La música ha sido desde siempre un componente esencial del judaísmo. Es por ello fácil de entender la gran cantidad de músicos judíos de relevancia mundial. Los más famosos son Mendelssohn, Mahler y Schoenberg. El antisemitismo, tan asentado en Europa desde hace siglos, también ha estado presente en la música. Mahler fue forzado a convertirse al catolicismo. Schoenberg fue obligado a exiliarse. El padre de Mendelssohn bautizo a su hijo como protestante para que su religión no le perjudicara.
Gustav Mahler es el más grande de todos los músicos judíos. Nació en una familia judía de habla alemana en Bohemia actual Republica Checa, entonces Imperio Austríaco. Fue educado como judío y aunque no fue practicante si fue profundamente religioso en el sentido espiritual. Su conversión al catolicismo fue ficticia. Lo hizo para conseguir ser nombrado director de la Opera de Viena. Se le exigió que se convirtiera al catolicismo para obtener el puesto. Gracias a la conversión progreso en su carrera en la que llegó ser titular de la Filarmónica de Nueva York y la Opera de Nueva York. Su aportación son diez sinfonías geniales. El judaísmo está presente en su música particularmente en el tercer movimiento de la Primera Sinfonía que incluye una marcha fúnebre que suena como música Kletzmer, género musical originado en la tradición judía ashkenazi de Europa del Este. Mahler murió en 1911.
Tenemos que retroceder al siglo XIX para encontrar a uno de más grandes de la música judía, Félix Mendelssohn (1809-1847). Era nieto del filósofo, Moses Mendelssohn. Su padre Abraham Mendelssohn se dedicó a los negocios y fundó el Banco Mendelssohn. Félix Mendelssohn escribió el imprescindible oratorio “Elías”, sobre la vida del profeta Elías. La obra original es en inglés y es muy popular en el Reino Unido. La música de Mendelssohn fue prohibida por los nazis que confiscaron el Banco Mendelssohn, absorbido por el Deutsche Bank.
El otro compositor esencial es Arnold Schoenberg. Nació en Viena en 1874 de padre y madre judíos. En 1923 escribió al pintor Kandinsky: “No soy alemán, no soy europeo, soy judío”. Siempre declaró sentirse judío y sionista. Tuvo un rol activo en la creación del estado de Israel escribiendo artículos y ensayos. Entre sus obras de temática judía están “Kol Nidre”, “La escalera de Jacob”, “Un superviviente de Varsovia” y la magistral ópera “Moses y Aron”, escrita en parte en Barcelona. Fue obligado a exiliarse tras la llegada de los nazis al poder. Murió en Los Ángeles en 1956.
Otro compositor judío es Jacques Haleví (1799). Su madre era la secretaria de la Comunidad Judía de Paris. Fue escritora y profesora de hebreo. Haleví escribió la ópera “La Judía” que narra la historia de un amor imposible entre un hombre cristiano y una mujer judía. También escribió la ópera “Noé” que dejo incompleta a su muerte en 1862 y fue terminada por el marido de su hija, Georges Bizet, autor de “Carmen”.
Jacob Liebmann Ber, conocido como Giacomo Meyerbeer (1791-1864) fue uno de los compositores de ópera de más éxito del siglo XIX. Su padre Judah Herz Ber era un rico comerciante de Berlín que inició uno de las primeras congregaciones judías reformadas. Meyerbeer fue un judío practicante. Escribió música para los servicios de la sinagoga pero lo que le dio la fama fueron sus óperas en particular “Los Huguenotes” y “El profeta”.
Korngold (1897-1957) nació en Brno (la ciudad de Janacek) en una familia judía. Escribió cinco óperas de las cuales “Violanta” y “Die Tote Stadt” se interpretan con frecuencia. Tras su exilio forzoso se nacionalizo estadounidense y es el compositor de mayor calidad de la historia de Hollywood.
Otro gran músico judío es Weinberg nacido en Varsovia en 1919 y fallecido en Moscú en 1996. Sus padres, ambos judíos, murieron en el Holocausto, al igual que su hermana y casi todos sus familiares. Escribió la mejor ópera sobre el Holocausto “La Pasajera”. Tendría que haberse estrenado en Madrid en 2020 pero la representación fue cancelada por el COVID. Fue amigo íntimo de Shostakovich que le salvó de ser internado en un campo de concentración.
En la segunda mitad del siglo XX tenemos numerosos compositores judíos. El más destacado es Leonard Bernstein (1918-1990) que nació en una familia judía procedente de Ucrania. Tiene varias obras de temática judía, entre ellas las Sinfonías “Jeremíah” y “Kaddish” (ritual doliente hebreo).
La lista de grandes compositores judíos se cierra con Salamone Ross, George Gershwin, Alexander von Zemlinsky, Anton Rubinstein (autor de la ópera Moses), Darius Milhaud, Kurt Weill, Giorgy Ligeti, Irving Berlin, Philip Glass, Steve Reich, Aaron Coland, Jerry Goldschmidt, Viktor Ullmann, Hans Krasa, Pavel Haas, Franz Schrecker y John Zorn, autor de “La Noche de los Cristales” sobre la masacre de noviembre de 1938.
En la imagen el más grande de todos los compositores judíos, Gustav Mahler,
