralelo. Pero no olvidemos que la calidad del talento de una empresa depende del estilo y los valores de sus directivos.

Un robot con una tijera delante

Algunos de ellos tratan a sus empleados como si fueran máquinas sin emociones ni vida más allá del trabajo. Presuponen que el talento-máquina no aprende nunca, le dicen qué tienen que hacer, le marcan las tareas, etc. De él valoran únicamente la utilidad de sus manos o su cerebro. Sólo quieren que rinda y que cumpla: "para eso se le paga". Cuando ya no les interesa, lo despiden. ¿Quién va a estar comprometido con semejante empresa más allá de la supervivencia si se le trata como una máquina?  

Otros directivos gestionan personas reducidas a talento-animal. Les ponen retos y "les motivan" a base de convenciones cargadas de emocionalidad. Estos mandos no pasan de ser simples animadores que pretenden manipular a sus empleados para que hagan lo que ellos quieren.  Su nivel de compromiso está al mismo nivel que el que tienen con su perro o con su gato. Consiguientemente, el compromiso de estos empleados se acabará en el momento en que la empresa deje de serles atractiva.

También existe un tercer tipo de directivo, el verdadero directivo, que lidera talento-persona, porque sabe que cada empleado es único e irrepetible y ayuda a su desarrollo humano y profesional. El compromiso que genera como consecuencia de su trato exigente, pero profesional y humano es de mucho mayor calado. En este caso nos encontramos ante un vínculo de lealtad y fidelización con la misión de la empresa, reflejada en el buen hacer de sus directivos. Una empresa así no necesita retener talento, porque lo fideliza cada día.

Estamos en medio de una crisis, pero no hay mal que cien años dure. Aprovechémosla y preparémonos para que cuando salgamos de ella, lo hagamos fortalecidos.

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