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26/04/2024. 15:10:14

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Tu tarjeta de visita digital

¿Te han resultado útiles los códigos QR? Seguramente, desde la llegada de la pandemia los habrás usado en algún que otro restaurante. En este artículo, no te los vengo a descubrir porque a estas alturas, ¿quién no se ha parado delante de algún que otro grafiti de esos punteados?

En nuestro país han conseguido más popularidad a raíz de su uso en estos últimos años, pero créeme, en otros puntos del mundo se vienen usando con mucha creatividad y acierto desde hace al menos, un par de décadas.  Lo que parecían para muchos extraños códigos de otro planeta, llegaron como nexo entre dos mundos: el real y el virtual. ¿Cómo materializar algo de Internet para que podamos verlo fuera de la pantalla? ¿y al contrario? ¿cómo podemos trasportarnos desde un objeto físico a un entorno online? La respuesta son los códigos QR.

Tan sencillos de usar como hacer una foto, nos pueden mostrar mucho más que un menú online o una carta de precios. Y eso es precisamente el tema que me ocupa en esta ocasión, porque los abogados y profesionales del sector jurídico, también podéis aprovechar este original recurso.

El uso de los códigos QR se ha normalizado, ya no lo emplean sólo unos pocos adelantados con las tecnologías. Hoy día, cualquiera que tenga algo de vida social, los puede identificar con rapidez porque, además, resultan llamativos. Y lo que es mejor, generan curiosidad por saber adónde nos querrán llevar.  

Su función de por sí aporta un beneficio directo, que es servir de nexo, aunque tiene asociados algunos más. Por un lado, suponen un valor añadido y por otro, un ahorro. Conforme continuemos, verás el porqué de ambos.

Desde el punto de vista del marketing, una tarjeta de visita es uno de los primeros imanes de comunicación con el que un emprendedor debe contar. Ahora bien, con el uso extendido de los teléfonos móviles, han cambiado algunas costumbres. Antes cuando conocíamos a un profesional, le solicitábamos su tarjeta y la guardábamos con recelo. Pasado un tiempo, y llegada la necesidad, nos acordaríamos de buscarla para contactar. Sin embargo, hoy día nos resulta más cómodo pedirle directamente su e-mail o su número de teléfono. Después, nos interesamos por registrarlos bien en la agenda digital, o bien tenerlos a mano través de alguna red como LinkedIn. Para esto último resulta muy práctica la tarjeta de visita digital, a la que podemos acceder desde un código QR impreso bien en la tarjeta de visita convencional, bien en la puerta del despacho, en un dosier de presentación o hasta en un vinilo.  Capturamos el código y en la pantalla de nuestro smartphone ya nos aparece la tarjeta de visita para poder almacenarla. Así, además, evitamos el riesgo de equivocarnos al tomar nota de un número, un nombre o un e-mail.

Más valor, más fácil de recordar

Pero no nos quedemos ahí, vayamos un paso más allá para aprovechar bien las tecnologías. Al igual que un código QR puede mostrar una tarjeta de visita sencilla, puede trasladar a nuestros clientes potenciales donde queramos ¿para qué? Para generar valor añadido en torno a nuestros servicios y a nuestra marca como profesionales.

Reflexionemos en la siguiente cuestión: tanto antes (con las tarjetas en cartón verjurado o papel más moderno), como ahora (con la fórmula de fichar digitalmente), corremos un riesgo: si disponemos sólo de una tarjeta o de los datos de contacto de un profesional, puede que seamos incapaces de recrear totalmente la imagen que nos hicimos de esa persona cuando tuvimos nuestro primer encuentro. Y si nos impactó por algún detalle o sabemos algo más de su perfil profesional, puede que la recordemos mejor, ¿verdad?

Retomamos entonces; vamos a utilizar los códigos QR además, para generar valor añadido y diferenciarnos de la competencia. ¿Cómo? Dirigiendo ese código a una web, a un perfil en LinkedIn, a un vídeo, a una presentación, a un catálogo de servicios o a cualquier otro recurso que puedas imaginar. La creatividad puede tener muchas alas con los ingeniosos QR.

De un plumazo tienes argumentados los beneficios del QR que comentaba al inicio de esta publicación: valor añadido, aportando más que datos de contacto, y ahorro, porque ya habrás deducido lo que puedes ahorrar en material impreso. Y en relación con esto último, puedes hacer con mayor libertad actualizaciones de contenido sin miedo al coste de imprimir nuevas copias.

Recuerda que cualquier persona con un móvil, prácticamente casi todo el mundo, puede escanear un código para acceder a la información que queramos. No es necesario un software específico.

En los próximos días, observa donde encuentras estos códigos. Es probable que veas oportunidades en diversas aplicaciones que también tú podrías hacer. Por ejemplo, en las mesas de restaurantes y cafés nos evita pasar de mano a mano la carta. En la puerta de una consulta para agendar una cita, en una tienda o escaparate, nos lleva a la tienda online, así si está cerrada, podemos hacer la compra a cualquier hora. También lo encontramos en marquesinas, en camisetas y en carteles de todo tipo. Un uso muy práctico que le vemos los profesionales de la tecnología es el acceso fácil y directo a la documentación compartida con colegas. Bastaría con indicar que el enlace nos dirija a la dirección url de la carpeta en la nube, y listo.

Si ahora ya estás interesado en usarlo, puede que te preguntes qué precio tienen o dónde conseguirlos. Y las respuestas te van a gustar: son gratuitos y se obtienen en páginas web, algunas en las que ni siquiera es necesario registrarse. Uno de estos sitios es la web www.codigos-qr.com Si quieres probar, tan sólo debes seguir las sencillas indicaciones de este desarrollador y copiar bien la dirección web a la que quieres que dirija dicho código al ser escaneado. Eso sí, recuerda que una vez descargado tú código en formato .png o .jpg por ejemplo, funcionará siempre para abrir el enlace que has indicado. No se puede cambiar a no ser que sea un código QR dinámico. Veamos qué son.   

QR personalizados y/o dinámicos

También existen códigos QR de pago que añaden un servicio más a su utilidad. Por un lado, algunos desarrolladores de códigos QR nos permiten personalizar el dibujo del código ilustrando un logo o algún icono, aplicando color… Obviamente, resultan más atractivos. Y por otra parte, encontramos QR dinámicos, que permiten modificar la url de destino que teníamos asociado a nuestro código. Práctico, ¿verdad?

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