La semana pasada tuve el placer de participar como ponente en la primera mesa redonda del congreso organizado por el Grupo de la Abogacía Joven (GAJ) del Colegio de la Abogacía de Barcelona (ICAB), bajo el nombre "Legal Tech. Save time, save money". Iniciativa, cuyo aforo completo, da muestra de lo necesario que es que los colegios de abogados dediquen recursos a formar e informar en materia de transformación digital. Pues bien, finalizada la mesa en la que habíamos estado hablando sobre el estado de la industria de la legaltech y evaluado los retos y oportunidades que ésta ofrece y como deben adaptarse las firmas a ésta, uno de los asistentes, nos planteó la siguiente pregunta: ¿Y si mañana por la mañana llego al despacho con la voluntad de transformarlo digitalmente por donde empiezo? Me pareció una pregunta muy oportuna, lógica y estoy segura de es que muy similar a la que se hacen cientos de abogados cuando leen alguno de los múltiples artículos donde hoy se habla de estos temas o acuden a alguno de los numerosos eventos donde se debaten. Y es que en general, en este tipo de artículos y eventos no hay espacio ni tiempo para profundizar y se tratan los temas de forma superficial, dando simplemente pinceladas de lo que está pasando.
Como escaseaba el tiempo y, no pude darle una respuesta como es debido a mi querido compañero, lo hago en este artículo. En mi opinión, y en contra de lo que otros dos de los ponentes opinaron ese día, no creo que en el centro de una estrategia de transformación digital deba ponerse a los clientes. Sonará raro lo que digo, sobre todo viniendo de alguien que se supone que se dedica al marketing, pero estoy convencida de lo que digo. Me explico: no cuestiono que los clientes son muy importantes para nuestra actividad profesional, de hecho son ellos quienes nos permiten ser quienes somos, ganar lo que ganamos, aprender lo que aprendemos. Sin embargo, en mi opinión los cambios que está trayendo consigo internet y toda la tecnología que se está desarrollando a su alrededor, son de tal envergadura y suponen un cambio de paradigma tan importante para todos nosotros, que a la hora de tomar la decisión de abordar el proceso de lo que muchos llaman "transformación digital" creo que el cliente y sus necesidades deben dejar sitio a otros aspectos aún más importantes: como son el modelo de negocio del despacho. Me explico: la tecnología de la que disponemos hoy y sobre todo, esa de la que podremos disponer en los próximos años, como la basada en soluciones de Inteligencia Artificial y Blockchain, van a transformar tanto el sistema en el que hoy vivimos que quizás nuestro cliente de hoy no pueda ser el cliente de mañana. Por ello, no creo que la forma de abordar un proceso de transformación digital deba comenzar centrándose en el cliente que hoy se tiene, sino que es ejercicio a realizar es mucho más ambicioso y tiene algo de visionario. Su objetivo es responder a esta pregunta: ¿cómo impactará la tecnología en mi trabajo, en mi despacho, en mi competencia, en la administración y en mis clientes.
Para responder a estas incógnitas el proceso que hay que hacer es informarse y formarse sobre esta materia y para ello aconsejo realizar las siguientes actividades:
1. Leer todo lo que podamos sobre tecnología para nuestro sector, algo que es fácil pues es uno de los más de moda y no hay día que alguna de las excelentes publicaciones técnicas con las que contamos incluya algún artículo, reportaje o noticia sobre el tema.
2. Asistir a los eventos donde se está hablando de estos temas. A mi me gusta particularmente mucho la red social MeetUp, a la que he bautizado como el Facebook de las pandillas, pues goza de mucha aceptación entre la comunidad de desarrolladores, startups e innovadores. Los diferentes grupos que hay en ella organizan eventos prácticamente todos los días, la mayoría gratis y se puede aprender realmente de todo. También me parece interesante apuntarse a los llamados Hackathones, encuentros que normalmente tienen lugar en fin de semana y en los que equipos multidisciplinares desarrollan tecnología. Son también divertidos los datathones, similares a los anteriores pero centrados en los datos, que como sabemos junto a los algoritmos son uno de los ingredientes básicos de casi todas las tecnologías como, por ejemplo, el big data, el marchine learning y las apps.
3. Seguir en twitter a los que yo llamo "Influencers LegalTec", es decir a notarios, abogados, registradores, jueces, etc. que hace ya unos años dieron el salto a la innovación y a los que por lo general, les apasiona la tecnología. Muchos de ellos analizan normas, aplicaciones novedosas, cambios en los modelos de negocio, etc.
4. Hacerse miembro de asociaciones como la European LegalTech Association que ofrece a sus socios información, formación, actividades de networking y a la que pertenecen muchos de los profesionales que más saben sobre innovación y LegalTech en Europa.
5. Dejarse aconsejar por profesionales expertos, como consultores o académicos con dedicación profesional a estos temas.
Con las ideas más claras sobre lo que está pasando hay que evaluar cómo puede ello afectar a mi despacho. Y para ello hay que responder a las siguientes preguntas:
1. ¿Cómo impactará la tecnología en la forma en la que gestiono el despacho?
2. ¿Cómo impactará la tecnología en la forma en la que presto mis servicios al cliente?
3. ¿Cambiará la tecnología las necesidades que actualmente tienen los clientes y que cubro yo a través de mis servicios?
4. ¿Cuánto estamos dispuestos a invertir?
5. ¿Quiénes podrán dedicarse a trabajar en el proceso de transformación digital?
6. ¿Cuánto tiempo tenemos para ello?
La respuesta a estas preguntas puede ser la de que mi negocio no tiene futuro. La de que mis clientes de hoy ya no serán mis clientes mañana. El tiempo, el dinero y las personas son siempre recursos que escasean en un despacho de abogados. El impacto de la tecnología hoy no se produce sólo en la forma de gestionar, sino que ésta está suponiendo auténticas transformaciones del propio sistema legal, de los procedimientos y mecanismos que conocíamos hasta ahora. Ya se están constituyendo sociedades en el Estado de Delaware a través de blockchain (ver más) y en Suecia un consorcio de empresas en las que participa la empresa Chromeway, la consultora Kayros Future y la empresa de telecomunicaciones Telia, están trabajando en un proyecto piloto de establecimiento de un registro de la propiedad inmobiliaria basado en blockchain (ver más). Estos son sólo dos ejemplos que muestran cómo nada volverá a ser lo mismo y nos dan información de cómo iniciar el camino de la transformación digital: abiertos al cambio, preparados para aceptar que quizás un día ya no seremos abogados sino que ejerceremos otras profesiones que aún ni siquiera tienen nombre, pero que en un osado ejercicio de imaginación me atrevería a bautizar como "Diseñador de procesos para cadenas de bloques"; "Diseñador legal de bots"; "Redactor de códigos éticos para robots" o "Experto en usabilidad legal".
Tenemos ante nosotros la oportunidad de aprender o la opción de jugar a la tortuga y protegernos bajo un caparazón y resistirnos al cambio. ¿Tú que eliges? ¿quieres ser tortuga o águila?
María Jesús González-Espejo
Socia Directora de Emprendelaw y socia fundadora del Instituto de Innovación Legal