Este mes de octubre asistí expectante a una jornada sobre digitalización de despachos. Y digo expectante porque tenía curiosidad por saber qué me iban a contar sobre LegalTech. En ella se me reveló de forma muy patente que los avances tecnológicos son rápidos, pero que hace años que están entre nosotros y que la abogacía hace años que avanza con ellos.
Como es habitual confirmé que son las grandes firmas las más punteras e innovadoras también en la digitalización de la profesión. Los grandes despachos con sedes a nivel internacional vienen invirtiendo desde hace varios años recursos humanos y económicos en la tan nombrada ahora "LegalTech" (que no es más que el uso de la tecnología y de software en los servicios jurídicos).
Muchas de estas grandes firmas, que invirtieron en startups dedicadas al mundo jurídico ya han empezado a incorporar y utilizar en sus servicios al cliente estas nuevas tecnologías con óptimos resultados. Se trata de programas de todo tipo que facilitan el trabajo y ahorran tiempo: desde programas que elaboran un borrador de contrato a otros que te calculan el porcentaje de éxito que puede tener una demanda en los tribunales (buena noticia, ya no tendrás que pasarte horas estudiando la Jurisprudencia de una determinada Audiencia, sino que será un programa informático el que te dará un porcentaje de éxito del caso).
Las estadísticas, según explicaron en la jornada, no obstante revelan que el 90% de los abogados no han utilizado estas nuevas herramientas (LegalTech). Pero tranquilos, eso no significa nada en tecnología, en 3 años ese porcentaje será mucho menor seguro ….
Y … ¿qué impacto tiene ello para los pequeños y medianos despachos? En mi opinión tiene un impacto directo. Y no sólo por aquél dicho popular de "renovarse o morir", sino porque la tecnología está aquí desde hace muchos años y vino para quedarse. También los pequeños y medianos despachos deben adaptarse al cambio, como de hecho vienen haciendo. El sector legal ha demostrado a lo largo de los últimos años que se sabe adaptar, lo ha hecho y seguro lo seguirá haciendo. Nadie creía posible hace 20 años que podría revisarse un contrato o recibir una notificación judicial desde un dispositivo móvil. Los que llevamos unos años ya ejerciendo la abogacía hemos asistido sin estrés, sin miedo y con mucha alegría al cambio de la máquina de escribir por el ordenador, al fax por el e-mail y al teléfono fijo por el móvil. Así que no estamos ante un abismo sin rumbo, sino ante una evolución natural del mercado por la tecnología al que no hay que temer en absoluto.
El buen abogado seguirá siendo bueno o incluso más bueno y efectivo con la ayuda de los avances tecnológicos. La tecnología, desde que apareció no ha hecho más que facilitar nuestro día a día. Las compras por internet o poder hacer transferencias bancarias a través de internet sin la necesidad de acudir físicamente a una oficina bancaria nos han ahorrado mucho tiempo y costes.
En mi opinión no estamos ante un cambio radical de los servicios jurídicos, sino ante una fase más avanzada de la evolución hacia la digitalización de la profesión que ya comenzó hace años.
Los inputs, por tanto, desde mi punto de vista son todos positivos, incluso a nivel económico. Y aquí vienen las buenas noticias también para los pequeños y medianos despachos. La rapidez con la que avanza la tecnología ha permitido también observar como el coste de determinados programas o software se van abaratando con el tiempo. De la misma forma que el primer móvil o Smart tv que compraste te costó mucho más caro comparativamente en sus prestaciones que el último/a que compraste, el pequeño y mediano despacho adquirirá determinados programas poco tiempo después a los grandes, por mejor precio y con la garantía del éxito de sus prestaciones que antes habrán probado los grandes.
En definitiva, un mensaje de calma, tranquilidad y positivismo: el sector legalse ha ido adaptando, como el resto de los sectores, a los cambios tecnológicos y lo seguirá haciendo. Obviamente no todos los despachos se digitalizarán siguiendo una misma hoja de ruta ni al mismo tiempo, pues el nivel de digitalización dependerá de cada tipo de despacho y sobre todo de las necesidades de sus clientes.
¡Bienvenida Legaltech! Ya estabas aquí desde hace tiempo y no nos dimos cuenta.
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