Me fascina el reto que hay por delante en el sector Jurídico. Un sector que construye su futuro basado en el pasado (jurisprudencia), muy pendiente de lo que hace el bufete de al lado que no tiende a experimentar (eso puede conllevar un porcentaje de fracaso, término que produce alergia) y que tiene ante sí un escenario revolucionario. Cada día salen avances tecnológicos que hacen tambalear los cimientos de la sociedad y dicha sociedad los está recibiendo con los brazos abiertos en pro de mejorar su vida cotidiana.
El sector Jurídico y las nuevas tecnologías son, metafóricamente, como el aceite y el agua. No encajan, no conectan, no saben cómo relacionarse pero, en el caso real, están obligados a entenderse, porque no son nada el uno sin el otro. Esta dicotomía que se ha creado es tan incongruente que genera un debate estéril que solo hace alejar sus posturas a medida que avanza el tiempo.
Hace meses que leo sobre la digitalización de las empresas y en todos los artículos se habla sobre la incidencia directa que tiene la visión de las personas que trabajan en dichas empresas sobre la digitalización en la agilidad del proceso transformando la empresa. Obviamente no podía ser de otra manera, dado que las empresas son las personas que trabajan en ellas. Dado que en los diferentes sectores hay diferentes perfiles de personas, en el sector bancario y jurídico, podemos decir que son los más clásicos en este sentido. No ya solo por su regulación y formación sino que, para poner un ejemplo rápido, no suele haber un CEO en un banco o bufete que empatice con el relevo generacional de consumidores (si queréis llamarlos milenials por aquello de etiquetar, adelante). Sin ese líder que tenga la visión, no puede haber nadie que le siga.
Entremos en materia, ¿qué tipos de nuevas tecnologías hay en el sector Jurídico? Tomando como base la excelente categorización que hace Jorge Morell en este genial artículo sobre el legaltech en España, hay 5 tipos actualmente y uno, como lo veo yo, en un futuro "próximo":
- Herramientas de gestión: Estas son las más "clásicas" o las que llevan más tiempo en el mercado. Por lo general, se encargan de ayudar a los bufetes a gestionar mejor su facturación, agenda, casos e, incluso, su Base de Datos de jurisprudencia. Vendría a ser el ERP del bufete que, en muchos casos, incluso no se les podría llamar "nuevas tecnologías".
- Herramientas para generar contratos y documentos tipo: Dado que hay contratos y documentos legales que tienen el mismo cuerpo (o muy similar) para todos, pues es lógico que se hayan creado herramientas para generar este tipo de documentos de manera automatizada (o semiautomatizada en algunos casos) donde el usuario final tiene una alternativa "low cost" para conseguir este tipo de documentos.
- Market places jurídicos: Lugares donde se encuentran los que necesitan un abogado y los abogados. Hoy en día hay market places para todo, es la panacea para el usuario final y la gallina de los huevos de oro para los Venture Capital que quieren invertir en algo que sea rentable por el mero hecho de invertir unas decenas de miles de euros, en este caso, en captación de usuarios. Para el usuario es una ayuda excelente y para las empresas una canibalización del sector perfecta.
- Consultas jurídicas online: No sé si lo pondría como un grupo a parte del resto, ya que muchas veces suele ser un market place "enmascarado". Al final tiene la misma función, poner en contacto a los usuarios con los abogados pero, probablemente en este caso, sin canibalización por precio.
- Evidencias digitales: Auténticos quebraderos de cabeza para los abogados, que tienen que enviar documentos firmados por un sinfín de canales, cada cual con más inconvenientes que el anterior. Probablemente, este grupo sea el conector para que, finalmente, el sector jurídico y las nuevas tecnologías confluyan con efectividad.
- La Inteligencia Artificial: La ley es texto y la IA interpreta los textos para, por ejemplo, predecir el de éxito o fracaso de los casos. Muchos pensarán que puede ser el Terminator del sector, pero yo pienso que este grupo de soluciones tecnológicas va a ser lo que más trabajo va a generar en el sector jurídico. Es más, me atrevería a decir que en un futuro no muy lejano, el sector jurídico estará íntegramente dedicado a actuar sobre sistemas de Inteligencia Artificial para regularlos y ajustarlos.
Dejando de lado la última reflexión a lo Blade Runner, ante los 5 primeros grupos de soluciones tecnológicas, ¿dónde quedan los bufetes de abogados? Como decía Darwin, la especie que sobrevive es la que mejor se adapta al entorno. En este caso, los bufetes de abogados, deben aprovecharse de estos cambios y saber de qué modo pueden aportar valor añadido al cliente. Aplicando esto a los mismos grupos de antes:
- Herramientas de gestión: Más allá de optimizar los costes de gestión del bufete, deben impactar en beneficios directos al cliente. Por ejemplo, dándole acceso remoto a los documentos desde cualquier sitio, desde cualquier dispositivo. Interconectándolos para generar sinergias entre ellos, relaciones productivas y dar acceso a información útil para ellos de manera segura. Dichas herramientas de gestión deben aprovechar la "filosofía" blockchain, en resumidas cuentas: integración, seguridad y transparencia.
- Herramientas para generar contratos y/o documentos tipo: Sin duda deben ser adoptadas por los bufetes. Aprovechar los casos concretos donde el abogado pueda aportar valor añadido y disminuir costes en los casos en que no necesite tener un abogado dedicado a realizar este tipo de tareas.
- Market places jurídicos: En mi opinión, más allá de los abogados freelance o pequeños bufetes, para los bufetes más grandes puede ser una cantera de formación para los abogados juniors. Es decir, aprovechando el paraguas de marca del bufete y los servicios que tiene el mismo, pueden competir con los otros para ganar experiencia y poder acceder a un target de clientes que a priori está fuera su radar.
- Consultas jurídicas online: Aquí creo que hay dos vertientes. Una sería ídem que la anterior, es decir, montar un portal o registrarse a un portal de consultas online usando el mismo sistema que el anterior. La otra sería el tener un apartado de consultas jurídicas online en la web. Una formación acelerada para los abogados juniors en el terreno real e, incluso, se puede focalizar para formar a abogados especializados en ciertos temas.
- Evidencias digitales: Es el engranaje que le falta a algunas herramientas para la cuadratura del círculo. Es decir, son un complemento de las otras tecnologías para mejorarlas y dar un servicio integral optimizando al máximo los costes operacionales. Un abogado no puede estar perdiendo el tiempo en algo que su presencia o su acción directa no aporta valor.
En resumen, no veo cinco quebraderos de cabeza para el sector jurídico, sino que veo cinco excelentes oportunidades (sin contar la de la IA, que "pronto" llegará) para que el sector jurídico optimice sus sistemas, disminuya costes, aporte más valor añadido y se posicione mejor que su competencia. Quienes antes detecten estas oportunidades y las usen a su favor, tomarán una ventaja sobre sus competidores. Como decía Darwin, no porque sean más listos, ni más rápidos, ni más grandes, sino porque se han adaptado mejor.